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domingo 24, noviembre 2024

Adrián Barbón, presidente del Principado. Profunda vocación política

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Es transparente en su mensaje y en sus emociones. Le gusta afrontar las situaciones con claridad y no busca ser políticamente correcto. Dice lo que piensa y decide lo que cree que es correcto, asumiendo las críticas y también los errores. “Cuando llegué a este despacho no me encontré con un manual de instrucciones de cómo ser presidente del Principado, menos aún de cómo gestionar una pandemia de estas características. Claro que se comenten errores, por eso es importante reconocerlos y sobre todo aprender de ellos”. El hombre y el político van de la mano en este trayecto.

-Con toda esta vorágine de acontecimientos, ¿consigue desconectar en algún momento y descansar?
-Hombre, al menos lo intento, aunque no voy a ocultar que desde que empezó la pandemia hace un año, los días se parecen mucho, los fines de semana se parece a cualquier día de la semana, siempre estoy pendiente de los datos, de las noticias que me pasan desde Salud. Es muy difícil desconectar.

-A lo largo de esta pandemia hemos visto que no hay dos situaciones iguales y cada escenario requiere algo distinto. ¿Cómo hacer política en medio de este entorno tan cambiante? ¿Qué le exige?
-Tengo un equipo técnico detrás que evalúa continuamente la situación de hora en hora, hace un chequeo de todo y en un tiempo récord propone alternativas. La situación como bien dice es cambiante y lo que necesitamos los políticos, al menos en Asturias queremos hacerlo así, es que la ciencia, los técnicos que saben un poco más que nosotros de lo que es una pandemia como el coronavirus, puedan evaluar el escenario cambiante y proponer opciones. Hay que tener un soporte de análisis técnico muy potente y creo que Asturias lo consigue. Detrás hay mucho trabajo que se puede comprobar en la web del Observatorio de Salud del Principado con la monitorización continua de todos los datos. Nos beneficiamos de un sistema de salud fuerte al que destinamos casi el 40% de nuestro presupuesto, eso hace hoy posible que podamos dar una buena respuesta sanitaria.

“En Asturias optamos siempre por escuchar a la ciencia. Ellos estudian, analizan y hacen propuestas y sobre ellas tomamos las decisiones. Eso no quiere decir que no me duela adoptar determinadas medidas”

Adrián Barbón, presidente del Principado de Asturias
Foto: Principado de Asturias

-¿Es difícil gestionar el ritmo de una crisis? ¿Cómo se prepara a la población cuando sabes que las cosas van a ir a peor?
-En la primera comparecencia que hice previa al estado de alarma me comprometí con los ciudadanos asturianos a hablarles muy claro y siempre con total transparencia. La mejor manera de preparar a la ciudadanía para todas las fases por las que estamos pasando es no andar con paños calientes, decir siempre la verdad, cómo están siendo las cosas, la complejidad del momento, y las duras medidas que hay que adoptar para preservar la salud pública.

-Salvar el verano, salvar la Navidad, salvar la Semana Santa… ¿se sigue tropezando en la misma piedra? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar a la hora de tomar decisiones?
-Hasta donde haga falta. Yo ya lo dije, no va a haber Semana Santa, no vamos a abrir Asturias al turismo, ni a los visitantes, ni a los allegados… Será un periodo donde seguiremos intentando controlar la epidemia, no podemos cometer los errores del pasado. El estado de alarma dura hasta el 9 de mayo y si queremos llegar a esas fechas en las mejores condiciones de salud pública e intentar evitar por todos los medios esa cuarta ola de la que ya hablan los científicos, la única manera es sacrificando la Semana Santa.

“Las medidas de salud que estamos aplicando funcionan, los datos nos lo confirman, por tanto, estamos en el buen camino”

-En su gestión siempre ha defendido anteponer la salud a la economía. Le han acusado de ser demasiado precavido y sobre todo ha recibido muchas críticas de los empresarios. ¿Cómo lleva todo eso?
-Siempre procuro ponerme en el lugar de los demás, de los que lo están pasando mal. Les entiendo y empatizo con ellos. También asumo las críticas, forman parte del cargo con el que me comprometí: ser presidente del Principado era para lo bueno y para lo malo y las críticas forman parte de ello. Dicho esto, he de reconocer y lo digo abiertamente que estamos haciendo lo correcto. Las medidas de salud que estamos aplicando funcionan, los datos nos lo confirman, por tanto, estamos en el buen camino.

-La cepa británica ya supone más de la mitad de los contagios que se producen en Asturias, esto unido a la tercera ola que aún no hemos superado, ¿qué escenario nos deja?
-Los científicos ya anuncian una cuarta ola, nosotros por todos los medios vamos a intentar evitarlo por eso sacrificamos la Semana Santa. La cepa británica, le hago una matización, ya es el 70% de los nuevos contagios. Está creciendo y nos lleva a un escenario complicado. Yo quiero pinchar el globo de la euforia para no pensar que ya lo tenemos todo controlado, ni mucho menos. Eso exige redoblar esfuerzos y por eso vamos a tener que seguir manteniendo esas medidas de protección de la salud mucho tiempo para evitar precisamente que esas cepas británicas que son más contagiosas, que ocasionan más muertes, frenen su expansión. Estamos en un escenario preocupante.

Adrián Barbón, presidente del Principado de Asturias
Foto: Principado de Asturias

-Reconoce errores en la gestión de esta crisis, algo poco común entre la clase política. ¿Por ejemplo…?
-Le digo alguno… Cometimos un error cuando no supe frenar esa euforia que se generó de que teníamos la situación sanitaria controlada, pecamos de un exceso de confianza. Otro error fue la Navidad. Asturias fue una de las dos comunidades que tuvo las medidas más restrictivas de España, se nos criticó por adelantar el toque de queda, por el número de personas que podían reunirse, pero aun así me doy cuenta de que esas medidas fueron escasas. Es un error que asumo, que asume el Gobierno y que no quiero repetir en Semana Santa. Creo que si se comenten errores es sincero reconocerlos y sobre todo porque no existe un manual para gestionar esta pandemia. Y las olas, cada una de ellas es diferente, no tienen la misma virulencia ni funcionan de la misma manera en el nivel de contagios. Casi le diría que vamos aprendiendo a uña de caballo, según vamos avanzando. Cuando llegué a este despacho no me encontré con un manual de instrucciones de cómo ser presidente del Principado, pero menos aún de cómo gestionar una pandemia de estas características. Claro que se comenten errores por eso es importante reconocerlos y sobre todo… aprender de ellos.

“Los científicos ya anuncian una cuarta ola, nosotros vamos a intentar evitarlo por todos los medios, por eso sacrificamos la Semana Santa”

-¿Esta crisis le ha ayudado a ser más humilde?
-Creo que en política uno debe ser siempre humilde y esta crisis, si se me permite la expresión, nos obliga a serlo aún más. En primer lugar, no tenemos todas las respuestas y hay que reconocer que en ocasiones las que tú crees que son más convenientes no producen los efectos deseados. La humildad siempre hace a las personas mejor personas y a los políticos mejor políticos.

-Y también genera proximidad con los ciudadanos… A la hora de dar explicaciones ¿cuáles han sido las más incómodas para usted?
-No entiendo la política si no es desde la cercanía. Yo hice un compromiso cuando juré el cargo y fue acercar el Gobierno de Asturias a los ciudadanos. La pandemia me impide estar en contacto como a mí me gustaría que es físicamente por eso utilizo las redes sociales o los medios de comunicación. Respecto a la decisión que más me ha costado explicar le diré que ninguna. Creo que cuando sucede algo tengo la obligación ante los ciudadanos de explicarlo, es un deber de transparencia y eso no me produce incomodidad. Todo lo contrario, creo que esa es la base de la democracia.

-¿Sea lo que sea?
-Toda pregunta exige una respuesta. Eso es bueno, lo demandan los ciudadanos y fortalece el sistema democrático.

“Cuando asumí ser presidente del Principado era para lo bueno y para lo malo, las criticas forman parte de ello”

-¿Cómo es su relación con la prensa?
-He mantenido siempre un gran respeto por los medios de comunicación. No soy de esos políticos que se pasan la vida atacando a los medios o culpando al mensajero de los errores propios. Ahí tengo una máxima, cuando se dice que la prensa tergiversa o no refleja lo que uno dice, yo siempre digo que la culpa es tuya porque tenías que haberlo explicado de otra manera. Creo que un espíritu crítico, libre, engrandece a la propia democracia asturiana. Me preocupa mucho la desafección en política por eso creo que es muy importante que los medios de comunicación reflejen la capacidad de análisis y de visualizar alternativas. Siento profundo respeto por los medios y por la profesión de periodistas a los que intento tratar con el mayor de los respetos.

Adrián Barbón, presidente del Principado de Asturias
Foto: Principado de Asturias

-¿Qué se le pasó por la cabeza cuando vio el acto vandálico a las puertas de su domicilio y la posterior respuesta de los distintos grupos políticos?
-Pues mire, me dio pena no por mi sino por mis vecinos. Vivo en un bloque de pisos, era la casa de mis abuelos que yo compré a sus herederos porque fue su última voluntad y ahí están los vecinos de mis abuelos de toda la vida, gente muy mayor, y creo que no se merecían eso. Ellos no tienen ninguna culpa. Muchos saben que mi residencia, especialmente en estos momentos de crisis, está en Oviedo, muchos días me quedo en el apartamento de Presidencia. Asumo cualquier crítica pero mis vecinos no son culpables de ello.
Sobre la respuesta de los grupos políticos… pues agradecer que algunos rectificaran y al final todos condenaran. En este sentido me parece importante que los políticos tengamos un discurso común y vayamos a una. Lo que más me reconfortó fue la respuesta de mis vecinos de Laviana, de la ciudadanía asturiana que me hizo llegar su cariño y apoyo tanto a mí como a mi familia.

-¿Se siente apoyado, presidente?
-Sin duda. Estoy convencido de que la mayor parte del pueblo asturiano apoya las medidas que está tomando este Gobierno para preservar la salud. Respalda nuestro trabajo y es consciente de que siempre hemos antepuesto la salud a todo lo demás.

“La ciencia ha demostrado que las vacunas son la clave para hacer frente a la enfermedad”

-¿Qué piensa cuando ve que no se respetan las normas aunque lo haga una minoría?
-Me duele porque yo quiero hacer entender y esa es mi obligación que el único camino para frenar esta pandemia junto con la vacunación son las medidas de salud pública que todos debemos de cumplir. Y aun cumpliéndolas todas va a haber contagios porque el riesgo cero no existe. Animo a todos a que seamos solidarios porque cumplir las medidas de protección es proteger a nuestros mayores.

-¿Son las vacunas la solución definitiva?
-La ciencia ha demostrado que es la clave para hacer frente a la enfermedad. Tengo claro y lo tenemos muchos que son la solución para desterrar y vencer definitivamente al coronavirus.

-¿Cómo es su relación con el comité asesor del Covid-19?
-Es una relación de profundo respeto. Es un equipo técnico de primerísimo nivel, multidisciplinar, algunas personas ya las conocía y admiraba, otras las he ido conociendo. Es un comité que funciona con total autonomía, solo he participado en una reunión con ellos para agradecerles su labor y su entrega. Ellos trabajan en coordinación con la consejería de Salud, y lo hacen con total transparencia: analizan la situación y emiten informes, base fundamental para nuestro trabajo. A ellos hay que sumar la labor de los expertos de la consejería de Salud, epidemiólogos, técnicos que trabajan dentro de la administración y son complemento de este comité. Al ser multidisciplinar aportan una interesante visión de conjunto.

“Creo que hay un espíritu de solidaridad importante entre la población. Puede haber una minoría que no esté a la altura, pero tengo esperanza en el ser humano y de que la pandemia nos haga mejores personas”

-¿Le han parecido suficientes los fondos que vamos a recibir de la UE? ¿En qué se van a invertir?
-Hay una parte importantísima que no está territorializada, eso significa que hay que competir con proyectos. No sabemos a día de hoy cuántos fondos europeos vamos a recibir en Asturias ni lo sabe ninguna comunidad autónoma, se lo puedo garantizar. ¿Qué proyectos? Doy mucha importancia a la transformación de nuestro sector industrial, la utilización de fondos para actualizar y crear una industria de futuro en la región. También los proyectos que potencian las nuevas formas de producción de energía, renovables u otras relacionadas con el hidrógeno así como la digitalización de las empresas. Ahí está el reto del futuro y por tanto es lógico que los fondos se destinen a este ámbito.

-¿Cuál ha sido la última vez que ha llorado, señor Barbón?
-Pues fue por algo personal y ocurrió hace unas semanas. Estaba clasificando unos vídeos en mi ordenador y encontré uno de 2010 de la última Nochebuena que pasamos juntos en mi casa. De normal nos reuníamos mi padre, mi madre, mis hermanos y mis abuelos maternos. Aquel año fue el último porque el 3 de enero de 2011 falleció mi abuelo con el que estaba muy unido. Me emocioné al recordarlo. La gente a la que quieres, en el fondo, sé que nunca nos deja pero no la tienes ahí para darle un abrazo.

-A veces se piensa que las personas públicas no tienen vida privada o sentimientos encontrados…
-¡Claro que los tengo! Cuando se habla de medidas de protección de la salud en el caso de las restricciones en la hostelería o el cierre de interiores son decisiones que me duelen. Tengo grandes amigos que se dedican a la hostelería; mi hermano mediano que ahora vive fuera de Asturias se ha dedicado a ello una gran parte de su vida. Sé lo mucho que cuesta sacar el negocio adelante, por tanto, son cosas que me preocupan y no me cuesta ponerme en su lugar. Pero hay una cosa incuestionable y nos lo han demostrado los hechos, sobre todo en la segunda y tercera ola, y es que el cierre del interior de la hostelería cuando hay contagio comunitario supone doblegar la curva entre 14 y 21 días después. En Asturias optamos por escuchar a la ciencia, siempre lo hemos hecho. A expertos en salud pública, epidemiólogos, gente que ha estudiado y analizado el tema y luego sobre eso tomamos nuestras decisiones. Eso no significa que no me duela o me provoquen sentimientos encontrados al tener que adoptar determinadas medidas. Que nadie se engañe: el mejor camino para reactivar la economía es la protección de la salud. Lo estamos viendo en países del mundo que han adoptado una estrategia drástica en el control de la enfermedad como por ejemplo Nueva Zelanda, que ha salido con una economía más fortalecida. La salud es la base de la economía, sin ella no hay desarrollo económico si no crisis.

“Que nadie se engañe: el mejor camino para reactivar la economía es la protección de la salud. Lo estamos viendo en países del mundo que han adoptado una estrategia drástica en el control de la enfermedad como por ejemplo Nueva Zelanda”

-Por mucho que se empeñen en asegurar que si se prioriza la salud la economía se va al traste…
-Es al revés. La base para reanimar nuestra economía, y se está viendo en los países del mundo que tienen controlada la situación epidemiológica, es la salud. Esa es la clave para que volvamos a crecer y crear riqueza así que cuanto antes controlemos la pandemia, y esto es un reto colectivo, antes se reanimará la economía.

-Contémplese en la distancia y dígame a quién le ha ido mejor en la vida, ¿al hombre o al político?
-Le voy a ser sincero, creo que en mi caso no se puede distinguir. Soy un hombre profundamente político y un político que reivindica su humanidad. No entiendo la vida sin la política. Es mi pasión desde que era muy joven, la gente que me conoce bien lo sabe. Siempre he tenido una profunda vocación política, una gran necesidad de servir al conjunto de la sociedad, tengo verdadera pasión por mejorar, por avanzar. No puedo separar al hombre del político porque todo lo vivo en primera persona.
En segundo lugar y siendo sincero, tengo 42 años, creo que no es momento para hacer retrospección y analizar a quien le ha ido mejor, espero que sea dentro de muchos años. Soy de los que piensa que los mejores análisis son los que hace la gente. Me preguntaban cuando dejé la alcaldía cómo valoraba mi gestión y recuerdo que dije que esa tarea le correspondía hacerla a los ciudadanos. Llevo casi dos años como presidente del Principado, dejemos que sean los asturianos los que libremente, en su momento, juzguen mi gestión.

“Estoy muy agradecido de la oportunidad de ser presidente del Principado pese a estar viviendo la situación más difícil que ha vivido Asturias desde la Guerra Civil”

-¿Está en el lugar que quiere estar?
-Desde luego. Al principio, todo el mundo sabe que yo no quería ser candidato a presidente, quería dedicarme a otras tareas políticas dentro de mi partido. Pero es verdad que cuando la militancia socialista asturiana se pronunció y me pidió ser candidato, entré en campaña y recorrí la región, tuve ocasión de relacionarme con miles de personas y vi que estábamos reconectando a la gente con nuestro mensaje de construir una mejor Asturias, acorde con los nuevos tiempos, con mi generación. Soy el primer presidente nacido después de la aprobación de la Constitución española y eso marca un camino de futuro. Tenía que reivindicar eso, que habíamos dejado atrás el pesimismo o la nostalgia de lo que fuimos y ya no somos y estábamos en una nueva senda. Sentí clara mi vocación de presidente del Principado y estoy muy agradecido de la oportunidad que me han brindado todos los asturianos pese a estar viviendo la situación más difícil que se ha vivido en la región desde la Guerra Civil. Se lo digo de verdad, mi mayor reto es superar esta pandemia y salvar el mayor número de vidas posibles. Somos una comunidad muy envejecida y por tanto muy vulnerable, por eso siempre tengo en mente la protección de los mayores, de nuestros güelitos y güelitas, y espero estar a la altura del reto.

-¿No le parece que la pandemia ha dejado en evidencia la falta de unidad y de sentido común de la humanidad?
-No, yo creo que la mayor parte de la ciudadanía ha mostrado durante el confinamiento un espíritu de solidaridad y de compromiso realmente emocionante. Puede haber una minoría que no esté a la altura, pero tengo esperanza en el ser humano y de que la pandemia nos haga mejores personas.

“Los políticos tenemos que ser mucho más naturales. Ser como somos realmente y no intentar ser un producto prefabricado”

-¿Cree que aprenderemos algo de todo lo que está sucediendo?
-Yo creo que sí. La humanidad ha aprendido de todas las grandes crisis que ha vivido. A raíz de la Segunda Guerra Mundial aprendimos la necesidad de reivindicar la paz, de crear un escenario de convivencia, de ahí nacieron las Naciones Unidas y posteriormente la UE. Por eso estoy convencido de que de la pandemia saldremos con aprendizajes que mejorarán la humanidad y avanzaremos. Las grandes crisis siempre suponen grandes aprendizajes.

-Dicen de usted que es una persona afable y lo cierto es que genera proximidad, algo que tratándose de un político se agradece.
-Creo que los políticos tenemos que ser mucho más naturales, manifestarnos como somos realmente y no intentar ser un producto prefabricado, creo que así seríamos mejores representantes de la sociedad. Estoy convencido de que los ciudadanos demandan de nosotros, de los políticos, no que nos parezcamos unos a otros, sino que tengamos la naturalidad de aceptarnos y ofrecernos como somos. Hablar claro, con transparencia, sin paños calientes, sin maquillar la situación, decir cómo uno ve las cosas y aceptar que se equivoca es trabajar en esa dirección. Ese es uno de los objetivos que tengo como presidente.

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