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sábado 27, abril 2024

Blanca Cañedo-Argüelles, historia del feminismo

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Es un icono en Asturias, toda una referencia en la lucha por el derecho al aborto y su voz siempre ha estado presente en la conquista del feminismo. Para la naturaleza guerrera de Blanca Cañedo-Argüelles siempre hay frentes en los que seguir lidiando, el de mayor calado es ahora la entidad comunitaria Mar de Niebla, que funciona con éxito en el barrio gijonés de La Calzada.

Blanca Cañedo-Argüelles, presidenta de la Fundación por la Acción Social Mar de Niebla (MDN)
Blanca Cañedo-Argüelles

Es lógico pensar que esta inconformista enfermera y asistente social no iba a quedarse de brazos cruzados una vez se consiguiesen la despenalización del aborto o el derecho a una muerte digna, causas a las que ha dedicado gran parte de su vida. De sus comienzos en la clandestinidad ayudando a abortar a mujeres que lo necesitaban y de la clínica reproductiva pionera en Asturias, Belladona, que fundó hace treinta y cinco años se ha hablado mucho. Incluso se ha tenido que enfrentar a una denuncia de Abogados Cristianos, a los que seguramente produjo sarpullidos con sus declaraciones, y a los finalmente no apoyó la justicia española.

Le gusta estar donde se siente útil, donde atenaza la injusticia y la desigualdad y como ella misma asegura, no es mujer de despacho. Lo suyo son las trincheras y el barro. El cara a cara con los problemas de la gente, en los que se mueve como pez en el agua. Intentar solucionarlos es lo que permite a esta gijonesa descansar bien cada noche. Por eso ahora, a la vez que realiza el voluntariado también preside la Fundación por la Acción Social Mar de Niebla (MDN), un proyecto comunitario de transformación social que trabaja diariamente en la integración cultural y sociolaboral de las personas en riesgo de exclusión.

“Los momentos más duros del aborto pasaron, pero ahora están cerrando muchas clínicas y más que van a cerrar porque no hay relevo generacional”

-Aunque la niña de tus ojos es ahora Mar de Niebla, es inevitable comenzar con tu recorrido en Belladona. ¿Sigues conectada a la clínica?
-Así como la eutanasia salió más o menos adelante y ya hay equipos trabajando, en el tema del aborto sigue habiendo muchas cosas pendientes que ya deberían estar más que resueltas y sigo enganchada, aunque no físicamente. En la clínica está el mismo equipo que yo dejé y ya no voy todos los días, procuro también desconectarme.
Los momentos más duros del aborto pasaron, pero ahora están cerrando muchas clínicas y más que van a cerrar porque no hay relevo generacional; Belladona se mantiene, pero poco más hay.

-¿La objeción de conciencia no favorece que haya más profesionales?
-Claro, porque el aborto está estigmatizado y por eso mismo no entra en la sanidad pública. Para mantener la calidad hay que tener equipos formados porque la técnica de aspiración que se usa no es la misma que la del quirófano y antes hay que hacer bien la recepción, la acogida, el seguimiento, el acompañamiento y también hay que analizar por qué ha ocurrido. Todo eso exige formar también a psicólogos, a la recepcionista… Si no formas profesionales no vas a hacer una buena recepción y eso en el HUCA o en Cabueñes no se está haciendo. Es el problema de la pública, lo que pasa es que no es un tema que apetezca y si puedes elegir, haces otras cosas. Además, ahora entró el aborto farmacológico, que ha sido una ventaja para los profesionales, pero una gran desventaja para las mujeres.

“En el aborto quirúrgico, cuando haces la técnica de la aspiración, que sólo lleva cinco minutos, la mujer recupera muy pronto su vida normal, que es de lo que se trata. Con el farmacológico, cuántas mujeres acaban otra vez en un hospital”

-¿La principal desventaja es que este tipo de aborto ralentiza el proceso?
-Claro, porque dejas a la mujer a los efectos de un tratamiento químico que no funciona igual en cada persona. Cuando haces la técnica de la aspiración, que sólo lleva cinco minutos, la mujer recupera muy pronto su vida normal, que es de lo que se trata. Con el farmacológico, cuántas mujeres acaban otra vez en un hospital. Si no tienen un buen acompañamiento, van a Urgencias y si allí ven restos, tienen que hacerles una aspiración.
Tampoco se está haciendo un buen seguimiento de los fallos del farmacológico, fallos que en ocasiones se deben a que los técnicos de seguimiento de imagen no están formados suficientemente. Al final, todo es lo mismo. Cuando ponemos algo en marcha hay que formar a la gente porque son cosas nuevas y ahí está el estancamiento.

Métodos anticonceptivos
Foto: Freepik

-Parece que volvemos a la edad de piedra.
-Sí, como es un tema que no interesa lo resolvemos de cualquier manera y nos lo quitamos de en medio. Es lo que ha pasado con el tema de la anticoncepción y los centros de Planificación familiar y educación sexual que fueron cerrando, porque no basta con que vaya un ginecólogo una o dos veces por semana, hay que detectar los fallos, ver donde falla la anticoncepción desde los jóvenes, ir a los institutos, etc.
Si quieres erradicar un problema, como por ejemplo, la diabetes, haces una campaña seria del control de la glucosa en los alimentos. Todo en esta vida es muy fácil cuando ya lo tienes montado, pero hasta entonces es complicado.

“En el tema de la anticoncepción y los centros de Planificación familiar y educación sexual (…) no basta con que vaya un ginecólogo una o dos veces por semana, hay que detectar los fallos, ver donde falla la anticoncepción desde los jóvenes, ir a los institutos, etc.”

-Ya hay leyes que permiten el aborto o la eutanasia, pero ¿es suficiente la legislación si no se protege a quien va a ejercerla?
-Ahí estamos, hay que tener un presupuesto dedicado a eso y contar con unos espacios físicos. En la eutanasia menos mal que tuvimos la enorme suerte de que ya contábamos con los paliativistas a domicilio, y eso gracias a cuatro locos que dijeron: ‘pues lo vamos a montar’. Ya había una mayor conciencia social de atender la eutanasia y de que el final de la vida fuese más humano. De alguna manera está mejor visto y, aunque como profesional que la ejerces imagino que también tendrás tus conflictos, no es lo mismo porque ya había gente paliativista y había una sensibilidad; debido al cáncer hemos visto morir a gente a nuestro alrededor y en los centros geriátricos en muy malas condiciones.
Pero hay otros temas a los que hay que meter mano, como lo que está pasando con la violencia, con las violaciones grupales.

-¿De qué depende que se haga?
-Cuando nosotras empezamos con lo del aborto, éramos un grupo grande que había nacido en la clandestinidad. Nos lo creíamos y le poníamos alma, corazón y vida. Era un tema ideológico totalmente y metimos ideología, pero ahora no basta solo con la ideología, ahora hay que dar facilidades a los profesionales. Lo que se está haciendo es dar maninas de pintura, todo son como pátinas, pero debajo ¿qué hay?, ¿por qué sale la humedad otra vez? Habrá que ver si hay una cañería rota. Por eso todo es tan complejo y cada vez que rascas algo, se monta el lío.

“Me preocupa más que en lo político sigamos escuchando lo que oímos cada día, que son cosas de juzgado de guardia, pero eso también es una estrategia”

-Veo que tu vena luchadora no la pierdes con los años, ni con nada.
-Yo creo que no, porque en general me ha salido bien. Porque he conocido a gente maravillosa, porque he trabajado siempre con gente estupenda que lo ha tenido siempre muy claro y porque duermo muy bien.

-Con lo que ha costado conseguir ciertos derechos ¿no te preocupa ver lo anestesiada que está la gente joven y la sociedad en general? ¿Podríamos perder parte de lo conseguido a la vuelta de la esquina?
-Yo creo que no, la gente puede estar muy dormida o un poco anestesiada entre otras razones porque no oye más que malas noticias y es una sensación de desborde. Encima nuestros políticos están en un estado de furia constante. Y eso es como cuando llegas a tu casa y encuentras a tu padre riñendo de la mañana a la noche, los hijos se tienen que buscar la vida, porque quienes tienen que resolver la intendencia o dar un consejo, están a la gresca, entonces te vas y te arreglas. Me preocupa más que en lo político sigamos escuchando lo que oímos cada día, que son cosas de juzgado de guardia, pero eso también es una estrategia. La estrategia de hacer y decir que ‘todo es tremendo’ desanima a la gente que se busca el pan como puede.
No creo tanto que estén dormidos como que realmente están buscando la manera de entrar en el cambio político, pero eso está tan hecho polvo de momento que te desazona mucho. En lo que es nuestra economía, nuestro modo de consumo energético, en toda esta hecatombe hay gente interesantísima haciendo cosas estupendas, lo que pasa es que eso no sale.

“Estamos en un momento de cambio interesantísimo. Imagino que en la época de la industrialización también sería un caos ver desaparecer los carros de caballos y ver la llegada de las máquinas de hierro”

-¿Estamos en un momento caracterizado por los retos?
-Estamos en un momento de cambio interesantísimo. Imagino que en la época de la industrialización también sería un caos ver desaparecer los carros de caballos y ver la llegada de las máquinas de hierro. Estamos en un cambio tan bestial que hay que ver hacia dónde se va. Cada vez que hay un avance en medicina hay que sacar una ley que regule esos avances, es como lo que ha pasado con la IA que ya ha salido la ley; sin embargo, con los vientres de alquiler se deja avanzar una técnica de reproducción y nadie mete mano ahí. Las leyes correctoras de nuestros avances van muy despacio para algunas cosas, para otras no.

-¿La ciudadanía no puede escoger una línea política porque no hay unidad?
-Mira lo que ha ocurrido con Podemos que era un poco la esperanza y de repente todo se va a tomar vientos… ¿A dónde te coges? Y es que la necesitas porque tú a nivel individual no eres nada. Si no tienes un equipo, no puedes hacer nada. Si en Mar de Niebla no tuviéramos el equipazo que tenemos, no haríamos nada, y si encima no tienes el apoyo institucional, no puedes avanzar porque todo esto requiere dinero y el dinero viene de los impuestos, por eso la transparencia, la red hay que hacerla desde la política y la ciudadanía tiene que entender lo que estás haciendo con ese dinero del IRPF.
En nuestro caso, si la Fundación de Servicios Sociales o el departamento de Empleo conocen nuestra iniciativa y la apoyan, la critican, la respaldan y la avalan, la pasarán luego a otro barrio y luego a otro; y esa es la función real de la política: apoyar las iniciativas ciudadanas.
Hay mucha gente haciendo pequeñas cosas en muchos sitios, pero necesitamos ese ojo protector, ese apoyo económico que unifique, reúna, que haga que se produzcan los encuentros.

Bicilab, formación ocupacional de reciclaje y mecánica de bicis del programa de acompañamiento juvenil La Ofi
Bicilab, formación ocupacional de reciclaje y mecánica de bicis del programa de acompañamiento juvenil La Ofi

-¿Siempre es necesaria una intermediación entre la ciudadanía y los políticos?
-Como ocurrió con lo del aborto en Belladona o con la Asociación Derecho a Morir Dignamente, lo que haces es acercar las ideas de la ciudadanía a quien nos gobierna. Tú estás pisando barro, estás en la trinchera, estás viendo lo que pasa y con eso haces propuestas, hay que hacer un estudio previo de las necesidades y eso no puedes hacerlo desde un despacho. Esa es la función de las entidades, del asociacionismo, de los sitios en los que yo he trabajado, siempre en el barro. Luego es cuando vamos a los despachos, al Congreso, al Parlamento, pero si esas puertas no se abren porque el que está al otro lado está pegándose con el de enfrente, lo que necesitas es que voten y que voten juntos. Y me da igual quien lo presente, sea el PSOE, Podemos, Vox, Foro… si creéis en lo que os estoy contando, apoyadlo. Y hay gente haciéndolo, pero no es fácil porque hay demasiada bronca interna, el ambiente de crispación no nos ayuda a las entidades.

“Con pequeños cambios se puede conseguir muchísimo. Si se escuchase a quienes estamos en primera línea contando por qué no funciona el plan de empleo que hay, que estamos en una sociedad con muchísimas culturas que tienen que convivir y que eso hay que enseñárselos a los profesores, que hay que hacer un cambio educativo, cambiar el modelo de trabajo con los chavales…”

-¿Se puede hacer mucho con acciones sencillas?
-Con pequeños cambios se puede conseguir muchísimo. Si se escuchase a quienes estamos en primera línea contando por qué no funciona el plan de empleo que hay, que estamos en una sociedad con muchísimas culturas que tienen que convivir y que eso hay que enseñárselos a los profesores, que hay que hacer un cambio educativo, cambiar el modelo de trabajo con los chavales… nosotros, desde Mar de Niebla estamos llevando constantemente propuestas porque es a lo que más nos dedicamos: al proceso educativo para que nadie se quede atrás.

-¿El colectivo inmigrante sufre especialmente este problema?
-Claro, si no tienes la formación adecuada desde el principio porque a lo mejor no hablas bien el idioma, ya te sientes excluido, y si no se te atiende adecuadamente, ya tenemos el lío montado. Tienes a todo un grupo de inmigrantes al cual has dejado cuando en realidad los estás necesitando. No nos hemos adaptado a un mundo nuevo. Resulta que no hay trabajadores y pensamos que los inmigrantes son inútiles y luego vemos la bronca de los partidos políticos que los siguen viendo como una lacra en vez de como una oportunidad. Es terrible, no hay quien los convenza.
Nosotros estamos sobre todo implicando a la ciudadanía, porque es importante que esta esté mentalizada con sentarse a charlar, planificar, con salir de nuestros egoísmos para pensar ¿qué es lo que nos viene bien a todos? Sin excluir a nadie de una opinión, sólo hay que escuchar y observar.

“Resulta que no hay trabajadores y pensamos que los inmigrantes son inútiles, y luego vemos la bronca de los partidos políticos que los siguen viendo como a una lacra en vez de como una oportunidad. Es terrible, no hay quien los convenza”

-Me sorprendió la cantidad de acciones y programas que desarrolláis en Mar de Niebla y que abordan temáticas diferentes: educación, empleo, combatir la soledad…
-El objetivo general es que nadie se quede fuera, que todo el mundo pueda participar en algo, hay un grupo de adolescentes, un grupo infantil, hay personas que vienen a la entidad a estar en un grupo, pero luego ellas mismas se convierten en colaboradoras porque tienen alguna habilidad, como quien sabe hacer costura y luego ayuda al grupo infantil a hacer una fiesta de disfraces.
Hay un grupo social formado con personas que tienen problemas mentales y esas personas también se implican con otros grupos. Lo bueno que tiene Mar de Niebla es que es como una suma de intereses, sobre todo de ilusiones y todo cabe. Al final, se trata de conseguir que los chavales estudien, que encuentren su formación, que la gente tenga empleo y que las empresas se impliquen en ayudarles… Ahora, por ejemplo, vamos a empezar con una empresa de inserción, porque a alguien que ha pasado muchos años en el paro le cuesta entrar en una disciplina de trabajo. Todo tiene una razón de ser y es eso, la convivencia y que nadie se quede sin trabajo, sin poder comer, vivir o poder participar en algo.

-¿Cómo os afectó el tiempo de pandemia?
-La pandemia nos hizo ver que lo estábamos haciendo bien, porque cuando ocurrió, la Administración colapsó, pero la Red que tenemos de apoyo en el barrio funcionó. Y hablo de toda la Red, incluyendo los comercios, los equipos deportivos, el cura… todo el mundo. Entonces nos dimos cuenta de lo que teníamos montado. Al día siguiente de empezar el Covid ya habíamos conseguido material, una señora que cerraba su mercería nos facilitó medias de las que usaban las enfermeras para las gomas de las mascarillas, otros nos facilitaron ordenadores, otros el reparto de comida… entre unos y otros la reacción fue inmediata. La pandemia no nos frenó, si no que nos hizo más fuertes.

“La pandemia nos hizo ver que lo estábamos haciendo bien, porque cuando ocurrió, la Administración colapsó, pero la Red que tenemos de apoyo en el barrio funcionó. (…) La pandemia no nos frenó, si no que nos hizo más fuertes”

Camisetas solidarias de la Fundación Mar de Niebla

-Para crear todo esto, hace falta una base de confianza muy fuerte.
-Son ya veinte años en el barrio, esto no se puede hacer deprisa y además tiene que nacer del propio barrio. Mar de Niebla lo crearon los chavales del barrio, se daban cuenta de que habían dejado los estudios y después de estar un tiempo jugando al baloncesto y al pin pon vieron que no podían seguir así, que no iban a ningún lado. Y ellos mismos empezaron a moverse.
La entidad está en los bajos de lo que antes era el Economato de Ensidesa que nos lo facilita todo, estamos ocupando los bajos de un montón de edificios.
Para arreglar el local no te dan dinero, así que las reparaciones las hicieron los trabajadores, nadie dio un duro. Lo único que conseguimos fue un poco de material.
Todo esto se consigue poco a poco y luego la gente ve que es un lugar al que puedes entrar, en el que das una idea y esa idea se recoge, se debate, porque todo el mundo tiene algo que decir. Se está acostumbrado a correr y no hay que hacerlo, porque el objetivo es integrar a la gente.

-De las cosas que hacéis, cuéntame algún proyecto que te guste especialmente.
-Hay muchos, no es posible escoger uno, pero en estas fechas te puedo hablar de la juguetería que se monta cada año y en la que se implica a la gente del barrio. Primero se recogen los juguetes, luego hay que lavarlos, revisarlos y en algunos casos arreglarlos. En todos estos pasos participan muchas personas, la lavandería de la zona colabora lavando los osos de peluche, hay manitas del barrio que hacen arreglos, a algún colegio lo implicas para que ponga las pilas de los juguetes, hay quien nos ayuda a pintar el local… Y como en esta temporada hay un curso de Administración de empresas, a los chavales del curso les invitamos a hacer la práctica de montar una empresa que será la juguetería en un local que nos suelen prestar. Ellos hacen de todo, colocan los juguetes, les dan una puntuación a cada uno, hacen los albaranes, los empaquetan, etc. A las familias se les dan unos puntos en base al número de hijos y se les cita para que elijan los juguetes en la tienda. Se marchan con unos juguetes monísimos, en buen estado y así además de ayudar a que unas personas aprendan a llevar un negocio y atender al público, también dignificas la necesidad de los demás. Su petición es digna, no es beneficencia, porque vas a una tienda. Es una forma de mostrar cómo es Mar de Niebla, ya que todo se puede convertir en una acción comunitaria.

“Tanto sea construir una casa, como una empresa o levantar un colectivo, no se consigue nada en dos días, es imposible, eso no sale bien. Las cosas van saliendo porque vas limando roces, vas viendo oportunidades, y en ese vencer vas convenciéndote tú y convenciendo a los demás”

Los chicos y chicas de ApS comercio de La Ofi trabajan muy duro de cara a la fase práctica de la formación: la atención de la juguetería solidaria "Dulces juguetes", que abrirá sus puertas al barrio a finales de diciembre.
Los chicos y chicas de ApS comercio de La Ofi trabajan muy duro de cara a la fase práctica de la formación: la atención de la juguetería solidaria «Dulces juguetes», que abre sus puertas al barrio a finales de diciembre.

-En una ocasión recuerdo que hablaste de Eslabón.
-Las personas que participan en este programa son de medalla, son mujeres que salen cada mañana y detectan a las personas sin hogar, a la gente que duerme en la calle o en los cajeros, que no siempre son las mismas. Y ellas salen cada día a detectar a los que ya conocen o a los nuevos casos y a hacerles un acompañamiento. No buscan ningún objetivo grandioso, pero les acompañan al médico si les hace falta, les ayudan a buscar documentación o a conseguir una ayuda para una vivienda porque después de caer al abismo lo más valioso para una persona es tener un espacio propio, con tus cosas. Es el único programa en el que nos salimos del barrio, lo financia el Ayuntamiento y se recorre toda la ciudad.

-Y conocen historias increíbles como la de Pedro, que escribía poesía.
-Sí, Pedro era genial. Cuando yo entré en la entidad todavía estaba vivo y me lo encontraba muchas veces por la calle, pero él no quería dinero, quería que te sentaras con él porque le gustaba recitarte los poemas tipo haikus que preparaba, de apenas cinco o seis versos. No los escribía, se los sabía de memoria. Como dormía cerca del Hospital tuvo la enorme suerte de que por la mañana allí le atendían, le ayudaban, se duchaba allí y una chica fue recogiendo toda la poesía que él tenía en la cabeza. Se la publicaron en la Semana Negra y fue un exitazo.

“Las personas que participan en el programa Eslabón son de medalla, son mujeres que salen cada mañana y detectan a las personas sin hogar, a la gente que duerme en la calle o en los cajeros para hacerles un acompañamiento”

-Hay tanto por hacer… ¿se requiere sobre todo mucha persistencia?
-Sí, pero eso es lo bonito. Es como si te construyes tu propia casa que no la haces en tres días, disfrutas en la preparación de las cosas, y te sirve para conocerte y medir tus fuerzas. Tanto sea una casa, como una empresa o levantar un colectivo, no se consigue nada en dos días, es imposible, eso no sale bien. Las cosas van saliendo porque vas limando roces, vas viendo oportunidades, y en ese vencer vas convenciéndote tú y convenciendo a los demás.
Y las cosas evolucionan despacio, fíjate cuánto se ha tardado para la ley del aborto o la de la eutanasia. Yo empecé con 15 o 16 años y ahora he cumplido 70, ha hecho falta una generación entera para empezar a ver cosas. Lo hemos hecho en muchos años, con mucho esfuerzo y eso lleva mucho tiempo.

-Cuando ves que todo va tan despacio ¿qué es lo que te mantiene positiva y con fuerza?
-A mí las miradas de la gente es lo que me mueve. Cuando nos metemos en los despachos perdemos esa fuerza, porque la fuerza te la da el agradecimiento de la gente y ver que efectivamente se consiguen cosas.

“Ahora no teníamos que estar manteniéndonos, teníamos que estar en hacer cambios legislativos, evolucionando y cambiando”

-Y siempre con la expectativa de que puedan subir al poder quienes puedan hacernos retroceder en el tiempo y restringir derechos, como ya ocurre en algunas comunidades.
-¡Imagínate!, pero ahora no teníamos que estar manteniéndonos, teníamos que estar en hacer cambios legislativos, evolucionando y cambiando, así que es imposible quedarse de brazos cruzados.

-Dices que la política te entusiasma porque permite cambiar el mundo. ¿Te gustaría meterte en esas lides?
-Yo estoy acostumbrada a vivir en velerinos que los mueves fácilmente. Los trasatlánticos y los buques de carga son importantes, pero cuando estás acostumbrada a la agilidad que te da la cercanía y el día a día, no podrías vivir de otra manera. Ahora, si las cosas no van bien por un lado, me busco la vida por otro, y con esa agilidad me moví yo siempre, no sería capaz de sobrevivir en un Parlamento. Tengo amigas en todos los partidos políticos y hay gente muy buena en esto, gente que tiene que luchar a muerte para conseguir algo y entiendo que hay que respetar esos tiempos. Pero yo, mientras, estoy en la trinchera, es donde me muevo bien, donde me siento a gusto porque soy útil. Cada uno tiene que estar en lo que se le da bien.

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