A Carlos López podemos verlo encabezando la plataforma ‘Jarrio Salvemos Nuestro Hospital’, pero también estudiando la erosión de los acantilados o impartiendo conferencias sobre la sismicidad propia del Occidente, un territorio al que pertenece este profesor universitario y al cual dedica buena parte de su energía.
Atiende mi llamada regresando de Pola de Allande, localidad del suroccidente asturiano a donde ha ido a impartir una charla. Como adelantándose a nuestra conversación, la comunicación se vuelve imposible fruto de la mala cobertura que ofrece gran parte de la ruta. Retrasamos nuestro intercambio hasta llegar a una zona más ‘accesible’ y rápidamente este valdesano, natural de Luarca, apunta “el retraso que vive el Occidente, estamos medio siglo atrasados”.
-¿Por qué un investigador de la Universidad se erige portavoz de la Plataforma Jarrio Salvemos Nuestro Hospital?
-Estoy por casualidad. Hubo una época de mi vida que entré en política, fui concejal, estuve en ese ámbito de forma aficionada y sufrí una realidad que es la que vive el Hospital de Jarrio. Lo sufrí en mi propia familia y en todo mi entorno. Una serie de personas del partido al que pertenecía en ese momento decidimos dar un paso al frente porque no podíamos seguir así con lo que estaba pasando: se estaba desmantelando el Hospital. La gente del Occidente tiene poca capacidad de respuesta porque, en general, es gente mayor, muy resignada, muy poco beligerante o muy conformista y decidimos que ‘hasta aquí llegamos’. La única capacidad de respuesta que teníamos era protestar, sólo nos quedaba el derecho al pataleo y lo llevamos ejerciendo cinco años. De momento hacemos ruido para que se mantenga el hospital abierto y para que se contraten especialistas que nos hacen falta. En estos cinco años que llevo de portavoz he tenido la oportunidad de aprender mucho de Sanidad, algo que no tenía pensado hacer en mi vida, pero aprendí de gestión sanitaria a base de estudiar mucho y de hablar con muchos médicos, enfermeras y pacientes.
“De momento hacemos ruido para que se mantenga el hospital abierto y para que se contraten especialistas que nos hacen falta”
-¿La única forma de salvar Jarrio es a través de la voz ciudadana?
-En este caso, si los ciudadanos no exigen sus más elementales derechos sanitarios, si no toman la calle de la manera que sea –no tiene por qué ser manifestándose–, no hay solución. Desde otras esferas no va a venir la solución. Así es como yo lo veo.
Tenemos el mismo derecho que un vecino de Oviedo, de Cangas de Onís o de Arriondas de ser atendido por un oftalmólogo, un dermatólogo o por una geriatra y no estamos viendo respetados nuestros derechos. Y ya no hablo de cuestión de tiempo… es que en el Occidente de Asturias llega a producirse la desatención completa en materia de sanidad. Ahora mismo estamos siendo derivados en especialidades de urgencia al HUCA y no sé si la gente de Oviedo es consciente de lo que se tarda en llegar desde Grandas de Salime a Oviedo: si hay que atender una urgencia, son tres horas con un coche rápido. La situación está un poco al límite.
También nos alarma esto que se habla en política de reorganizar el mapa sanitario, que no es otra cosa que fusionar hospitales. Al final, es llevarnos a todos a pasar consulta y a las urgencias a Avilés y por ahí no estamos dispuestos a pasar.
“Si los ciudadanos no exigen sus más elementales derechos sanitarios, si no toman la calle de la manera que sea –no tiene por qué ser manifestándose–, no hay solución”
-¿El objetivo es impedir esto y conseguir que el Hospital empiece a ser fuerte?
-Jarrio ya fue un hospital de referencia en su día, con especialistas que querían estar y formarse allí. Fue un hospital muy bueno, pero ahora faltan una decena de profesionales que en una plantilla de ochenta es mucho. Las listas de espera son insoportables, las esperas para operaciones son insoportables y al faltar determinados especialistas muchas urgencias hay que cubrirlas en Oviedo. O incluso para ir a una consulta elemental tienes que ir a Oviedo, lo cual desde muchos sitios del Occidente es muy complicado porque ni hay transporte público, lleva muchas horas y todo se complica sobremanera. Por semana yo vivo en Oviedo y puedo asegurar lo diferente que es ir al médico en esta ciudad que ir a uno en mi pueblo; no tiene nada que ver.
-¿Qué percepción tienes de la última manifestación, la de este mes de diciembre?
-Yo nunca me vi organizando una manifestación, fue un trabajo enorme, pero mereció la pena por la cantidad de personas que nos dieron las gracias por poner voz a sus problemas. Muchas nos hicieron llegar las dificultades que tenían y vimos que eran muy superiores a los que nosotros conocíamos, lo que pasa es que no todo el mundo puede acceder a los medios para quejarse o para protestar por la situación. Y allí estábamos todos, no había sólo gente de derechas, que fue lo que se trató de decir para deslegitimar esta manifestación. Allí estábamos todos unidos, no se preguntó a nadie por su ideología, ni muchísimo menos, y por primera vez vi al Occidente unido haciendo algo. Había alrededor de 3.000 personas que, para esta zona, dado lo resignados que somos y las condiciones meteorológicas adversas que había ese día, fue en mi opinión un rotundo éxito de participación. Al mismo tiempo también es lamentable, porque tener que llevar a 3.000 personas a la calle para pedir que te atienda un médico me parece absolutamente tercermundista y propio del siglo XVIII.
“Allí estábamos todos unidos, no se preguntó a nadie por su ideología, ni muchísimo menos, y por primera vez vi al Occidente unido haciendo algo. Había alrededor de 3.000 personas que, para esta zona, dado lo resignados que somos y las condiciones meteorológicas adversas que había ese día, fue en mi opinión un rotundo éxito de participación”
-La política es el arte de gestionar por el bien público, pero ¿puede convertirse en un lastre si se capitalizan reivindicaciones?
-Así es, yo dejé la política hace muchos meses y estoy de acuerdo al cien por cien. La política muchas veces es un lastre y aquí está ocurriendo que hay una serie de personas que se ponen al lado de su partido en vez de al lado de sus ciudadanos, de sus vecinos o de sus familias. El que haya equis alcaldes del Occidente que estén callados ante lo que les ocurre a ellos, a sus familias y vecinos lastra la solución del problema, y este problema lo tenemos todos en casa con independencia del partido que seas. Lo tenemos todos, las familias ricas, las pobres y de toda clase social. Eso ha hecho que la gente se eche a la calle y haya apoyado una concentración que se intentó vender como propiciada por el Partido Popular.
-¿Habrá más movimientos para seguir luchando por las necesidades del Occidente?
-Desde la Plataforma lo tenemos claro, llevamos cinco años y vamos a seguir mientras haga falta y además lo haremos independientemente del gobierno que haya en el Principado de Asturias. Vamos a defenderlo exactamente lo mismo gobierne el PSOE, el PP, Vox, Podemos o IU, sea quien sea, porque vivimos en el territorio, queremos a nuestra comarca y estamos exigiendo lo más elemental que se le da a un ciudadano, que es la asistencia sanitaria. Junto con la educación es uno de los dos pilares básicos de nuestra sociedad y es lo único que pedimos.
-A raíz de las reivindicaciones ¿ha crecido en el Occidente la conciencia de comarca, de pertenencia al territorio?
-Es verdad que estas cosas cohesionan, nunca hubo conciencia de comarca y es la segunda vez que nos unimos para hacer algo. Pocas veces el Occidente ha salido a la calle y lamentablemente, ante un problema, esto nos cohesiona y nos da conciencia de comarca. Ojalá esa cohesión sirviera para muchas otras cosas.
“Pocas veces el Occidente ha salido a la calle y lamentablemente, ante un problema, esto nos cohesiona y nos da conciencia de comarca”
-Igual que hablamos de lo que ocurre en el Hospital de Jarrio ¿qué otros problemas sufre el Occidente que se podrían atender?
-Los dos problemas claros son las comunicaciones y la despoblación, pero es que esto viene también ligado en muchos casos a la existencia de servicios. Si no tienes un hospital en la comarca, es difícil que vengas a vivir aquí, sobre todo si es gente que viene de fuera. Y otro tema son las comunicaciones terrestres y digitales, que son una asignatura pendiente. Tenemos carreteras proyectadas y construidas en el siglo XIX, hay mil ejemplos, la de La Espina, la AS-12, y así no podemos ser competitivos en el mundo actual. Mientras un hospital comarcal esté a dos horas de distancia de una capital de concejo no están bien las cosas. Y con lo digital lo mismo, hoy día estás obligado a relacionarte digitalmente con la Administración hasta para pagar una multa, pero luego no tienes Internet en casa a un precio razonable. ¡Pero si todavía no hay ni cobertura de móvil viniendo por la carretera autonómica que conecta Oviedo con Cangas del Narcea! En ese nivel estamos, queda mucho por andar.
-De lo social a lo científico y como geólogo, ¿cuál es tu visión sobre cómo el cambio climático está afectando y afectará al occidente asturiano?
-A lo largo de la historia de la Tierra hubo muchísimos cambios climáticos e incluso con condiciones mucho más extremas que las que hay hoy en día. Hasta hace 20.000 años buena parte de Asturias estaba ocupada por el hielo en cotas altas, por poner un ejemplo. Para nosotros los geólogos, a gran escala los cambios climáticos son normales, otra cosa es que –aunque no lo parezca– ahora mismo estamos en un episodio de calentamiento local dentro de un periodo frío, y que este calentamiento está influido por la actividad humana es evidente.
En el occidente asturiano, o en general en Asturias, las consecuencias inmediatas que podemos prever son el ascenso del nivel del mar y la afección que eso puede tener en las zonas costeras más bajas como Navia o la ría del Eo. También la acción sobre las costas rocosas o las acantiladas dado que el ascenso del mar hace que se vayan erosionando progresivamente más. Los cambios en los modelos de precipitaciones también pueden producir cambios respecto a la erosión de las laderas. Aunque geológicamente, sería un cambio lento comparado con cuestiones climáticas y las consecuencias en especies biológicas, en las que el cambio es mucho más rápido.
“En el occidente asturiano, o en general en Asturias, las consecuencias inmediatas que podemos prever del cambio climático son el ascenso del nivel del mar y la afección que eso puede tener en las zonas costeras más bajas como Navia o la ría del Eo”
-Hay consecuencias ya muy evidentes como las que sufre el Chalet de Las Brisas, en el concejo de Valdés, una edificación construida sobre el acantilado que ya se asoma al borde del mismo peligrosamente.
-Sí, es un caso ilustrativo, nosotros lo estamos estudiando ahora mismo dentro del proyecto Retrocliv de la Universidad de Oviedo que analiza la evolución de los acantilados en la costa. En realidad, la evolución es la misma con o sin cambio climático, lo que pasa es que el cambio climático acelera la velocidad de erosión. Cabe prever una evolución más rápida de esos fenómenos. En este caso que podemos observarlo a través de imágenes fotográficas, en tan solo 30 años se perdieron unos cuantos metros de la parte superior de un acantilado que ya estaba en una fase erosiva avanzada. Estos problemas se van a acelerar.
-El mar siempre gana la batalla y viendo hacia lo que vamos, ¿qué cambios habría que introducir a nivel de gestión?
-Fundamentalmente son de ordenación territorial, y aquí los geólogos podemos aportar mucho porque hay zonas que previsiblemente van a acabar siendo inundadas por el mar o zonas como la parte superior de los acantilados que, aunque no vayan a ser inundadas, sí se acelera en ellas el proceso de erosión. Incluso en los valles fluviales, los fenómenos de avenidas (las crecidas de ríos y arroyos) provocarán que haya más zonas inundables. Los cambios a nivel de gestión tienen que ir de una forma práctica en esa línea, tenemos que terminar con la ocupación de zonas inundables por el mar. Habrá que abandonar la idea de poner las casas en el borde del acantilado o la de intentar ocupar con paseos marítimos zonas que ya son complicadas a medio y largo plazo. Habrá que pensar en este tipo de actuaciones cuando se planifiquen y se vea qué mantenimiento van a tener porque cada vez el mar va a ser más agresivo, va a llegar más arriba. En lugares como Luarca, mi pueblo, si el nivel del mar sube, habrá que planificar una gestión del uso del territorio diferente. Será necesario trasladar edificaciones, abandonar las zonas de mayor peligro, es decir, las zonas inundables por ríos o por la acción marina y las zonas erosionables por la acción del mar en la parte superior de los acantilados.
“Los geólogos podemos aportar mucho porque hay zonas que previsiblemente van a acabar siendo inundadas por el mar o zonas como la parte superior de los acantilados que, aunque no vayan a ser inundadas, sí se acelera en ellas el proceso de erosión”
-¿Nos enfrentamos a un cambio importante del paisaje litoral?
-Del litoral y también del terrestre, a un cambio del paisaje que tenemos ahora mismo. Ya se está produciendo por el abandono del medio rural, pero también lo habrá por el cambio del patrón climático que conocemos, habrá muchos cambios evidentemente.
-¿Preocupa también el posible aumento de argayos?
-Para que se produzcan argayos tiene que haber una serie de factores condicionantes: un tipo de roca, un tipo de suelo que además tiene que estar fracturado o estar muy inclinado. En este caso, el clima lo que hace es desencadenar y acelerar esos procesos. ¿Qué pasa con los cambios en el patrón climático? Pues que parece que ahora se concentran las lluvias en episodios más cortos pero más intensos, es decir, llueve lo mismo pero más concentrado, y todo eso va a cambiar el patrón de ocurrencia de los fenómenos de ladera que se concentrarán más durante esos episodios.
Todavía queda mucho por investigar y analizar. Y si ya estamos en pañales en este tema en condiciones normales, imagina con el cambio climático. Está todo por hacer, sobre todo en nuestra tierra o en nuestra parte de la Península Ibérica donde no hay excesiva gente trabajando una materia geológica en el cambio climático, más bien se está empezando ahora. En otras disciplinas como la biología se está más avanzado porque tiene una trascendencia muchísimo más inmediata.
Lo que hay por delante es un montón de retos para la investigación y también para la gestión pública, la gestión política de cómo va a ser el mundo a medio y largo plazo.
“Aquí en el Occidente están muy concienciados con lo que llaman ‘fanas’, desprendimientos de rocas en carreteras. De hecho, los alumnos nos hicieron muchas preguntas porque conviven con ese problema todos los días, aquí es un fenómeno muy frecuente”
-En julio de este año se detectó una crisis sísmica en Asturias, algo que no se conocía anteriormente. ¿Se están incrementando los terremotos? ¿Es algo que se debería tener en cuenta?
-Tenemos un periodo de estudio de terremotos en Asturias de unos 40 años debido a la fiabilidad de los aparatos. Aproximadamente hay datos desde 1980 y en este periodo no hay ninguna evidencia del aumento de sismicidad, lo que sí han mejorado son los sistemas de detección del terremoto, lo cual hace que detectemos movimientos de más baja magnitud que antes no era posible. Antes sólo se conocían los que podía sentir la gente, pero ahora somos capaces de escuchar mejor lo que ocurre en el interior de la Tierra y por eso parece que aumenta la sismicidad, pero no es así. La actividad sísmica es consustancial a la mitad occidental de Asturias; también lo es en el mar, frente a la costa desde Avilés hacia Galicia hay muchísima actividad que antes no conocíamos porque no había equipos de registro. Pero a partir de los datos que conocemos no se prevé la ocurrencia de ningún movimiento sísmico superior a lo que venimos conociendo, en torno a 3 en Asturias y hasta 5 en Galicia, sobre todo en la zona de Lugo.
-Me cuentas que acabas de llegar de dar una charla en Pola de Allande sobre argayos y terremotos. ¿Por qué es necesaria esta actividad en ese concejo?
-Hablamos de esto en todos los concejos en los que nos llaman para ello, en colegios e institutos, pero en el Occidente es más necesario estar formado ante la ocurrencia de un terremoto. Saber cómo comportarse es más importante aquí que en Llanes, porque la probabilidad de que sientan un terremoto es mucho mayor en el Occidente que en el Oriente. Y con los argayos, ocurre lo mismo. Aquí están muy concienciados con lo que llaman ‘fanas’, desprendimientos de rocas en carreteras. De hecho, los alumnos nos hicieron muchas preguntas porque conviven con ese problema todos los días, aquí es un fenómeno muy frecuente.
-Cuanto más conocimiento… ¿mayor es la necesidad de saber cómo reaccionar ante este tipo de episodios?
-Esa es la idea. Intentamos hacer hincapié entre el alumnado y profesorado de la importancia de saber dónde estás para poder autoprotegerte. Es importante que sepas que circular un día o una semana después de intensas lluvias por una determinada carretera conlleva un riesgo importante de caída de rocas. Y que si estás en el colegio, y sientes un terremoto, has de meterte debajo de una mesa. Hace unos días sintieron uno en Degaña ¿por qué no lo van a sentir en Pola de Allande pasado mañana?
La formación es muy importante en materia de autoprotección, sobre todo en el medio rural que siempre hay menos posibilidades que en el medio urbano.