Diversión + emoción = educación. Esta es la base de la filosofía Genyus School, un espacio en el que se fomenta la educación en emprendimiento, habilidades sociales y el desarrollo personal. Recientemente han organizado en Gijón, junto a la Consejería de Ciencia del Gobierno del Principado, Valnalón y apoyados por la Consejería de Educación, el I Festival de Educación y Emprendimiento Future Minds Fest 2024.
Dice que todavía está con la resaca emocional de la celebración de un acto de estas características en el que, la colaboración entre instituciones públicas y empresas privadas, ha sido clave para el éxito. Pedro Carrillo es un apasionado de la formación y el emprendimiento. Estudió ingeniería industrial y, al acabar, se dio cuenta de que le faltaban competencias y formación para afrontar los retos que la vida le ponía por delante. Decidió que quería formar parte de un cambio revolucionario con el que explorar nuevas fronteras del conocimiento y el desarrollo personal. Creó Genyus School y formó un equipo con el que comparte su pasión por otra forma de educar y del que dice sentirse tremendamente orgulloso.
-¿Qué valoración hacéis del Festival ahora que ya pasaron unos días?
-La celebración del Festival fue un paso adelante muy grande. Con él se puso de manifiesto el impacto que tiene la colaboración de instituciones públicas con empresas privadas a través de Future Minds, el movimiento que hemos creado en el que todos aquellos que crean en la educación, pueden estar sumando valor de diferentes maneras. A su vez, en este proyecto, hemos implicado a seis patrocinadores que se sumaron a la idea conjuntamente con los ponentes y, evidentemente, con los protagonistas que son los colegios, el alumnado, los profesores y profesionales de las empresas y las familias. El objetivo es unir el mundo de la educación y la empresa a través de tres tipos de público: educativo, familiar y empresarial. No sólo es una innovación en el qué se hace, sino en el cómo. Es una demostración de que, colaborando, se consiguen proyectos que tienen un impacto social y educativo brutal. Por la mañana se focalizó para niños y estuvimos completos. Se apuntaron unos 1.200 niños de 5º y 6º de Primaria, cuando el aforo era de 800. Por la tarde estaba diseñado para adultos y profesionales, y se apuntaron unas 450 personas. Así que el éxito fue enorme. Fue llevar la educación a otro nivel a través del concepto de la colaboración.
-¿Qué es la educación?
-Desde mi punto de vista es formar personas para la vida para que tengan un espíritu crítico y sean capaces de ser lo que quieran ser. El objetivo es que todos aprendamos y adquiramos capacidades, herramientas, competencias y técnicas para poder crear nuestro camino de vida y ser lo que queramos ser. ¿En qué debe estar basada? Pues esto es algo muy amplio, abierto y subjetivo en función de quien dé la respuesta. Desde mi punto de vista debe estar basada en las competencias y habilidades que te pide después la vida real.
El proyecto Genyus nace como consecuencia de una sensación que tuvimos al acabar la carrera de decir: ¿y ahora qué? Yo estudié Ingeniería industrial y nadie me había enseñado nada sobre gestión de emociones, hablar en público, trabajo en equipo, tolerar la frustración, marketing, ventas y otras muchas cosas que son el día a día. Desde mi punto de vista, la educación, debe ir enfocada a la vida. Y la vida son habilidades sociales, desarrollo personal y espíritu emprendedor. Ahí es donde ponemos el foco.
Y, aunque no es fácil, la educación debería ir a la individualización en el aprendizaje. Dentro de los grupos, cada uno tiene sus habilidades, visiones, y muchas veces no tienen nada que ver unas con otras. Creo que dicho sistema sería la mayor fortaleza como sociedad sobre la que podríamos trabajar, es decir, que en base a sus capacidades, cada uno hiciese su itinerario educativo, pero lógicamente con unos estándares, porque hay que trabajar en base a una estructura educativa como país.
“Aunque no es fácil, la educación debería ir a la individualización en el aprendizaje (…). Creo que sería la mayor fortaleza como sociedad sobre la que podríamos trabajar, es decir, que en base a sus capacidades, cada uno hiciese su itinerario educativo”
-¿Cómo conseguir que los más pequeños sientan pasión por aprender?
-Tiene que haber un equilibrio. Hay que valorar el qué y el cómo. Tenemos que poner el foco en el qué enseñamos: competencias, habilidades, herramientas y las temáticas que impartimos para el futuro de nuestros niños y, luego, en el cómo lo enseñamos. No podemos seguir educando en la repetición y la memorización. Yo no soy partidario de eliminar la educación por la parte de la memorización al 100%, pero sí darle mucha menos relevancia. No todo son competencias y habilidades, también hay que memorizar y recordar cierta información que nos permite construir una base sobre la que después crezcamos.
Lo que no pueden ser son los extremos: ni una vía totalmente tradicional de memorización y estandarización ni otra de individualización, competencias, flexibilidad y todo está en Internet y ChatGPT. Nuestra metodología, y en lo que creemos firmemente, es en la ecuación: diversión + emoción = educación. Si nos basamos en esto, lograremos la educación por interiorización y aprendizaje real.
-Tener motivación, ¿es clave para aprender?
-Sí, es la ilusión. Cuando no la hay, lo primero, es que somos menos felices como personas. En segundo lugar, los resultados a corto plazo, son peores. En cualquier ámbito de nuestra vida, si estamos motivados, nuestro rendimiento va a ser siempre muchísimo mayor que si no lo estamos. Y tercero, que a medio y largo plazo vamos a tener peores resultados porque, lo que no experimentas, interiorizas o te emociona, no se aprende de manera real, no queda dentro de ti. ¿De cuántas cosas de las que hemos estudiado nos acordamos? El porcentaje es muy bajo y es porque lo hemos memorizado. Así que habrá que poner el foco educativo en la vivencia que es lo que marca la mente de las personas. Da igual la edad, los adultos también necesitamos divertirnos y emocionarnos para aprender, pero, los niños, con doble motivo.
“Nuestra metodología, y en lo que creemos firmemente, es en la ecuación: diversión + emoción = educación. Si nos basamos en esto, lograremos la educación por interiorización y aprendizaje real”
-¿En esta educación, los objetivos deben ser propios o heredados?
-La virtud está en el punto medio. Las personas, desde mi punto de vista, somos lo que somos y cómo somos por genética, por cómo hemos crecido y también por nuestras circunstancias. Pero cada uno tiene que labrar su propio camino. No porque en mi familia sean todos médicos yo también tengo que serlo. Pero tampoco es un no rotundo porque si te gusta, adelante.
El entorno en el que vivimos nos influye, pero todo el mundo debería dedicarse a lo que le gusta, porque son muchas horas de nuestros días las que dedicamos a trabajar. La diferencia entre trabajo y vida es una línea muy fina y difusa, y si eres emprendedor, ni te cuento. Al final haces de tu vida un todo porque lo disfrutas y no tienes en tu cabeza ese concepto de “ahora voy a trabajar”. Tenemos que dedicarnos a algo que, al levantarnos por la mañana, nos motive, ilusione y nos dé energía. En esto es en lo que hay que educar a nuestros niños. A que, en base a sus inquietudes, sus hobbies y sus gustos, aprendan a emprender y mejorar sus habilidades sociales. Por eso, parte del éxito de nuestro proyecto y la metodología, es que logramos crear un vínculo emocional entre ellos y su aprendizaje. Lo que importa es que, el canalizador de su aprendizaje, esté basado en sus inquietudes y actitudes.
-La labor de un buen mentor, ¿debe ser saber hacia dónde deben dirigir su futuro?
-La orientación también es un campo que requiere mucha mejora en nuestra educación. Que conozcan lo que hay para poder elegir, porque nadie nos informa y nos dice qué hay en el mercado laboral de una forma proactiva. La realidad es que, con los niños que trabajamos, da igual que no sepan si quieren ser médicos, arquitectos, panaderos o fontaneros si saben, por ejemplo, que les gusta el deporte o la tecnología. La educación Genyus se basa en crear ese vínculo emocional entre el niño y su aprendizaje basado en lo que le gusta. Lo otro ya llegará. La experiencia del aprendizaje en emprendimiento y habilidades sociales puede luego facilitar esa orientación, porque están levantando sus propios proyectos sobre una temática concreta. A lo mejor, eso les sirve después para orientar su carrera profesional cuando vayan creciendo hacia ese ámbito o todo lo contario.
“Tenemos que dedicarnos a algo que, al levantarnos por la mañana, nos motive, ilusione y nos dé energía. En esto es en lo que hay que educar a nuestros niños”
-¿Hay que educar con la vista puesta en el hoy o en el futuro?
-En ambas. Yo no soy partidario del blanco o el negro porque la vida es un equilibrio de muchas cosas. Cualquier persona que tiene su proyecto tiene que trabajar para comer hoy, pero sin perder el foco en el medio y largo plazo. Las decisiones estratégicas tienen que ir dirigidas hacia dónde queremos estar y para eso tenemos que dar un pasito cada día.
Mi objetivo a medio y largo plazo es ser parte clave de la revolución, la innovación y la mejora de la educación de este país; impulsar el desarrollo socioeconómico de España a través de la educación. Pero, para ello, tengo que tomar decisiones que me acerquen a él. Genyus School primero nació para familias que venían a nuestras sedes como si fuésemos una clase extraescolar, después empezamos a trabajar con colegios, más tarde comenzamos de forma curricular con ellos y, de hecho, nos hemos salido de las extraescolares.
Otro pasito que dimos hace dos años, fue empezar a colaborar con empresas e instituciones públicas para hacer proyectos importantes y llegar a decenas de colegios a la vez. Ese fue nuestro hoy hace cuatro años y, el actual, es haber organizado este festival con cientos de participantes, patrocinadores, colaboradores, ponentes, presencia público-privada y premios. Y somos conscientes de que esto todavía sigue siendo un medio y largo plazo, porque donde queremos llegar es a mejorar la educación y que el emprendimiento y las habilidades sociales lleguen a todos los colegios de España como el mayor motor socioeconómico del país.
-Se quieren hijos modélicos, estudiantes que aprueben todas, buenas notas… ¿es posible tanta perfección?
-No necesitamos niños 10. Los resultados educativos no están siempre directamente relacionados con el éxito. Por ejemplo, hay niños con unas capacidades elevadas respecto al resto, pero muchas veces no triunfan en el sistema educativo porque lo aprenden todo mucho más rápido y se aburren. Lo primero que tenemos que tener claro a nivel educativo es quiénes somos, cuáles son nuestras fortalezas, qué objetivos queremos conseguir y qué queremos ser. Con todo esto claro, ya pasamos a la motivación para lograr la superación con nosotros mismos. Esto no implica sacar dieces, sino tener una base educativa porque, lógicamente, hay que tener una cultura pero, a lo mejor, no necesito dar el máximo en ciencias si voy a trabajar en ámbitos de letras. Es el ejemplo de si pones a un pez en el árbol o a un mono en el agua. Nunca serán buenos porque no están en su medio. Todos somos genios si sabemos dónde serlo. Hay que encontrar nuestro camino de vida.
“Los resultados educativos no están siempre directamente relacionados con el éxito (…). Todos somos genios si sabemos dónde serlo. Hay que encontrar nuestro camino de vida”
-¿Habría que comenzar a reivindicar el derecho a equivocarse?
-Ese es otro concepto que, como sociedad, habría que replantear. Ojalá logremos que el error o la equivocación sea parte del proceso educativo y se vea como una parte positiva del aprendizaje. Obviamente, nadie quiere arruinarse con sus errores, con lo cual, el objetivo, es que no idealicemos el fracaso, pero sí que hagamos que sea parte de la estructura educativa y que no esté mal visto. Llevándolo a los niños, hay que dejar que se equivoquen cuidando de que esos errores no les causen problemas graves en ningún sentido, pero para eso están los mentores o docentes. Si lo viven, lo sienten y lo experimentan, es un aprendizaje imborrable.
-Y ¿qué pasa cuando las cosas no salen bien y no todo se consigue ya?
-Vivimos en la sociedad de la inmediatez y la necesidad de conseguir resultados. En este sentido, donde pienso que deberíamos poner el foco es en una ecuación de cuatro sumandos que, desde nuestro punto de vista, incrementa las probabilidades de éxito.
– Uno, aprender con los niños y formarlos en que lo primero es marcarse objetivos. ¿Hacia dónde voy? ¿Qué quiero hacer? ¿Qué quiero ser y aprender? Esto hay que llevarlo a la parte educativa y a la personal porque ambas están vinculadas.
-Una vez que ya tengo el objetivo, lo segundo es definir las estrategias para lograrlo y éstas dependen de lo que te vayas encontrando en el camino.
– Hay un tercer punto que es la planificación. Hay que saber cuándo hago qué cosa y ser consciente de que cada acción tiene sus plazos.
– El cuarto es el esfuerzo.
Con estos cuatro sumandos, lo que logramos al final es que los niños aprendan que tienen que trabajar en el hoy por el mañana. Tienen que entender que las cosas tienen su tiempo y que hay que trabajar para que lleguen. Deben aprender a ser pacientes en la consecución de sus objetivos.
“El éxito no llega sin el trabajo y el esfuerzo. No te quedes en casa, sal a la calle y pon en práctica todo lo que hayas aprendido”
-¿Crees que es una generación preparada para todo ese proceso?
-No queda otra. Es la era que nos ha tocado vivir y precisamente nuestro objetivo es preparar a las generaciones presentes y futuras para todo ese proceso y para la vida. La única forma de saber que puedes hacerlo, es haciéndolo. Moviéndote y dando pasos que te lleven hacia tus objetivos. Y, en caso de que no sea así, pues tendrás que aprender y reconocer que eso no era para ti. Hazlo, aprende del camino, equivócate y mejora.
Nosotros estamos viendo que están pasando cosas que tienen un impacto brutal en la sociedad, en la educación, en los colegios, en los niños, empresas, instituciones públicas. Y lo estamos viendo después de haber llorado, preocupado y equivocado mucho. El éxito no llega sin el trabajo y el esfuerzo. No te quedes en casa, sal a la calle y pon en práctica todo lo que hayas aprendido. Todos podemos hacer lo que queramos hacer, pero poniéndonos en marcha.
-¿Los resultaos brillantes provienen de mentes más libres?
-Habría que ver el concepto brillante qué significa, porque cada uno tiene su percepción sobre él. Pero desde luego, de dónde sí vienen grandes resultados, es de personas que se atreven. El dar un paso adelante y salir de la zona de confort es lo que luego retorna en resultados diferentes, en genialidades. Lo que se necesitan son personas que lideren ese cambio. Como decía Anxo Pérez, uno de nuestros ponentes, son los “momentos atrévete”. Hay que dar el paso y perder el miedo, pero con formación. El mensaje claro es: atrévete, da el paso. Los resultados brillantes vienen de estos momentos de decisión.
“El dar un paso adelante y salir de la zona de confort es lo que luego retorna en resultados diferentes, en genialidades”
-¿Apostarías más por la mente o por la pasión?
-El porcentaje depende de cada uno y de sus circunstancias, del proyecto en el que estés, de las necesidades e, incluso, de los momentos de la vida.
Yo ahora mismo estoy en un punto de bastante equilibrio entre corazón y mente. Pero hace cuatro años, era más pasión que otra cosa. También te digo que esto es algo afín en la forma de ser de todo el equipo que formamos Genyus. Nuestro trabajo se basa en pasión e ilusión por la idea que estamos llevando a cabo, pero con objetivos y estrategia para logarlos. Desde mi punto de vista, en todo lo que hacemos en la vida, tiene que haber esa energía. Y en nuestro caso más todavía porque trabajamos con niños y niñas, y ellos son el espejo de sus mentores. Si nosotros no lo tenemos, es imposible transmitirlo. Yo lo disfruto a tope y tengo la misma pasión un domingo que un lunes por la mañana porque, como siempre digo, es una semana llena de oportunidades, colaboraciones, aprendizaje, proyectos, reuniones, crecimiento… ¿Cómo no me va a emocionar y apasionar todo esto si estamos construyendo cosas brutales a través de la educación?
“Al final, el éxito como sociedad depende del espíritu emprendedor de cada una de las personas que la forman”
-¿Parte del éxito es gracias al equipo que hay detrás del proyecto?
-El equipo es el corazón. Las empresas no son nada en sí mismas, son las personas que las forman. Yo, al acabar el festival, veía al equipo sobre el escenario con los niños y no cabía en mí de orgullo, de ver las personas y profesionales de diez con las que tengo el privilegio de compartir este camino. Y te digo más: si las personas del equipo son mejores que tú en muchos ámbitos, es mejor porque te van a hacer crecer y ver las cosas de otra manera.
-¿Vitales los pequeños logros antes de llegar al objetivo final?
-Hay que tener en cuenta que el cerebro humano necesita pequeños logros para sentirse motivado y seguir avanzando. Nosotros llevamos trabajado cuatro años y los dos primeros fueron bastante duros porque nos cogió la pandemia a los seis meses de empezar. Los dos siguientes, hemos empezado a tener mejores resultados y a sonreír más. Hay que tratar que los resultados vayan llegando en pequeñas dosis de éxito que te permitan estar motivado cada día, que tu mente siga trabajando de forma positiva y que, cuando te equivoques, sea rápido y barato para evitar grandes fracasos y frustraciones. Es importante saber que, al final, el éxito como sociedad depende del espíritu emprendedor de cada una de las personas que la forman. Entre todos tenemos que lograr que el emprendimiento llegue a todos los colegios y centros educativos de España, y así podamos lograr que la educación en emprendimiento y en habilidades sociales de nuestros niños y niñas hoy, sea el mayor motor de desarrollo socioeconómico de España mañana.