Álex Galán (director de Valle blanco, Gallo negro): «Me enorgullezco de hacer películas de bajo presupuesto» (II)

Más del autor /a

Lo más leído

Tras haber publicado recientemente la primera parte, ponemos punto final con esta segunda parte de la conversación el director de cine Álex Galán.
Mañana a las 19:00 horas, se presentará en Asturias en la 63 Edición del Festival Internacional de Cine de Gijón/Xixón (FICX) su última película Valle blanco, Gallo negro.
Cine con la identidad del territorio. Con pocos recursos. Con los pies anclados a la tierra donde se rueda y con los personajes respirando verdad en cada palabra que sueltan. Una película alternativa en la que lo real es el auténtico protagonista.

El director de cine y documentalista Álex Galán

-Vuelves de nuevo al frío, a los paisajes blancos, al invierno… ¿Por qué te entiendes tan bien con él?
-Siempre noté que el frío, las personas que viven en él y las culturas que se desarrollan en esos territorios, tenían menos símbolos en el sentido que hablábamos antes de que no tienen su identidad genuina encapsulada. Ahí siempre noté que la gente tiene menos parafernalia, es mucho más austera. Es tal y como la ves. Eso en cuanto a lo que encuentro. Y en cuanto a lo que siento, creo que te había dicho alguna vez que siempre sentí que el frío me espabilaba y me permitía conectarme con algo parecido a un sentimiento de pertenencia. Viajar a ciertos lugares y empaparme de sus historias de cerca, es lo que hace que vaya configurando mi persona. En el frío es como si notase un nexo a una identidad mía que estuviese ahí preservada. Los lugares nevados, gélidos, cercados por la nieve y el hielo, creo que tienen más secretos.

- PUBLICIDAD -

-¿Y qué te pasa con los tiempos lentos?
-Para empezar, que me gustaría que se eliminase la connotación negativa del concepto lento. Cuando alguien ve una película y no le gusta, casi siempre acaba diciendo: “Es que se me hizo lenta”. Eso no es un calificativo, es una descripción. De hecho, lo que uno quiere es que las vacaciones, la hora de la siesta o el verano, pasen lento, ¿no? Es obvio que, cuando uno va muy rápido, se entera menos de las cosas y cuando va lento se entera mucho más porque deja que lo que sucede entre en él. Es una manera de vivir más tiempo en la historia y no pasar por encima. Creo que, en este momento que todo se ha instaurado en lo rápido, en el estímulo a toda pastilla para pasar a otra cosa, lo radical y rompedor es lo lento. Que en las secuencias dejes tiempo para pensar, que la gente observe y valore lo que está sucediendo, es revolucionario. Lo que pasa es que, como en todo, mientras permaneces en esta lucha, estás solo y eres un bicho raro.

Entorno del pueblo de Zarréu (Cerredo), donde se desarrolla la película de Álex Galán.
Entorno del pueblo de Zarréu (Cerredo), donde se desarrolla la película.

-¿Y qué me dices de lo barato? ¿También está mal visto?
-Totalmente. Voy a decir algo que cualquiera que se dedique al cine se echará las manos a la cabeza, pero yo me enorgullezco de hacer películas de bajo presupuesto y me generan rechazo los proyectos de alto coste. Tengo que vivir, tener un sueldo y pagar las cosas, pero que una peli sea barata, me encanta. Me parece una virtud poder conseguirlo. Además de que te obliga a mimetizarte muchísimo con el entorno. Con dinero puedes comprar casi todo, pero no tenerlo, hace que tengas que buscar soluciones vitales que te lleven a conocer la historia de una manera profunda. Cuanto más dinero se mete en una producción, más elementos se suman y más te alejan de lo que quieres contar. A mí eso me parece negativo, ahí no va a existir realidad. Esto lo llevo aplicando muchos años respecto a la forma de viajar. Mis primeros viajes a lugares remotos fueron con muy poco dinero. Me fui a Sudamérica gastándome cinco euros al día. O sea, me gasté 1.500 euros en un año. Si ese viaje lo haces con mucho dinero, aunque tú quieras ser lo más auténtico del mundo, no va a ser igual.

-¿Nostálgico de las cosas hechas como se hacían antes?
-Fíjate: incómodo, barato y lento. Me doy cuenta ahora mismo diciéndote esto, que jamás podré trabajar para Netflix u otras muchas productoras modernas. De hecho, en algunas producciones en las que trabajé, que son un poco más ajenas a lo que David y yo solemos hacer en Nunatak, siempre que vi un equipo grande, peleé por reducirlo. Y es una cosa que puede ser un inconveniente, porque estás quitando trabajo a personas, pero creo que muchas veces la historia no necesita tanta gente alrededor. Vayamos pocos, tranquilos y disfrutemos todo desde dentro. Las producciones pequeñas quieren tener presupuestos grandes sólo para rodearse de mucho equipo y que, en la foto del rodaje, parezca que todo es enorme. Creo que eso es una forma de tapar complejos. Yo soy de la escuela de Werner Herzog que, para mí, es el gran maestro del documentalismo. Una persona que se va con un cámara, se mete en la realidad y ya está. Rueda lo que hay. Mi actitud de guerrilla incluye: poco presupuesto y hacer las cosas lentas.

Rodaje de la película de Álex Galán "Valle blanco, Gallo negro"

-Suena como más incómodo, ¿no?
-Otro concepto a coger y situar como se merece. Que algo sea incómodo es bueno, porque el ser humano lleva desde el principio de su historia desarrollándose gracias a ella y muriéndose, agotándose y atrofiándose por culpa del exceso de comodidad. Para mí, lo de dormir en el suelo, viajar encima de un caballo o pasar frío es bueno. Es lo que le da realismo y profundidad a lo que estoy viviendo.

- PUBLICIDAD -

-¿Cuánto futuro hay en el pasado?
-No vamos a caer en la utopía de que vamos a volver a lo de antes. Lo que nos queda es pensar que sí existe mucho de ese pasado en el presente, pero está oculto y hay que saber verlo. En lo que estoy leyendo sobre la prehistoria y el paleolítico, me doy cuenta de que, si aplicas esa mirada a lo que sucede, aunque suene muy friki, ves que alrededor hay un montón de cosas que responden a nuestra naturaleza paleolítica y a esos comportamientos más ancestrales, animales o tribales. Incluso en los entornos más urbanos. Aunque no sabría cuánto hay, sí que es cierto que es bastante y creo que tenemos que agarrarlo como podamos para que no se nos escape, se vaya cada vez más lejos y termine desapareciendo.

-Si tuvieras que rescatar una cosa de ese pasado ¿cuál sería?
-¡Me estás dejando muy poco margen para elegir! Una cosa que sí me gustaría que pudiéramos seguir manteniendo es la capacidad de sorpresa, de asombro. Tal vez porque me da la sensación de que la estamos perdiendo cada vez más porque, el sobreestímulo, hace que ya nada nos asombre tanto. Todo nos atraviesa sin que quede nada dentro. Esa capacidad siempre la tuvieron nuestros ancestros y me gustaría que la pudiésemos recuperar porque, en cierto modo, implicaría también una inocencia. Si me lo permites, rescataría esas dos cosas: el asombro y la inocencia.

¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

- PUBLICIDAD -

Más del autor /a

DEJA UN COMENTARIO

¡Por favor, introduce tu comentario!
Introduce aquí tu nombre


Últimos artículos

Lo más leído

Últimos artículos