Original de una pequeña aldea del suroccidente de Asturias, en los últimos años he trabajado en la utilización del arte como medio para crear lazos comunitarios, elevar la autoestima de los habitantes de las zonas rurales, buscar espacios de fusión entre tradición y vanguardia y plantear formas alternativas para promover la afluencia de visitantes y estimular la economía de los pueblos.
Partiendo de un marco local en el que he puesto en marcha un proyecto artístico comunitario al que me siento íntimamente vinculada (Érase una vez Villaoril), he continuado con la producción de la exposición itinerante de “Abuelinas Pop” que ha girado por varios municipios de Asturias y León con una óptima acogida.
Mi proyecto más reciente, que ha estado mostrándose en 2025 en diferentes salas, lleva como título Asturias de Mil Colores. Mi intención es seguir promoviendo esa interacción entre espacios urbanos y el mundo rural utilizando para ello mi pintura. En este nuevo proyecto expositivo se mezclan el folklore y la tradición popular con el espíritu transgresor y revolucionario de conocidos artistas y gente corriente. Cuadros a modo de stories de Instagram que recogen pedazos, retales, de cultura popular, de fiestas, personas y espacios.
He priorizado, como es habitual en mi obra, el retrato y el color, para crear un mosaico de imágenes parciales que se pueden disfrutar desde un nivel puramente estético y divertido hasta un nivel más profundo que lleva a la reflexión y a la búsqueda: búsqueda de espacios comunes entre campo y ciudad; y de aspectos que suman y se complementan en lugar de excluirse.
El proyecto tiene las raíces en mi tierra pero extiende sus ramas hacia lo universal. No busca encerrarse en unas tradiciones fijas e inamovibles sino que, desde el respeto por la historia y el legado cultural, crea redes, relaciones y puntos de encuentro con el resto del mundo a través de un “Neorruralismo Pop”.
Asturias de Mil Colores es una colección formada por 50 cuadros que se presentan a modo de teselas de un mosaico, de puzle de imágenes en el que figuran personas relevantes o próximas a la autora, edificios, folklore y naturaleza de Asturias.
Los cuadros, de vivos colores, están pintados con técnicas mixtas (acrílico y óleo principalmente) sobre bastidores de madera de formato cuadrado y tamaño 50x50cm. El estilo de las piezas es básicamente figurativo, más o menos realista, con predominio del color plano y una estética pop.
Algunas de las imágenes están compuestas por dos, tres y hasta cuatro cuadros que se pueden disponer de una forma convencional o transgresora, variando la altura a la que se colocan o el orden lógico que deberían ocupar.
El resultado es un patchwork que, tras la primera impresión dirigida sobre todo al estímulo visual y a la reacción más visceral del espectador, requiere de una contemplación más pausada para reconocer el trozo o retal de la realidad que se está representando.
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