Hay momentos en el año que nos invitan a volver. A lo simple. A lo esencial. A ese lugar donde todo empezó, a ese origen que nos recuerda quiénes somos y por qué hacemos lo que hacemos.
Desde Fusión Asturias, queremos cerrar este 2025 con gratitud. Ha sido un año de historias compartidas, de encuentros que nos han hecho crecer, de voces que merecen ser escuchadas. Seguimos creyendo en el periodismo que suma, que acompaña y que transforma. En un periodismo en positivo, ese que mira a la realidad con optimismo inconformista, rebelde y comprometido. Un periodismo que intenta aportar un poco de luz y esperanza entre tanta oscuridad y desesperación.
Seguimos aquí, comprometidas con Asturias, sus paisajes y sus gentes. Con quienes cultivan la tierra con paciencia, acompañan procesos con humanidad, creen en la fuerza de lo pequeño y en la belleza de avanzar juntos. Con quienes sostienen, escuchan, cuidan y transforman.
Sabemos que aún nos faltan muchas historias por conocer, y eso nos impulsa a seguir ampliando nuestra red. Porque Fusión Asturias es, ante todo, un punto de encuentro: un espacio donde las voces del territorio dialogan, donde las iniciativas locales encuentran altavoz, donde la identidad asturiana se reconoce en su diversidad y en su capacidad de reinventarse. Somos un medio que mira de cerca, que se detiene en lo que importa, que celebra el talento, la resiliencia y la creatividad de quienes construyen futuro desde aquí. Y esa misión –la de unir, visibilizar y acompañar– es la que nos mueve a seguir adelante.
Gracias a quienes nos leéis, nos escribís, nos seguís y nos recomendáis. A los que colaboráis con nosotros, sumando vuestras reflexiones. A quienes hacéis posible algo más grande que un proyecto: una comunidad que avanza junta.
Entre tantas luces y fuegos artificiales sentimos la necesidad de volver a lo auténtico, a las personas, a la conversación honesta, a los pasos compartidos que construyen futuro.
Que esta Navidad nos abrace despacio y nos devuelva a lo sencillo, a lo verdadero, a las personas que son hogar. Que haya paz en lo que somos, luz en lo que viene y amor en todo lo que compartimos.
Y en este cambio de calendario, deseamos que el 2026 nos encuentre con el corazón abierto, con los pies en la tierra y con la certeza de que lo que hacemos tiene sentido. Que, como escribió Manuel Vicent, nos pasen cosas distintas, como cuando éramos niños. Que haya sobresaltos felices, sueños imposibles, embrollos imaginarios en noches suaves. Que la costumbre no nos someta a una vida anodina.
Nuestros mejores deseos para 2026. Sigamos caminando juntos y juntas.