Por décimo año consecutivo, se dirimió en Villaviciosa quién hace la mejor fabada del mundo. La final del concurso tuvo que aplazarse hasta el mes de septiembre a causa del estado de alarma, pero, finalmente, y con importantes protocolos de prevención establecidos por autoridades sanitarias, se despejó la duda entre los veinticinco finalistas.
En esta ocasión, el galardón viajó hasta las cocinas de El Cruce en Soto del Barco. Allí la cocinera Ana Aspiazu y su ayudante Rosa María Vales conocen muy bien las exigencias que requiere el plato más emblemático de la gastronomía asturiana. Una receta que se sustenta con una base importante de mimo y cariño, además de maña y por supuesto, buena materia prima.
Los participantes a este certamen, que organiza el Ayuntamiento de Villaviciosa en colaboración con la empresa de eventos gastronómicos Gustatio, no se lo pusieron fácil al jurado que se encontró con una edición de lo más reñida y en la que se enfrentaban restaurantes de distintos puntos del país. Al final, los tres primeros premios se quedaron en el Principado. El segundo puesto recayó en el restaurante Michem, de Villabona, mientras que el tercero lo consiguió Casa Pedro, en Parres.
La faba también fue protagonista en Cangas del Narcea, donde a mediados de mes se celebró la final del III Campeonato de España de Pote Asturiano. El evento, que fue retransmitido en directo a través de las redes sociales, reunió en el Parador Nacional de Corias a quince participantes: doce asturianos y tres de otros rincones del país. Por el camino, y en meses anteriores, se quedaron otros cuarenta y cinco participantes.
Fue un establecimiento de Tineo, el restaurante del Palacio de Merás, quien se llevó la gloria y el título al Mejor Pote Asturiano 2020. La artífice de este plato ganador, la cocinera Carmen Fernández, ha heredado su buen hacer en los fogones de su madre y su abuela. En su casa, al igual en otras tinetenses, el pote era un plato habitual compuesto por fabas, berzas y patatas de la zona y acompañado del compango obtenido de la matanza. El secreto, como en el caso de la fabada, viene siempre adobado con grandes dosis de cariño y paciencia. Y un detalle más que confiesa la autora, escoger bien la verdura, que esté dura y rizosa para que no se deshaga antes de lo previsto.
En el marco del concurso, también se eligió el mejor pote de Cangas del Narcea, que en esta ocasión recayó sobre la cocina del Parador de Corias.