Territorio de vino en la tierra de la sidra, Cangas del Narcea forma parte de la Asturias más desconocida, y probablemente por eso más interesante. Sus fiestas escenifican un folclore antiguo y atípico, representado en la Descarga, una fiesta de pólvora en la que explotan miles de cohetes o voladores.
El suroccidente de Asturias es una asignatura pendiente aún para muchos asturianos, que suelen orbitar en torno a la A-66 y sus ramales. Hay que pensar que llegar a Cangas hace no tantos años era casi una peripecia, recorriendo carreteras sinuosas que, en algunos casos, incluso morían en las montañas. Hoy en día la situación ha cambiado, y es posible llegar aquí desde la Asturias central en poco más de una hora; queda sin embargo el mito del aislamiento, que se usa para explicar casi cualquier rasgo diferenciador de la zona, y que ha hecho de Cangas un territorio casi legendario, avivado por historias de pólvora y voladores, folclore inalterado, naturaleza salvaje y agricultura heroica.
A pesar de la mejora de las comunicaciones, se ha mantenido el mito del aislamiento, que se usa para explicar casi cualquier rasgo diferenciador de la zona.
Esto último no es una metáfora: realmente se llama viticultura heroica. Es el término que se usa para describir el trabajo en viñas por encima de los 500 metros y con fuerte pendiente. La vendimia se hace a mano, ya que la orografía hace imposible utilizar maquinaria. Y más: condiciones climáticas adversas, pequeñas superficies de cultivo, muchas veces fraccionadas y organizadas en bancales, necesidad de fuertes inversiones para modernizar las plantaciones… Con semejante panorama el adjetivo heroico va tomando forma: la DOP Cangas, que se obtiene en Cangas del Narcea y otros siete concejos de la comarca, es una de las pocas que responden a esas características en España, junto a la Ribeira Sacra en Galicia y el Priorat catalán.
Otro rasgo diferenciador es el uso de variedades de uva exclusivas, pues así han de ser para estar adaptadas a un medio hostil. En el caso de Cangas la joya de la corona es el albarín blanco, base de un vino aún poco conocido, pero que va tomando posiciones y reconocimientos internacionales gracias al buen trabajo de las bodegas locales.
Toda esta actividad ha derivado en un más que incipiente turismo enológico. Varias bodegas ofrecen visitas guiadas a sus viñedos e instalaciones, además de catas y degustaciones. Hay actividades imprescindibles, como la visita al Museo del Vino, en el barrio de San Tisu en la villa de Cangas; en su exterior nace el Paseo del Vino, un recorrido entre viñas y bosque de ribera de reciente ampliación. Un buen momento para conocer esta cultura vitivinícola es la Fiesta de la Vendimia, donde entre otras actividades se reproduce el transporte y la pisada de uva tradicional, y se realiza una cata popular de vinos de la Denominación de Origen Protegida.
Pólvora somos
Pero eso será a primeros de octubre, y no hay que esperar tanto para conocer el espíritu cangués en su apogeo. Otra de las fechas álgidas del año son las fiestas patronales, en honor a la Virgen del Carmen y la Magdalena. Aquí encontramos de nuevo el hecho diferencial: mientras en casi toda España la fiesta del Carmen es una celebración marinera, en Cangas del Narcea las cosas se hacen de otra manera. Y de qué manera: con cantidades industriales de pólvora, que estallan en un despliegue de ruido y humo difícil de narrar. Es la Descarga, Fiesta de Interés Turístico Regional, y en ella se prende fuego a unos setenta mil voladores en poco más de cinco minutos.
En el barrio de San Tisu, junto al Museo, nace el Paseo del Vino, un recorrido entre viñas y bosque de ribera.
El estruendo es tal que provoca una sacudida de adrenalina en los presentes, una emoción que se combina con el culto a la patrona y con la alegría de las campanas repicando una vez se ha llevado a buen puerto el espectáculo pirotécnico. No es para menos, ya que requiere una gran destreza, mucho cuidado y unas evidentes medidas de seguridad. La preparación y ejecución de la Descarga está en manos de la llamada Sociedad de Artesanos, fundada en 1902. Junto a ella, diferentes peñas organizan tiradas de voladores (cohetes) a lo largo de toda la semana. Sin olvidar los fuegos artificiales, un poco menos ruidosos y bastante más coloridos, que tampoco pueden faltar.
En realidad, la tradición pirotécnica en Cangas es tan grande que no son necesarias muchas excusas para prender la mecha: cualquier celebración es buena. En las patronales, sin embargo, es cuando se echa el resto. Se dice que la Descarga es como una oración de pólvora, quizá porque el culto religioso a la Virgen se junta, con todos los respetos, con la devoción pagana a los explosivos. Todo es ceremonia, y está medida al segundo.
Naturaleza mimada
El río Narcea da nombre al concejo y su capital, y es de recibo insistir en la «ele» de su nombre. Hace ya tiempo que entre los cangueses, de conocida retranca, circulaba la broma de que si los de obras públicas seguían omitiendo la ele en Cangas del Narcea, ellos omitirían la de públicas.
En cualquier caso, no se explica el paisaje de la zona sin el río Narcea, con sus proverbiales truchas, piedra de toque de un ecosistema con un extraordinario nivel de conservación. También pone el nombre en las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, reconocido como Parque Natural en 2002, además de ser Reserva de la Biosfera y estar integrada en la Red Natura 2000. Todas las figuras de protección parecen pocas una vez que se visita la zona y se conocen sus bosques.
En la Descarga, Fiesta de Interés Turístico Regional, se prende fuego a unos setenta mil voladores en poco más de cinco minutos.
Aquí se pueden observar osos en libertad -siempre con guía y siguiendo unas indicaciones-, pero también hay urogallos, rebecos, zorros, lobos, nutrias… y una increíble variedad de pájaros, que hacen de éste un destino recomendado para los aficionados a la ornitología. El parque tiene dos enclaves imprescindibles: la Reserva Natural Parcial del Cueto de Arbás, donde se ven claramente las huellas de la última glaciación, y la Reserva Natural Integral de Muniellos, un inmenso robledal con entrada restringida a veinte personas al día.
Pasar del alboroto y la polvareda de la fiesta al silencio de la naturaleza más pura es un gran contraste, que los cangueses manejan con absoluta naturalidad. Quizá no se entiende lo uno sin lo otro, o al menos ambas cosas sirven para explicar el carácter de la zona, en una mezcla, nunca mejor dicho, explosiva.
Del 14 al 22 de julio
Día 14- Pregón de Fiestas, desfile de peñas y fuegos artificiales, además de las tradicionales descargas de diversas peñas.
Día 15- Gigantes y cabezudos, Primera Gran Verbena, fuegos artificiales y pasacalles nocturnos.
Día 16- Por la mañana, misa solemne en la Capilla de Ambasaguas, seguida de la procesión hasta la Basílica de Santa María Magdalena, donde se celebra la misa mayor.
Por la tarde, misa solemne en la Basílica, vuelta en procesión de la Virgen del Carmen a la Capilla de Ambasaguas. A su paso por el Puente Romano empieza LA DESCARGA, dirigida por la Sociedad de Artesanos de Cangas del Narcea.
Por la noche, Segunda Gran Verbena y fuegos artificiales.
Día 21- Gigantes y cabezudos, Gran Chocolatada y Juegos Tradicionales en el patio del Ayuntamiento, Cuarta Gran Verbena, fuegos artificiales y la Gran Carrera de Madreñas en circuito urbano.
Día 22- Jira a Santana, gran costillada popular y Quinta y Última Gran Verbena.