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domingo 24, noviembre 2024

Cangas del Narcea. El Yellowstone asturiano

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Los mayores del concejo recuerdan perfectamente que ya de niños compartían su tierra con los osos, por eso el aumento de su población durante los últimos años no es ninguna sorpresa para ellos. Todo lo contrario, el avistamiento de la fauna salvaje es uno de los atractivos que Cangas del Narcea tiene reservado para sus visitantes.

La riqueza paisajística del concejo cangués salta a la vista en cuanto se pisan sus límites geográficos. Extensos bosques de especies autóctonas, profundos valles dibujados por ríos como el Narcea y un relieve montañoso y abrupto favorecen que en este territorio la naturaleza se conserve en estado puro e inalterado. Con razón una gran parte de la superficie del municipio -básicamente su mitad sur- se halla integrada en el parque natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias y es conocido por albergar reservas tan conocidas como Cueto Arbás y Muniellos, este último el mayor robledal de España, y uno de los bosques atlánticos mejor conservados de Europa.
Por sus condiciones geográficas, Cangas del Narcea (que es el mayor municipio del Principado de Asturias con 825,44 km2) alberga uno de los tesoros faunísticos que más expectación despierta en España: el oso pardo. «El suroccidente de Asturias tiene la mayor población osera de la península. Se estima que aquí hay alrededor de 210 ejemplares frente a los 25 ó 30 que puede haber en el oriente asturiano, y cada año su población crece un 10%». Víctor García es guía turístico de experiencias medioambientales, una profesión poco conocida que ha encontrado un nicho de mercado en el concejo de Cangas La posibilidad de ver un oso pardo en su hábitat natural es uno de los atractivos turísticos que los visitantes valoran al visitar esta zona de la geografía asturiana. Acompañados por guías locales la probabilidad de verlos es muy elevada: «en las mejores épocas, primavera y otoño, las salidas al monte para los avistamientos llegan a tener un 70 u 80% de éxito».

El tradicional aislamiento de Cangas del Narcea le ha permitido una excelente conservación de su entorno natural, el mayor de sus atractivos turísticos.

El oso de la Cordillera Cantábrica es, junto con el lince en Andújar y el lobo en la zamorana Sierra de la Culebra, uno de los tres mamíferos que impulsan a toda una corriente de ecoturistas. Llegan desde cualquier punto de España y desde países como Bélgica, Holanda, Alemania o Francia, dispuestos a ver a los tres grandes. «Lo fundamental de las salidas que hacemos a la naturaleza es que la gente pueda conocer el territorio, vivir y sentir la naturaleza -opina Víctor- porque para conservar algo primero es necesario conocerlo y valorarlo».
La campaña «He visto un oso» impulsada por la Asociación de Turismo Rural Fuentes del Narcea el pasado mes de noviembre, puso de relieve la creciente importancia de la observación de la fauna salvaje como recurso turístico. La propuesta consistió en ofertas especiales de fin de semana, en las que los clientes alojados en alguno de los locales de la asociación podían disfrutar de la experiencia de ir a ver los osos acompañados por una empresa de la zona. Ana Llano, presidenta de este colectivo que aúna a 58 alojamientos y empresas de turismo activo y experiencias de la comarca, reconoce que la iniciativa resultó un éxito: «Cangas, junto con la zona de Ibias y Degaña, es la cuna del oso y ahora se están expandiendo a otros lugares. Por eso aquí sigue siendo relativamente fácil verlos. Y a pesar de su cercanía, nunca hubo ningún problema con ellos porque son animales muy miedosos que escapan del hombre».
Los hosteleros, conscientes de la importancia de este atractivo turístico, insisten en la necesidad de llevar a cabo esta actividad desde un absoluto respeto a la fauna local y aumentando las medidas de seguridad. De ahí la buena acogida a la iniciativa que plantea el Grupo de Acción Local a cargo del Plan Leader: construir una red de observatorios de la naturaleza, en principio prevista para el Connio y Brañas de Arriba.

Y entre viñedos

Paseo del Vino en Cangas del Narcea
Viñedos en el Paseo del Vino. / Foto: Fusión Asturias
Si la fauna es motivo más que suficiente para visitar un concejo como éste, no lo es menos otro de sus recursos más conocidos: los viñedos y su producto más apreciado en esta tierra, el Vino de Calidad de Cangas, que cuenta con Denominación de Origen. El municipio rompe muchos de los esquemas y tópicos que alberga el paraíso natural asturiano, al decantarse claramente por una cultura vinícola en vez de la habitual sidrera. Pero esto viene ya de lejos. Lo más sencillo para entender las claves de este territorio es visitar el museo dedicado al vino en el barrio de Santiso, en la capital del concejo (984 497 009 / 680 148 012). Allí es posible comprender cómo el desarrollo vitivinícola estuvo ligado al trabajo de los monjes que fundaron el Monasterio de Corias en el siglo XI. También influyen las singulares características de la zona que confieren un sabor tan particular a las uvas de Cangas. Además, una vez recorridas las distintas dependencias del Museo existe la posibilidad de caminar por el llamado Paseo del Vino, un recorrido que parte desde este equipamiento y que previsiblemente se ampliará con la futura construcción de una senda peatonal entre Ambasguas y Santiso.
Caminar entre viñedos o visitar una bodega es también una opción, ya que algunos de los productores de la zona no se limitan a comercializar su producto sino que invitan a los visitantes a conocer su trabajo a través de visitas guiadas. «Damos una explicación somera de cómo elaboramos los vinos, visitamos la bodega de crianzas y por supuesto hay una degustación de los vinos que tenemos en el momento de la visita». Andrea González es la responsable de enoturismo en la bodega Monasterio de Corias. Precisamente esta bodega consiguió el Zarcillo de Oro 2013 por el Guilfa blanco de madera de 2012. Y es que la revolución ha llegado a las mesas canguesas con la producción de vinos blancos, que ahora «son los más galardonados», valora Andrea. «Estamos asistiendo a un boom, aunque Cangas siempre fue tierra de tinto. Y eso que los tintos de aquí no tienen nada que ver a los de la Rioja o Ribera, son vinos atlánticos, suaves, aromáticos y con mucha personalidad». Precisamente en la categoría de tintos, las Bodegas Obanca también vieron reconocido uno de sus vinos.

El Parador suma puntos

Monasterio de Corias, actualmente Parador Nacional
Monasterio de Corias, actualmente Parador Nacional. / Foto: Fusión Asturias
En julio del pasado año tuvo lugar un acontecimiento muy esperado, la apertura del Parador de Corias en el Monasterio de esta localidad. Fundado en 1032 por los monjes benedictinos, el Monasterio se conoce popularmente como el ‘Escorial asturiano’ y está declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional. Tras mucho tiempo de espera, el éxito de su puesta en marcha ha sorprendido a más de uno y ha puesto de manifiesto el interés que despierta un concejo como Cangas, convirtiendo en ventaja el hándicap de la distancia con el centro de Asturias.
El alcalde del concejo, José Luis Fontaniella no tiene reparos en afirmar que el municipio está creciendo turísticamente y que la apertura del Parador de Corias ha tenido una influencia positiva: «Está lleno prácticamente todos los fines de semana de la temporada. Es decir, que si tienen setenta habitaciones son alrededor de 140 personas las que pasan la noche allí».

El Monasterio de Corias se conoce popularmente como el ‘Escorial asturiano’ y está declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional.

Una buena noticia para un concejo que además de vender naturaleza se esfuerza en dar a conocer las bondades de su gastronomía con protagonistas destacados como los embutidos locales, los productos del cerdo y por supuesto la ternera asturiana: la exquisita carne roxa de la raza autóctona Asturiana de los Valles. Vaya por delante que la tradición ganadera del concejo marca que el ganado disfrute largo tiempo de praderías, alimentándose de pastos de gran calidad, lo que ha dado lugar al nacimiento de ganaderías que ofrecen productos ecológicos.

La industria en el medio rural

A pesar de que la villa de Cangas está a menos de cien kilómetros del centro neurálgico de Asturias, todavía pesa sobre el suroccidente asturiano una cierta sensación de incomunicación, una lejanía que -según se mire- puede tornarse en beneficio si se acentúa el consumo local y se evitan desplazamientos innecesarios y costosos hacia la zona central. Y en ese aspecto, la villa de Cangas del Narcea ofrece todo lo necesario en servicios y productos.

El polígono de Obanca cuenta con un centro de empresas cuya labor principal es apoyar la creación de nuevas iniciativas, a través de un semillero de empresas.

Mantiene un comercio activo y unas zonas industriales muy cercanas a la villa, Tebongo y Obanca, que se han convertido en centro de la actividad empresarial de la comarca. Obanca, con 65.000 metros cuadrados, fue la primera de las áreas empresariales y su elevada ocupación dio lugar más tarde a la creación de Tebongo, que dispone de 15.000 metros cuadrados. El de Cibuyo podría ser el tercer polígono del concejo, un proyecto ralentizado, que no parado, por la crisis, que ahora parece reactivarse tras su aprobación definitiva.

Las obras para la construcción del futuro matadero municipal se iniciarán en el polígono de Tebongo próximamente.

Tampoco se ha frenado uno de los proyectos más esperados, la construcción de un matadero en Tebongo, que según afirma José Manuel Fontaniella «empezará con las obras este verano. Ya se ha firmado un convenio con el Ministerio y esperamos que en torno a este equipamiento se cree una interesante actividad empresarial».

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