La inversión en el medio rural ha sido uno de los retos prioritarios para el equipo de gobierno naviego, con el objetivo principal de aumentar la calidad de vida de sus vecinos y mejorar las infraestructuras del concejo.
Estudiar los proyectos, medir el gasto municipal y valorar la prioridad en las inversiones son algunos de los grandes retos que afronta diariamente el equipo municipal.
Para Ignacio García, alcalde de Navia, tiene especial importancia mantener unos presupuestos equilibrados, de forma que lo invertido en zonas urbanas sea superado en la proporción correspondiente con lo que se destina a la zona rural.
-Hay inversiones mediáticas como pueden ser el Fantasio, El Casino o La Poza pero, ¿qué valoración hace su gobierno de la inversión en la zona rural?
-En la zona rural llevamos años haciendo una inversión muy potente, primero poniendo a punto la red de centros sociales -que eran las antiguas escuelas unitarias que había en el concejo- y luego dotándolas de contenido cultural, de ocio y de deporte. Nos interesa mucho que los pueblos puedan tener estas infraestructuras.
La verdad es que también llama mucho la atención el gasto que hay anualmente para mantener y conservar la red de caminos que tenemos en el concejo. Este año, la inversión municipal es de 160.000 euros, a lo que hay que sumar dotaciones económicas que conseguimos a través de otros organismos. Por ejemplo, en Busmargalí se van a invertir más de 100.000 euros para la mejora de los caminos; en anteriores ejercicios, en El Vidural se superaron los 400.000 euros y también se hicieron mejoras en Villapedre y caminos de actividad en todo el concejo de Navia. Ahora queremos plantear la mejora de caminos en Soirana.
-¿Están suficientemente valoradas estas inversiones?
-Desde el desconocimiento absoluto hay quien dice que el Ayuntamiento gasta todo el dinero en hacer aceras en Navia y esto es hacer demagogia porque, concretamente las aceras, las gestionamos a través de un plan de empleo y solo nos cuestan los materiales. Lo que pasa es que todo lo que hagas en Navia y en otras zonas urbanas va a tener más visibilidad, mientras que son muy pocos los que van a las zonas rurales a ver lo que se hizo allí. Por poner un ejemplo, si comparas lo que se gastó en Cabanella con lo que se gastó en Los Jardinillos, la balanza se cae claramente hacia Cabanella. Estamos gastando tres veces más en la zona rural que en Navia.
«Estamos gastando tres veces más en la zona rural que en Navia»
-¿Cuáles son las mayores partidas presupuestarias que afronta el Ayuntamiento ahora mismo?
-Estamos invirtiendo 150.000 euros en la limpieza de cunetas. También a través de la empresa Tragsatec se está finalizando un exhaustivo inventario de todos los caminos del concejo que nos costó 64.000 euros. Son algo más de 400 km, unos 989 caminos, y vienen fotografiados con los anchos, los pasos de agua, las entradas…
Por otra parte, estamos esperando que se apruebe un convenio con el IDEA (Instituto de Desarrollo de Energías Alternativas de España), en el que nosotros aportamos 60.000 euros y ellos 240.000. En total son 300.000 euros que se destinarán a la mejora de las luces en la zona rural y supondrá una inversión muy importante. También hay que nombrar la obra de la carretera de Sante-Talarén-Las Aceñas, que costó alrededor de 300.000 euros y se terminó este año. La hizo el Principado y al Ayuntamiento le supuso mucha gestión.
-Este año se ha dado un impulso grande a la obra de La Poza. ¿Qué ha supuesto este proyecto para el Consistorio?
-Junto con la del espigón es una de las obras más importantes que estamos haciendo. Entre unas cosas y otras se han invertido más de 700.000 euros y todavía no está terminada.
En este tema, hay que tener en cuenta que la escollera que inicialmente se hizo en la ría tenía como objetivo encauzar el río. Pero como consecuencia de esta obra, en el año 46, con motivo de un temporal, se rompió el arenal de la zona de Coaña y la arena se depositó en la parte de Navia, cerrando una parte y creándose La Poza. Lo ocurrido fue un daño colateral pero nos gustó lo que surgió. Medioambientalmente La Poza nos parecía interesante, repostaban las aves migratorias, y los niños y los mayores se bañaban allí. Por eso, pensamos «pues ahora vamos a hacer el proyecto para conservarla». Se hizo un estudio por parte del Indurot que tuvo un coste algo superior a los 60.000 euros. Tras el mismo, el Principado elaboró un proyecto que también costó lo suyo, y que respetaba lo que aportaba el Indurot en materia medioambiental. Lo que se proyectó fue abrir una zona para permitir la entrada y salida del agua, y ya la estamos disfrutando. La obra está rematada y está todavía en estudio porque queremos observar cómo se comportan ahora los flujos de agua. El objetivo es que La Poza vuelva a ser un lugar de encuentro para poder bañarse, hacer deportes acuáticos, etc.
-¿Se solucionarán los problemas con esta obra de envergadura?
-Tenemos que ser conscientes de que La Poza no es un espacio natural sino artificial y sabemos que siempre nos va a implicar un mantenimiento, pero es algo que asumimos. Y si hay alguna adversidad como un temporal fuerte o similar, habrá que afrontarlo y corregir los desperfectos entre todos los organismos implicados.
-¿Qué es lo que se está haciendo en el espigón de salida?
-Se están creando unas escolleras laterales, se está estudiando la manera de que las piedras sean lo más grandes posibles y que puedan llevar algún tipo de amarre de hormigón. La prolongación, que siempre se pidió desde el Ayuntamiento por si contribuía al arenamiento de la playa, no se va a hacer finalmente porque los especialistas dicen que el firme está a más de 40 metros de profundidad y la cimentación supondría un gasto elevadísimo. Con lo cual lo que se está haciendo es un encauzamiento, llevar el río por donde nosotros queremos.