Ya no queda nadie que no sepa que vienen, ya no malos tiempos, sino peores. Más difíciles de lo que en un principio se calculaba. De modo que no cabe insistir más en lo que aparece día sí y día también en todos los medios de comunicación: crisis, paro, y ese eufemismo que llaman "crecimiento negativo" a lo que es un encogimiento económico global que, dicen, aún no nos ha enseñado su peor cara.
Como con zapatos nuevos. Así hay que encarar el año que comienza, con ilusión, con proyectos, con objetivos, con ideas. Es cierto que lo económico acapara la atención y las preocupaciones de todos, que las previsiones no son optimistas y que se espera que vengan momentos de dificultad.