La gran pasión del presidente del CEPESMA (Coordinadora para el Estudio de las Especies Marinas) es el mar y las criaturas marinas que lo habitan. Tras años rescatando especies, bajo su batuta se abrió el Museo del Calamar Gigante. Ahora mira hacia las estrellas y la Tierra e inaugurará en otoño el Parque de la Vida, que desea mostrar las maravillas que nos rodean y hacernos replantear con humildad nuestra posición en el universo.
Rebelde y aprendiz de la vida, son los calificativos con los que se autodefine Luis Laria. Abandonó la carrera de Medicina al comienzo de la misma para conocer los lugares más inexplorados del planeta. Tras instalarse en Luarca, en su tiempo libre rescataba criaturas marinas, una lucha por los mares hoy más necesaria que nunca. Creó CEPESMA, que este año se ha presentado como asociación candidata al Premio Pueblo Ejemplar.
Con sus palabras se viaja desde la lejanía de las estrellas a las profundidades marinas.
-Bajo sus auspicios ha visto por fin la luz el Museo del Calamar Gigante en Luarca. ¿Es como esperaba?
-Es como yo quiero que comience a ser. Deseo hacerlo crecer en cantidad y calidad, y aumentar espacios expositivos. La muestra de calamares gigantes y especies abisales es lo más importante que tenemos, pero eso no quiere decir que sea el todo. En un futuro no muy lejano va a seguir creciendo, aunque eso no quiere decir que ahora sea pequeño, todo lo contrario. Ahora tiene un alma, una sensación muy positiva y a los visitantes les fascina. Viene a verlo gente de Asturias y también de fuera. Por respeto a esas personas, tenemos que renovarnos continuamente.
“La noticia más impactante que puede recibir hoy el ser humano es saber que en algún punto del universo hay vida inteligente. En ese momento ya seríamos un poco menos ignorantes”
-CEPESMA ha cedido calamares a instituciones internacionales. ¿Por qué en Asturias y toda España pasan más desapercibidos estos animales únicos?
-Hemos cedido a otras instituciones restos de cetáceos, peces, invertebrados, moluscos, crustáceos y también calamares gigantes. Con el Museo Smithsonian -con quienes colaboramos desde 1997- posiblemente renovemos el convenio por otros cinco años. Muchos españoles me dicen que estuvieron en el Museo de Historia Natural de Washington y se emocionaron al ver allí unos calamares de Asturias. En el Smithsonian son muy apreciados, allí hay otra idea que no tenemos aquí de dar valor a las cosas que realmente son singulares. Eso redunda en que nosotros, los españoles, perdamos muchísimas de nuestras capacidades por no dar valor a lo que somos ni a lo que tenemos.
“Es vergonzoso que en Asturias se sigan capturando angulas, que en primer lugar son alevines y en segundo lugar están prácticamente desaparecidas”
-Nuestros mares están en peligro. Por ejemplo, a 400 millas de la costa gallega hay un cementerio radiactivo. ¿En qué estado se encuentran estos residuos cercanos?
-La radiactividad no tiene límites y en el mar no existen fronteras. Ese es el mayor cementerio radiactivo del Atlántico; hay vertidas 164.000 toneladas de residuos radiactivos, que tienen un periodo de latencia de entre mil y doscientos cincuenta mil años. Imagina qué herencia dejamos metida en bidones. Eso lleva desde 1984 allí, y no está controlado. Es material proveniente de las centrales nucleares europeas, incluyendo las de España, y las norteamericanas. A partir del 87 hubo una regulación específica, pero la violan completamente. Las mediciones sólo se hacen en las zonas costeras y son simbólicas. No se hacen en las zonas de sinergias de las corrientes, donde realmente está el contaminante. Además ese contaminante que está a 400 millas puede dar la vuelta a Europa, volver, pasar miles de años generando una contaminación impresionante.
-Según la FAO las diez especies más pescadas ya están siendo sobreexplotadas. ¿En qué estado se encuentran las especies asturianas?
-Hay un abuso de la explotación de los recursos, que hace que se limiten las posibilidades de crecimiento poblacional en algunas de las especies, conduciéndolas al exterminio. Por ejemplo, es vergonzoso que en Asturias se sigan capturando angulas, que en primer lugar son alevines y en segundo lugar están prácticamente desaparecidas. Hay una regulación que dice que los peces que no den la talla no se pueden pescar; pero se da por supuesto que hay especies más interesantes comercialmente, y no importa lo que ocurra con ellas. La angula ya está en peligro de extinción, así que qué más da que se estén pescando unos kilos al año. El problema es que cuando desaparece una especie como la angula, lo hace también un recurso alimentario y de limpieza de ríos, poniendo en peligro un ecosistema.
“Muchos españoles se emocionan cuando van al Museo de Historia Natural de Washington y ven expuestos calamares gigantes provenientes de Asturias”
-Aunque está abierto oficiosamente desde hace un tiempo, en otoño inaugura el Parque de la Vida en la Mata (Valdés).
-Tenemos la idea de inaugurarlo previsiblemente en octubre, para lo cual va a venir una persona de alto nivel en el ámbito de la ciencia. Lo considero una pequeña locura, que consiste en hacer algo distinto, que no tenga nada que ver con lo demás que hay en España. No se trataba de hacer algo grandioso sino singular, peculiar.
-¿Qué va a encontrar la gente que se acerque al recinto?
-Yo estoy seguro de que se encontrará con sorpresas. Es el único sitio de España donde vienen cuarenta niños en un programa de educación medioambiental y se les pone una serpiente a cada uno en la mano para que jueguen con ella, ya que tenemos un Centro de Protección de Especies. Aquí fomentamos las energías renovables y la exploración espacial, por ello tenemos un planetario de última generación que a la gente le gusta mucho, un observatorio con un telescopio de calcio, otro de hidrógeno y un telescopio de visión profunda nocturna. Por lo tanto, hacemos visitas guiadas, observaciones diurnas o nocturnas.
-¿A qué reflexiones conduce el Parque de la Vida?
-Me gustaría que el visitante cayera en la cuenta de que somos polvo de estrellas, por lo tanto quien crea que es un aparte del universo está totalmente confundido. Llegará un momento en el que el hombre pueda salir al exterior y conocer la estrella más cercana a nosotros, que está a cuatro años luz y es previsible que pudiera tener vida inteligente. La noticia más impactante que puede recibir ahora mismo el ser humano es saber que en algún punto del universo hay vida inteligente, porque en ese momento ya seríamos un poco menos ignorantes de lo que somos.