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sábado 5, octubre 2024

Blue Dot Diving, conociendo el fondo marino

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Bajo el nombre de Blue Dot Diving, el Parque de la Vida ha puesto en marcha en el concejo de Valdés una escuela de buceo. Sumergirse y disfrutar la belleza del fondo submarino asturiano está ahora al alcance de la mano.

Que el fondo marino del Cantábrico no tiene nada que envidiar con respecto a otros fondos mucho más mediáticos nos lo asegura Luis Laria, el joven promotor de esta escuela de buceo que tiene su sede en el Parque de la Vida. El conocido espacio museístico, creado hace ya muchos años por su progenitor, el naturalista Luis Laria, siempre tuvo una especial atención a los océanos y una mirada detenida al Cantábrico y a sus habitantes, pero ahora va mucho más allá ofreciendo además la posibilidad de sumergirse en sus aguas.

“La iniciativa de crear Blue Dot Diving surge a raíz de lo que hacemos en el Parque de la Vida –explica Laria hijo–, porque tenemos una parte dedicada al mar y yo siempre tuve afición por el mundo submarino. Como soy instructor de buceo, se nos ocurrió que podíamos hacer divulgación sobre el mar ofreciendo a la gente meterse en él. La idea era dar a conocer el Cantábrico, las especies marinas que lo habitan y sus fondos”.

“El fondo submarino es muy desconocido, mucha gente se lo imagina como un sitio oscuro y frío que no es interesante para bucear, pero en realidad tiene mucho que ofrecer”

El joven Laria recuerda que sus primeras incursiones en el mar las realizó acompañando a su padre en Taurán. “Cuando buceas llevas un regulador de aire principal y uno auxiliar que es más largo, el octopus, que sirve como repuesto para ti o para otra persona que pueda necesitarlo y era el que yo utilizaba. Cuando tenía 14 o 16 años hice el primer curso, luego hubo una temporada larga en la que lo dejé hasta que años más tarde lo retomé con tantas ganas que tuve que hacer la Escuela”.

Finalmente, en el año 2021 Laria puso en marcha el centro de buceo junto con Elsa Hauck, su pareja y como él mismo asegura “toda una experta conductora de lanchas”. Su pasión común por el medio marino también llevó a ambos a realizar el documental Divemaster sobre la experiencia de bucear en los tropicales fondos de Filipinas, que es posible encontrar en YouTube.

A pesar de que el Cantábrico es un “mar bravo” en el que no siempre las condiciones son las ideales, el promotor de Blue Dot Diving explica que “hay muchos días buceables y en los mejores se ve un paisaje que no tiene nada que envidiar a otros destinos de buceo. El fondo submarino es muy desconocido, mucha gente se lo imagina como un sitio oscuro y frío que no es interesante para bucear, pero en realidad, tiene mucho que ofrecer. Se sorprenden al ver la riqueza de especies que hay, desde nudibranquios que son babosas de mar diminutas y muy coloridas hasta tiburones”.

Las imágenes que desde la Escuela comparten en sus redes sociales (@bluedot_diving) son una buena muestra de las especies que es posible encontrar en cuanto nos sumergimos. Cefalópodos de mirada atenta como el pulpo o la sepia, congrios semiocultos en oquedades y que en espacio abierto pueden incluso nadar hacia atrás, liebres marinas que se asemejan a bailarinas de mar, rayas que pretenden pasar desapercibidas o espirógrafos, gusanos cuyo aspecto en el agua es sólo asemejable a un espectáculo de fuegos artificiales.

Sepia
Sepia

Los diferentes paisajes submarinos también sorprenden por su variedad, desde extensos bancos de arena hasta montañas que conforman imponentes acantilados o los apreciados bosques de algas. “El fondo submarino tiene mucho color –añade Laria–, hay formaciones de rocas muy irregulares y aunque este año no tuvimos bosques de laminarias, unas algas pardas que crecen mucho, sí los hubo años anteriores y eran espectaculares. A nosotros nos gusta crear comunidad entre los buceadores porque son personas que van a proteger el entorno marino, van a interesarse por aprender sobre el mar y esto es bueno. La reflexión tan usada de Cousteau que dice que ‘las personas sólo amamos aquello que conocemos y que sólo protegemos aquello que amamos’ lo refleja muy bien”.

“Nos gusta crear comunidad entre los buceadores porque son personas que van a proteger el entorno marino, van a interesarse por aprender sobre el mar y esto es bueno”

Los fondos submarinos valdesanos ofrecen todo tipo de paisajes y son ideales para experiencias de buceo de diferentes niveles de aprendizaje. “Para bucear con botellas de aire se necesita un carnet igual que para conducir un coche, y para conseguirlo hay que tener una titulación. En la escuela impartimos cursos de iniciación y también un nivel avanzado para quien ya tiene cierta experiencia –explica el instructor–. También hacemos un bautismo de buceo, una prueba para la cual no hay que tener el título”.
Los bautismos de buceo son una experiencia inolvidable para quienes nunca se habían atrevido a sumergirse en el mar. La sensación de ingravidez, el silencio, la belleza del medio natural y la posibilidad de contemplar a escasos metros a especies que sólo se conocían a través de una pantalla dejan una huella imborrable. “Para quienes no están acostumbrados lo que más cuesta al principio es ponerse el traje de buceo –usamos uno de 7 mm. para no pasar frío, explica Laria–, y acostumbrarse al resto del equipo. Después de la torpeza de los primeros días ya sólo queda disfrutar con un mundo desconocido y tener el súperpoder de respirar bajo el agua. La mayoría, al salir del agua ya está preguntando por el curso de buceo porque quieren ir más allá. Para nosotros también es gratificante poder participar y ser parte de estas experiencias”.

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“Los bautismos de buceo son una experiencia inolvidable para quienes nunca se habían atrevido a sumergirse en el mar. La sensación de ingravidez, el silencio, la belleza del medio natural y la posibilidad de contemplar a escasos metros a especies que solo se conocían a través de una pantalla dejan una huella imborrable”

Que el buceo engancha es algo que tiene claro el promotor de la Escuela, ya que la mayor parte de los que en 2022 hicieron el curso de iniciación han vuelto este año a hacer el avanzado. “Una vez que te sumerges desaparece cualquier cosa que te preocupe o a la que le estés dando vueltas; todo eso se queda arriba. Abajo sólo te concentras en la respiración y en lo que te rodea, es como una hora en la que tienes un momento de meditación”, añade Laria.

La Escuela que dirige el joven valdesano es un centro de Buceo PADI de cinco estrellas, una acreditación que otorga la Asociación Internacional de Instructores Profesionales a quienes cumplen determinados parámetros de seguridad, protección al medio ambiente y que además cuentan con determinados recursos: equipos de buceo y embarcación para realizar actividades.

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