Aquí la buena mesa está garantizada todos los días del año. A la excelente gastronomía típica asturiana se une la tradición pesquera propia del concejo, con un mar que provee de excelente materia prima.
Al escoger un lugar para comer, Carreño es una apuesta sobre seguro; más si nos dejamos guiar por el calendario de ferias y jornadas gastronómicas.
Como es de esperar en cualquier concejo asturiano, las carnes son de excelente calidad, ya sea la ternera con DOP, siempre sabrosa, o especialidades como el cordero a la estaca. Y también hay un embutido local, el llamado «farinón», que se prepara con sangre y harina de maíz, entre otros ingredientes como la grasa, el tocino, la cebolla, pimentón, sal y especias. Se echa a la fabada, por ejemplo, o se prepara con berzas, y aporta un sabor muy particular; aunque también se defiende su consumo en solitario, especialmente en invierno, cuando más se pueden aprovechar sus cualidades energéticas.
Carreño es una ventana al Cantábrico y uno de los mejores lugares para probar todos los productos de temporada que el mar ofrece. La prueba de esta «especialización» de la cocina local está en su agenda de Jornadas Gastronómicas.
Pero a partir de ahí lo mejor que podemos hacer es dedicarnos a los pescados. Carreño es una ventana al Cantábrico y uno de los mejores lugares para probar todos los productos de temporada que el mar ofrece. La prueba de esta «especialización» de la cocina local está en su agenda de Jornadas Gastronómicas. Son multitudinarios el Festival del Marisco en mayo y el Festival de la Sardina el primer fin de semana de agosto, coincidiendo con las fiestas locales de San Félix. Pero hay muchas otras citas para tomar nota: en abril, las dedicadas al centollo; en junio, las del bugre; en julio las del bonito y en diciembre las jornadas gastronómicas de la caldereta.
El centollo. Los puristas, amantes del marisco, lo tomarán solo o mínimamente aliñado, para que el sabor sea lo más limpio posible. Con unos culines de sidra, mejor. Pero el centollo tiene cantidad de posibilidades como acompañante o ingrediente para platos más elaborados. Un salpicón, unas croquetinas, un pastel… Todo se puede probar en estas jornadas.
El bugre, conocido también como bogavante, tiene un sabor excepcional. Se suele tomar hervido y se sirve con salsas distintas. O sin nada, para apreciar el sabor en todo su potencial. También puede encontrarse en ensaladas y salpicones, o bien cocinado con fabes o con arroz, según las distintas propuestas.
El bonito. En Carreño, ésta es una de las citas ineludibles del verano. Una jornada popular que convierte el concejo en centro gastronómico regional. El bonito es un pescado versátil que puede encontrarse en lomos, ventresca o migas, preparado todo de formas muy variadas: a la plancha, en marmitako, pastel de bonito, salpicón…
La caldereta. Teniendo en cuenta que la calidad del pescado es la base y se da por supuesta, en una caldereta cabe prácticamente de todo, y la excelencia queda de mano del cocinero. De hecho la fórmula se empezó a usar para aprovechar el pescado que no se vendía en la lonja. La receta candasina añade marisco, lo que la hace aún más especial.