Además de por su belleza paisajística, el segundo concejo más grande de Asturias destaca también por su riqueza cinegética.
Por eso, junto a quienes frecuentan este territorio para practicar deportes de aire libre se encuentran los cazadores que aprecian la diversidad faunística de esta zona. La orografía tinetense, característica de media montaña, ofrece unas condiciones de lo más ventajosas para todos.
La mayor parte de la superficie del concejo se encuentra dentro del coto regional de caza 112, el más grande de Asturias con 53.000 ha. De ahí que cobre importancia la práctica cinegética como un recurso que complementa la economía local, articulada en primer lugar en torno a la ganadería y en segundo a industrias extractivas y generadoras de electricidad. Más de la mitad del concejo se comprende en alturas entre los 400 y los 800 metros, configurando así un paisaje de fuertes relieves y propiciando la existencia de zonas poco o nada humanizadas, que conservan sus rasgos naturales originales. Afortunadamente, Tineo todavía cuenta con grandes extensiones de bosque que dan cobijo a poblaciones de fauna salvaje como el corzo, el lobo y el zorro. Por su abundancia, jabalíes y corzos son los trofeos de caza más habituales pero también es posible cazar otras especies de valor cinegético como rebecos y liebres, esta última protegida en otros cotos asturianos. La oportunidad de conseguir piezas como el venado atrae incluso a cazadores de otras comunidades españolas, que no dejan de sorprenderse con el paisaje asturiano y ante la cercanía de la fauna a lugares habitados del concejo. «Viene mucha gente a los recechos, por ejemplo hay un grupo que todos los años viaja desde Málaga. Son un grupo de amigos que acuden con la familia y combinan los días de caza con otros dedicados al turismo en la zona. Ya han creado amistades en el concejo», comenta Giovanna Pérez, guarda de caza en el coto. Ella, junto con otras siete personas, se encarga de vigilar el tipo de piezas a abatir, y que la caza se lleve a cabo con todos los permisos exigidos. Giovanna es además de las pocas mujeres cazadoras del concejo aunque «lógicamente yo no puedo practicar mi afición en este coto porque jugaría con ventaja».
A tan solo cuatro kilómetros de Tineo capital, en el Alto Casa del Puerto, se encuentra la zona de prácticas cinegéticas El Chamazal.
La afición le viene por tradición familiar, y participa en las batidas de jabalí, a las que acude con su perra. A pesar de las incorporaciones femeninas éste sigue siendo un deporte tradicionalmente masculino, muestra de ello es que en la Sociedad Venatoria de Tineo, que gestiona el coto 112, sólo dos de sus socios son mujeres.
El concejo cuenta incluso con una zona de prácticas cinegéticas a tan sólo cuatro kilómetros de la capital del concejo. «Es la zona de El Chamazal y aquí es habitual la caza menor de perdices y codornices. Aunque se realiza durante todo el año, en verano es cuando se observa más afluencia», explica la guarda. La existencia de un área recreativa en esta zona de 380 hectáreas y su fácil acceso en el Alto Casa del Puerto lo convierte en un lugar muy atractivo para los amantes de la naturaleza. También es una ubicación habitual para el entrenamiento de los perros de caza, una compañía muy valorada y necesaria para los cazadores. Las razas grifón y sabueso son las más habituales en la zona; cada año, en el mes de junio, se celebra un concurso entre los cazadores locales para determinar cuáles son los mejores rastreadores de jabalí.
El interés por estos animales también se pone de manifiesto en una fecha que ya está consolidada en el concejo: la Feria del Perro, que cumple su XXI edición el día 1 de marzo. La cita está organizada por el Ayuntamiento de Tineo y la Sociedad Canina del Principado, y acoge un concurso de perros con pedigrí, así como otros concursos en los que no es necesario tener una raza pura para conquistar al jurado. La jornada es una buena ocasión para concienciar al público asistente sobre la responsabilidad que conlleva tener una mascota e informar de la labor que realizan las protectoras y otros colectivos en defensa de los animales.
Gestionan el coto de caza, gracias a la labor de sus aproximadamente 400 socios. El colectivo cuenta con dieciséis cuadrillas de caza mayor que salen al monte los domingos mientras dura la temporada.
Las batidas se realizan sobre las dos especies más abundantes en el coto, corzo y jabalí. La Sociedad también cuenta con permisos para recechos de corzo y venado, los primeros de abril a junio y los segundos de septiembre a octubre. «El nuestro es de los mejores cotos del Norte de España -afirma Óscar Fernández, tesorero de la Sociedad- pero aún así, aunque tenemos mucha actividad, cada vez es más difícil encontrar nuevas incorporaciones. A la crisis económica hay que añadir que cada vez hay menos jóvenes en las zonas rurales y que la caza no está bien vista, y eso que aquí hay mucha tradición». Óscar lleva veintitrés años cazando pero ve dificultades porque son muchos los gastos que hay que asumir y «en unos años prácticamente nos hemos quedado sin ayudas de la Administración mientras que tenemos que seguir costeando los gastos de ocho guardas, los que nos corresponden por extensión del territorio». En la opinión del tesorero hay que tener en cuenta lo que la caza aporta al territorio, pues «damos ingresos a un importante sector del concejo. Somos muchas personas cazando y también consumiendo, porque el día que sales te tomas un café, y después de la jornada nos juntamos para cenar, etc. A esto hay que sumar el gasto en veterinarios, coches, gasolina, talleres y armerías: la caza es uno de los negocios que más dinero mueve en España».
Entre las actividades que lleva a cabo la Venatoria de Tineo se encuentra también el Concurso de perros de rastro de jabalí, que finaliza con una comida entre socios; una suelta de perdices y un concurso de caza menor, que clasifica para el Concurso regional organizado por la Federación asturiana.