Se conocieron en la universidad, ambos informáticos, y más tarde compartieron trabajo mientras dedicaban su tiempo libre a diseñar videojuegos. Hoy, Alejandro González y Miguel Herrero son Milkstone Studios y están posicionando sus productos en el mercado global. Little Racers Street, Avatar Ninja o Avatar Farm son algunas de las creaciones que salen de su oficina en Oviedo.
Su primer proyecto fue un juego de conducción al que llamaron Little Racers. «Y se nota que es el primero -se ríe Alejandro-.
La verdad es que hemos mejorado mucho desde entonces y éste ahora se ve bastante regular, pero lógicamente tiene un hueco en nuestra memoria». Y es precisamente con una revisión de éste, Little Racers Street, con el que han quedado finalistas en el Gamelab 2012, la Feria Internacional del Videojuego y el Ocio Interactivo, en el apartado de Mejor juego de consola de sobremesa. Los premios son siempre una buena noticia, a pesar de que consideran que son más bien simbólicos: «En realidad hay poca relación final entre éxito de crítica y venta, sobre todo en la plataforma en la que estamos», opina Miguel. No es el primer galardón que consiguen, ya que también han estado dos veces en el palmarés del hóPlay, Certamen Internacional de Videojuegos de Bilbao.
La empresa se creó en 2009, pero no fue hasta 2011 cuando se decidieron a dar el salto y dedicarse exclusivamente a ella. Y no fue una mala decisión: en 2012 incluso ampliaron la plantilla con un puesto más de trabajo a tiempo completo. Su mercado de trabajo es la consola Xbox, que curiosamente en España no es de las más populares. «Pero a nosotros nos interesa porque al ser una empresa pequeña nos dedicamos sobre todo a plataformas de descarga digital, que es lo que nos permite la venta directa», explica Alejandro. La propia naturaleza de la red hace que su mercado sea internacional, y la mayor parte de sus ventas se producen en EEUU y Reino Unido.
Tardan entre un mes y seis semanas en sacar un nuevo juego, en parte por la rapidez del propio mercado y también para no perder la perspectiva: «Al estar muchas horas dedicado a ello, ya no sabes qué van a opinar los demás, si vas a acertar o no. Puedes hacer lo que quieras, pero precisamente por eso hay muchas maneras de hacer las cosas mal, así que es importante no perder la perspectiva, no obsesionarse con los detalles…» apunta Miguel.
Los videojuegos, para estos asturianos, son una cosa muy seria. «Pues claro que siempre viene alguien que te dice como me gustaría dedicarme a probar juegos, es una profesión genial -cuenta Alejandro-. Pero luego tienes que pasarte veinte horas seguidas con un juego que no funciona bien, porque para algo lo estás probando. Y tienes que apuntar cada fallo para después arreglarlo y volver a probarlo… termina siendo una tarea muy repetitiva».
Recientemente la Xbox ha lanzado una importante actualización que ha aumentado las ventas, pero desde Milkstone no descartan dar el salto definitivo a los juegos para PC o móviles. De momento, siguen trabajando en su oficina en Oviedo y, cómo no, jugando en los ratos libres.