Hay una forma distinta de conocer la costa asturiana, a través de sus profundidades marinas. Un espacio lleno de silencio, de color y de vida que ha enamorado a los miembros del Club de Actividades Subacuáticas El Delfín, de Candás.
A finales del verano del 89 ve la luz este club deportivo que ha ido creciendo y ampliando sus objetivos, que van más allá de la propia satisfacción personal. «Somos un grupo de amantes del ecosistema marino. El buceo es para nosotros un medio para conocer la diversidad de vida que habita en el mar», describe Elvira García, instructora de buceo y miembro del Club. Casi la mitad de sus asociados vienen de fuera de Asturias.
-¿Cuáles son sus actividades?
-Impartimos cursos FEDAS de Buceador y distintas especialidades. Además realizamos bautismos de buceo, también para gente con algún tipo de minusvalía. Es como una especie de iniciación al submarinismo para quienes quieran experimentar esa sensación de ingravidez y libertad. Por lo general los bautismos son en piscina, porque transmite más tranquilidad, pero si contamos con un grupo de más experiencia, salimos a lo que llamamos aguas confinadas con poca profundidad, como la zona de la Pica del Muelle, aquí en Candás. Aparte realizamos inmersiones de distinta dificultad desde Candás hasta Cabo de Peñas. Y en junio organizamos las Jornadas de Ecología Marina, una llamada de atención sobre la conservación del medio marino.
En junio, el Club Delfín organiza las Jornadas de Ecología Marina, una llamada de atención sobre la conservación del medio marino.
-¿Es el buceo un deporte de riesgo?
-Sí, claro, estás fuera de tu medio natural. Es un deporte muy bonito pero si no se guardan unas normas mínimas puedes tener problemas importantes. Por eso nuestra máxima es la seguridad para poder disfrutar con tranquilidad.
-¿Cómo son las profundidades de la costa candasina?
-Si vamos de Candás hacia Gijón el fondo está muy sucio, lleno de polución, sobre todo después del vertido del pasado año. La zona de Cabo Peñas es nuestra preferida: la Isla de la Erbosa, el Arrecife de los Merendálvarez… ahí está la élite del buceo. Es zona de mucha corriente, mucha vida y donde puedes encontrar peces más grandes que en otros sitios, es un fondo muy bonito, que varía según la época del año. Allí el agua siempre está muy fría por lo que tampoco bajamos a grandes profundidades, ya que buceamos por placer y no para pasarlo mal.
-¿Qué es lo que más atrae de esta actividad?
-Es una diversión. A pesar de que tienes que manejar muchos kilos de material, y preparar muchas cosas que requieren su tiempo, una vez que te metes en el agua desconectas mentalmente. Son cuarenta o cincuenta minutos llenos de silencio y tranquilidad que se pasan volando.