Los terrarios, esas pequeñas y exuberantes selvas en miniatura, han cautivado la imaginación de los amantes de la naturaleza durante décadas. Para algunos como yo, lo que comenzó como un simple hobby se ha convertido en un fascinante y gratificante modo de vida. Permitidme llevaros a un viaje a través de mi historia personal, donde mi amor por la creación de terrarios de plantas floreció y finalmente se convirtió en mi forma de vida.
Desde mi infancia, siempre estuve fascinada por la naturaleza. Pasaba horas explorando y jugando por los alrededores de mi casa o vagando por los senderos del bosque cercano. Sin embargo, fue, muchos años después de todo esto, cuando descubrí los terrarios. La idea de crear mi propio ecosistema en una botella de vidrio me pareció mágica.
Lo que comenzó como un simple proyecto de fin de semana pronto se convirtió en una obsesión. Pasaba horas investigando sobre las mejores plantas para terrarios, aprendiendo sobre el ciclo del agua y experimentando con diferentes diseños y materiales. Cada terrario se convirtió en una obra única, una ventana a un mundo natural en miniatura. Un mundo donde yo, haciéndome muy pequeña, podía habitar a mis anchas. Se convirtieron en mi pequeño “escondite verde”.
Con el tiempo, mis amigos y familiares comenzaron a notar mi pasión y habilidad para crear estos miniecosistemas. Me alentaron a compartir mi trabajo en las redes sociales y pronto mi afición se convirtió en algo más. A medida que mi ocupación crecía, también lo hizo mi dedicación por aprender y mejorar. Me sumergí en la lectura y el estudio, leí sobre sus plagas y dolencias, así como las de sus posibles remedios buscando constantemente nuevas formas de perfeccionar mis habilidades. Aprendí sobre la importancia de la iluminación adecuada, el drenaje del suelo y el cuidado de las plantas, todo con el objetivo de crear terrarios que fueran tanto estéticamente hermosos como ecológicamente equilibrados.
Desgraciadamente no existe una formación reglada y específica para la creación de estos miniecosistemas, pero logré tener acceso a una gran entendida brasileña sobre el tema, Bióloga y apasionada del tema, a través de la cual pude por fin ampliar mis conocimientos. El resto se basa en la técnica ensayo-error. “Introduce las variables de una en una, prueba y si sale bien, vas por buen camino”, eso me decía a mí misma siempre. Obviamente los resultados no siempre eran los deseados, pero siempre salía ganando con unas buenas dosis de aprendizaje.
Pensé en ese momento, que, tal vez, pudiera dar el salto y hacerme profesional del tema. Estaba bastante perdida así que decidí acudir al semillero de empresas de Valnalón, en Langreo. Allí tutorizan y asesoran a emprendedores con sus proyectos. Apenas había empezado recibí una llamada que lo cambió todo. Posiblemente el giro más importante en todo este proceso. Mi proyecto había sido preseleccionado para entrar en lo que llamaban el Banco de Ensayos. Formaba parte del Centro de Orientación, Emprendimiento, Acompañamiento e Innovación para el Empleo Asturias (COE). Acepté la propuesta de una forma un poco alocada, lo reconozco, porque no tenía claro lo que era aquello. No sabía lo que me venía… Después de una preselección que duró una semana mi proyecto fue escogido y entré en la segunda edición del Banco de Ensayos de 2023. Fueron 3 meses muy intensos (y además becados) de testeo y validación de modelo de negocio. Incluyó formación en marketing, finanzas, análisis de producto, preparación de presentaciones, charlas con expertos y un importantísimo estudio de mercado. El resultado fue muy positivo para mí y me vi más fuerte para lanzarme a la aventura empresarial. Esa llamada marcó el salto de “terrario como hobby” a “terrario como modo de vida”.
Comencé a vender mis creaciones en mercados locales y pronto tuve clientes que buscaban terrarios personalizados para sus hogares y oficinas. Además ofrezco la posibilidad de aprender a crear terrarios a través de talleres en los que no sólo aprendemos el funcionamiento de estos ecosistemas sino también los parámetros base para que además de bonitos, sean equilibrados y duraderos. Creas tu propio terrario y por supuesto te lo llevas contigo al final del curso.
Hoy en día, mi pasión por los terrarios no solo es mi modo de vida, sino también mi vocación. Me siento increíblemente afortunada de poder combinar mi amor por la naturaleza con mi trabajo diario. Cada terrario que creo es más que una simple decoración; es una oportunidad de inspirar a otros a apreciar y cuidar el mundo natural que nos rodea.
En resumen, mi viaje desde aficionada a “empresaria de terrarios” ha sido un testimonio vivo del poder transformador que tiene poder seguir tu gran pasión. Lo que comenzó como un simple interés se ha convertido en una forma de vida gratificante y significativa. Si alguna vez te encuentras cautivado por algo diferente, no tengas miedo de seguir adelante. Quién sabe, podría ser el comienzo de una emocionante aventura que cambie tu vida para siempre.
¿Por qué deberías tener un terrario en tu casa?
Imagina tener un oasis verde en tu sala de estar, cocina o incluso en tu escritorio. Los terrarios son una manera fácil y hermosa de agregar un toque de naturaleza a cualquier espacio interior. No importa si tienes poco tiempo o experiencia en jardinería, los terrarios son fáciles de cuidar y requieren muy poco mantenimiento.
Añade belleza natural: Los terrarios son obras de arte vivientes. Con una variedad de plantas, piedras y otros elementos decorativos, puedes crear un paisaje único y hermoso que complementará cualquier estilo de decoración.
Relaja la mente: Observar el crecimiento y desarrollo de las plantas dentro del terrario puede ser una experiencia relajante y terapéutica. Es una forma perfecta de desconectar del estrés diario y conectarse con la naturaleza.
Fácil de cuidar: Los terrarios son ideales para personas con horarios ocupados o que tienen poco tiempo para cuidar de plantas más grandes. Requieren poca agua ya que son capaces, sólo a través de la luz, de reciclar y generar sus propios recursos. Son sistemas autosuficientes de muy bajo mantenimiento. Con luz brillante pero sin exposición directa al sol, un par de riegos al año y alguna poda ocasional pueden llegar a vivir muchos años.
Crea un punto focal: Un terrario bien diseñado puede convertirse en el punto focal de cualquier habitación, atrayendo la atención y agregando un toque de vida y color.
Hola vendes online cuál es tu web?
Gracias
Carlota, gracias por tu interés en estos fascinantes ecosistemas. De momento no tenemos tienda on line ya que la naturaleza delicada de los terrarios dificulta su envío seguro.
Puedes encontrar más información y formas de contacto en el siguiente enlace
https://www.instagram.com/elesconditeverde?igsh=MTB1eHl2dDZsOWRlNw==
@elesconditeverde en Instagram
Espero que encuentres algo de tu agrado y podamos hacerte llegar alguno de nuestros productos.
Un saludo.
Gracias por tu consulta. En principio las plantas habituales de terrario se podrían podar efectivamente con una tijera desinfectada para evitar infecciones por hongos. No obstante habría que saber qué plantas son las que necesitan poda para ver la mejor forma de hacerla.
Espero haberte sido de ayuda.
Un saludo
Hola Lorena, cuando crecen y les queda poco espacio, que debemos hacer. He leído en unos sitios que se corten las hojas con tijera desinfectada y en otros sitios dicen que no. Que recomiendas?
Muchas gracias!. Es reconfortante saber que algo tan pequeñito puede inspirar un poco de calma y arrancar una sonrisa mañanera en el trabajo. No se me ocurre mejor forma de empezar la jornada laboral.
Un saludo.
El Escondite Verde.
Excelente artículo y nombre espectacular, El Escondite Verde. Yo tengo uno en mi mesa, pequeñín, porque los hay de todos los tamaños, pero aquí está, todos los días me saludos con sus vivos (de vida) colores.
¡¡Gracias por compartir!!