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martes 19, marzo 2024

Marian Moreno, docente. Especialista en coeducación. “La coeducación ha estado promovida por el profesorado. Es hora de que las administraciones educativas sean valientes”

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Ella sueña sin miedo e imagina que tiene el poder de hacer que las cosas sean como las deseamos, sin obstáculos, sin impedimentos. No recuerda haber querido ser otra cosa desde pequeña que profesora de instituto, labor que viene desarrollando desde hace treinta años. Esta asturiana es un referente nacional en coeducación por ello fue fichada por la Comunidad de Navarra para poner en marcha un programa pionero: Skolae. Esto cambiaría su vida.

Hace décadas que María Antonia Moreno Llaneza, Marian Moreno o simplemente ‘la profe’ para sus alumnos, habla abiertamente en las aulas de educación en igualdad, contra la violencia de género o sexual, entre otros muchos temas. Se ha formado y ha publicado muchos artículos y libros al respecto pero, sobre todo, tiene muchas horas de vuelo, de práctica en las aulas, por lo tanto, sabe de qué habla. En las últimas semanas y casi contra su voluntad, ha saltado a los platós de televisión a raíz de la polémica del pin parental. Pero vayamos por partes, todo empezó con Skolae.

-¿Qué es Skolae y qué supuso para ti?
-Es el único programa de coeducación en el territorio español que es obligatorio para todo el profesorado y centros educativos sostenidos con fondos públicos en la Comunidad Foral de Navarra. Fue algo muy novedoso porque si bien existían planes de igualdad en Andalucía o Euskadi, eran voluntarios. La administración navarra fue valiente, quiso cumplir la ley que obliga a llevar la igualdad a los centros y dio un paso adelante. Un equipo de cuatro personas fuimos los encargados de elaborar Skolae, un programa complejo de hacer pero muy sencillo de llevar a la práctica. No solo aportaba contenidos sino que incluía formación presencial del profesorado y luego online a lo largo del año. Además de la parte teórica incluía una serie de actividades perfectamente diseñadas por niveles, ciclos y cursos.

“Ningún ‘profe’ ha de abandonar la adolescencia. Ese punto que todos tenemos dentro hay que cuidarlo para que no se pierda y nos ayude a encajar con las nuevas generaciones”

A nivel personal me supuso ver cumplido un sueño. Por fin, esta reivindicación que llevábamos treinta años reclamando el profesorado, que voluntariamente llevábamos igualdad a las aulas, se ponía en marcha en una administración. Supuso un gran sacrificio personal porque yo trabajo y vivo en Asturias y me tenía que desplazar allí. Durante dos años los miembros del equipo no tuvimos vacaciones ni fines de semana, pero mereció la pena.

-Mientras un sector reaccionario os acusaba de adoctrinar a los niños e inculcarles una ideología de género, Skolae recibía el Premio de Educación de la Unesco. ¡Menudo contraste!
-No creo mucho en el karma… pero ¡caray! Estábamos entrando a testificar en el Tribunal Superior de Justicia de Navarra por las denuncias que habían presentado y nos llega la noticia. Imagínate la ilusión y qué contraste tan grande. No solo nos acusaban de adoctrinar sino que utilizaron las redes sociales e incluso algún periódico digital para acusarnos de pederastas, pedófilas y de promover la prostitución de menores. Para quienes trabajamos en la docencia es lo peor que te pueden decir en la vida.

-¿Cómo viviste aquello?
-Bien porque soy de naturaleza optimista. Le dije al resto del equipo que no se preocupara, que en cuanto saliera una noticia de Venezuela se olvidarían de nosotras. Fue un año y medio de insultos continuados que en una vida de noventa no es nada pero hay que vivirlos. Aprendí mucho en ese tiempo. Los ataques venían de un sector muy concreto de la sociedad y eso, en el fondo, nos decía que íbamos por buen camino. Hace cuatro años tuve un cáncer y eso cambió mi vida. Me puso delante del espejo y me mostró que no éramos eternas, que en medio segundo puede cambiar tu vida. Te obliga a plantearte qué has hecho, qué haces y cuánto tiempo te queda. Como esto llegó después del cáncer, me pareció una menudencia, la verdad.

estudiantes revisando apuntes

-El tema vuelve a estar de actualidad con el denominado ‘pin parental’…
-Skolae fue un laboratorio, una señal de por dónde podían venir los tiros. Todo va en la misma línea y esto como sociedad nos tiene que poner en alerta. Que Abascal, un diputado del Estado español, diga en el Congreso que Skolae está cercano a la corrupción de menores es algo muy grave. Que Espinosa de los Monteros dentro de una declaraciones diga que “hemos pasado de pegar palizas a los homosexuales a que ahora ellos tengan el poder” es algo inadmisible, un retroceso que no podemos permitir. No nos hemos tomado en serio los ataques de la ultraderecha, pensábamos que eran cuatro y ahora resulta que se permiten el lujo de atacar sin pudor derechos que tanto nos ha costado conseguir y son la base de nuestra democracia.

-¿Por qué la educación sexual se la considera al margen del resto de materias?
-Tenemos una herencia de miedos, oscurantismo, que habla del sexo como algo malo. Hay una educación religiosa que nos ha ido marcando un camino en el que la sexualidad es vista como pecado. Y luego hay que ver qué formación han recibido aquellos que han hecho las leyes. Mucha gente no tiene educación al respecto o si la tiene es desde el pecado, así que transmitirá esos mismos valores a sus hijos. Hay que formarse mucho para abrir nuestras mentes. El hecho de que una parte de la sociedad no esté preparada para hacerlo no quiere decir que dejemos sin preparación a las generaciones siguientes. La suerte es que tenemos a muchas personas preparadas para ayudar a pensar, a reflexionar y eso debemos de aprovechar’lo. La enseñanza hoy en día no es dictatorial, pone encima de la mesa todo lo que hay en la sociedad, enseña el catálogo y después el alumno o alumna ha de tener el suficiente espíritu crítico para desde sus circunstancias vitales, ver qué elige. No imponemos una visión de la vida, eso sería adoctrinar. La escuela pública habla de la realidad que nos rodea y ayuda a despertar en el alumno el sentido crítico.

“La escuela pública habla de la realidad que nos rodea y ayuda a despertar en el alumno el sentido crítico”

-Ante todo esto ¿cómo está el ambiente entre los profesores?
-El profesorado está preocupado y con razón porque se siente solo ante los ataques que se están volcando contra la escuela pública. Si es voluntario impartir educación para la igualdad, una parte de profesores piensa que para qué se va a meter en jaleos si no tiene claro que le van a respaldar desde arriba… si además va cobrar lo mismo. Tenemos que tener administraciones educativas valientes que no solo respalden sino que obliguen a cumplir la ley. El mayor apoyo que he tenido en mi vida profesional ha sido el de los alumnos y las familias que siempre han estado unidas con la escuela. Ese es el mayor tesoro.

-Has comentado que, en materia de coeducación, Asturias es un referente. ¿Por qué no funciona aquí un programa como Skolae?
-Es algo incomprensible. Aquí siempre ha sido voluntario tanto para los profesores como para los alumnos. Tenemos un profesorado de lujo, gente muy buena formada en coeducación que son referentes a nivel nacional y muchas publicaciones, unidades didácticas, etc. La coeducación ha estado promovida por el profesorado, la administración educativa no ha tenido la valentía suficiente, hasta ahora, para ponerlo obligatorio. Me consta que esto cambiará en breve. Están preparando un programa denominado CoeducAstur. Tengo ganas de conocerlo, será guapo sin duda.

estudiantes asistiendo a una clase

-En esta carrera de fondo que es la coeducación, aconsejas ser un docente zen, tener paciencia. ¿Te lo recuerdas muchas veces al día?
-Continuamente. Hasta los veinte era hiperactiva, no tenía paciencia pero con los años creo que la he desarrollado. Pueden llamarme de todo en un programa de televisión ante miles de espectadores, que yo no solo no pierdo la calma sino que soy capaz de contestar sin perder los papeles. El feminismo me ha ayudado a ser zen. Cuando denunciamos y salimos a la calle, recibimos por una parte de la sociedad agresiones muy fuertes, vetos, censuras, insultos. O eres zen y con paciencia te dices a ti misma que este es el camino en el que quieres estar y es lo que te hace dormir bien por la noche o te sumas al lenguaje visceral que utilizan ellos. Hay que ser muy zen para ser feminista y para ser mujer. Hemos de poner cerebro y corazón en todo lo que hagamos. La víscera queda para quien no sabe utilizar ni lo uno ni lo otro.

-Dices que “a ser mujer se aprende, a ser varón se aprende y todo lo que se puede aprender se puede enseñar”. ¿Has convertido esto en tu pasión?
-Sí. Al final de mi vida me gustaría poder decir que he sido una persona que ha aprendido mucho y ha enseñado algo. Haber contribuido a mejorar un poco más esta sociedad que me rodea, ese es mi objetivo de vida. No recuerdo haber querido otra cosa desde pequeña que ser profesora de instituto, trabajar con los jóvenes. La adolescencia es un momento clave en la vida porque te estás colocando en el mundo y ahí los adultos podemos dejar huella, la mía me gustaría que fuera positiva. Querría haber contribuido a formar mejores hombres y mujeres más democráticos, igualitarios, respetuosos. Por eso siempre estoy aprendiendo para intentar hacerlo cada vez mejor. Los adolescentes son lo más leal que he encontrado nunca. Cuando estuve enferma solo recibí de ellos apoyo y cariño y eso no lo olvidaré en la vida. Yo envejezco y sus intereses y los míos cada vez están más alejados por eso es importante saber ponerse en su lugar. Creo que ningún profe ha de abandonar la adolescencia nunca. Ese punto que todos tenemos dentro hay que cuidarlo para que no se pierda y nos ayude a encajar con las nuevas generaciones.

-Hay profesores que son muy pesimistas con los adolescentes…
-La enseñanza no es una profesión cualquiera, no es como la medicina. No se trata solo de aportar conocimientos, esos están en Google, trabajamos con personas. No podemos entender las reacciones de la adolescencia de hoy en día bajo nuestros parámetros o los de nuestra vida porque no tienen nada que ver. Tenemos que acercarnos continuamente a lo que está conformando su vida para desde ahí atraerlos hacia una vida más democrática, respetuosa, fuera de la violencia. La adolescencia te mide y te obliga a buscar estrategias continuamente. Nos pone a prueba.

Marian Moreno en la actualidad es liberada sindical en el Sindicato Unitario y Autónomo de Trabajadores de la Enseñanza de Asturias (SUATEA)
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