Siete años hace de su primer disco en solitario, titulado De ñublu y orpín; ahora Chus Pedro publica su segundo trabajo discográfico, Nenita, que abre una nueva etapa tras la despedida del grupo Nuberu. Más de veinte músicos han colaborado para la ocasión, además de Gabino Antuña, que ha sido el encargado de la dirección musical.
-Con Nenita parece que saldas una deuda pendiente. ¿Qué nos vamos a encontrar en este álbum?
-Este trabajo nos lo debíamos desde hacía siete años. En el año 2003 salió mi primer disco en solitario que se tituló De ñublu y orpín. En él quise hacer un recorrido por la geografía, por el aroma y por la niebla de este país al que llamamos Asturias. Nenita es un trabajo que iniciamos en el mes de octubre del año pasado en los estudios de grabación “Musicfactor” de Piedras Blancas, aunque todo el proyecto había estado cociéndose ya a lo largo del año 2010. En este disco nos encontramos con once palos diferentes, porque cada canción podría definirse como un sketch con registros muy variados. Es un disco que te puede hacer llorar, reír, soñar y también te puede hacer bailar y cantar.
-Este disco tiene un componente sentimental importante, ya que está dedicado a tu hermana. ¿Eso ha sido parte de la inspiración?
-Fundamentalmente lo que nosotros hacemos es tradición innovada. Gabino Antuña, nuestro director musical, parte de la tradición, se recrea, se empapa de ella y la desarrolla. En un principio íbamos a seguir en la dirección de dar continuidad al primer trabajo, pero ya metidos en harinas empezamos a dar vueltas a unas cuantas cosas: entre ellas, que me apetecía dedicarle el disco a mi hermana Nenita. Para dedicarle un disco había que hacerle una canción, y la hicimos.
“Es un disco que te puede hacer llorar, reír, soñar y también te puede hacer bailar y cantar”
-¿Cuál fue entonces el replanteamiento final?
-Juanjo González, Gabino Antuña y yo quisimos hacer este trabajo alegre. Éramos conscientes de que yo no podía cambiar mi forma de cantar, porque es muy singular, y teníamos en cuenta que hay gente que dice que el disco anterior era muy triste. Muy habilidosamente, Juanjo dijo que no era un triste sino melancólico, que queda mucho más guapo; pero quisimos hacer once temas diferentes, donde la alegría brotase por todos los lados, aunque al final una de las canciones no es así. Yo estoy convencido de que si la gente escucha este trabajo le va a gustar. Si nos gusta a nosotros, ¿por qué no le va a gustar a los demás?
-Además es un trabajo bastante ecléctico, por la mezcla de músicas.
-Realmente así es, en él se puede escuchar la gaita, el violonchelo, el acordeón, el cajón… Ha sido una experiencia alucinante, por ejemplo, la canción Si quieres que te cortexe tiene una base rítmica muy potente. Gabino Antuña iba haciendo algunas florituras al piano a lo Campuzano y pensamos: ¿por qué no meter palmas y cajón y a un hombre cantando con nosotros flamenco? ¿Fusionar flamenco con asturiano? Me puse en contacto con el presidente de la peña flamenca Enrique Morente en Oviedo, Guillermo Pérez de Castro, y me descubrió a dos músicos extraordinarios: Juan Gabarry “el Brujo” (cantaor y palmas) y José Manzano Cortés, (cajón y palmas). Siempre he dicho que entre la tonada y el flamenco hay muchas similitudes.
-¿Qué sabor te ha dejado toda esta experiencia?
-A mí personalmente es un trabajo que me generó un desgarro tremendo en lo personal. Nenita es un trabajo en el que pusimos la piel, el corazón y el alma.