El otro día, cuando alguien ajeno a nosotros definía los contenidos de Fusión Asturias, decía que nuestra línea editorial estaba enfocada hacia las “historias positivas, ya sean de superación o hablen sobre iniciativas, ideas y proyectos que se desarrollan o proyectan en Asturias”, y la verdad es que nos pareció muy buena definición porque recoge una parte importante de nuestra filosofía.
En la revista dedicamos un considerable espacio a personas protagonistas de historias inspiradoras, de superación; a iniciativas puestas en marcha por emprendedor@s y empresari@s asturianos valientes y creativ@s que nos cuentan a través de su experiencia las claves para desarrollar y mantener un proyecto de éxito; a hombres y mujeres que luchan por dignificar el medio rural y proponen distintas alternativas para luchar contra la Asturias vaciada.
Recogemos testimonios de personas de todos los sectores muchas veces anónimas -con eso no queremos decir que no tengan nombre, sino que no son conocidas- pero que tienen muchas cosas que decir, que son constructivas, que suman. Luego nosotras intentamos traducir todo eso en palabras para que quienes nos leen puedan conocer de cerca a estos protagonistas, y también encuentren ánimo y una fuente de inspiración para sus vidas.
En definitiva, creemos que es necesario tener una actitud positiva ante la vida, constructiva, frente a los problemas y los desafíos del día a día. Que de acuerdo que son muchos, que hay problemas, que son necesarios cambios, pero también hay que dar soluciones y está demostrado que las sociedades que se aproximan más al pesimismo que al optimismo tienden a no prosperar.
Quejarse puede resultar tentador porque en un principio nos hace sentirnos bien, nos quita un peso de encima, pero cuando se convierte en el pan nuestro de cada día resulta muy dañino. Diversos neurocientíficos señalan que el hábito de quejarse daña determinadas zonas de nuestro cerebro porque sufre cambios significativos. En concreto deteriora o elimina las conexiones neuronales presentes en el hipocampo, la zona encargada de razonar y buscar soluciones a los problemas que nos aquejan. Así que, ¿para qué dejarnos llevar por la negatividad y la queja si ello solo nos va a conducir a un callejón sin salida? ¿Para qué perdernos en luchas cainitas, en el derrotismo, en problemas que ya son pasado en esta Asturias cuando eso nos quita energía para enfrentar este futuro que tenemos por delante?
A lo largo de la historia de la humanidad se observa que una perspectiva positiva siempre ha ayudado a resolver problemas y ha empoderado a las personas para forjar nuevos caminos a seguir. Cualquier sociedad que avanza trabaja desde el optimismo con la confianza de que, en general, la mayoría de la gente, la mayor parte del tiempo va a colaborar, a cooperar por el bien común.
Asturias es pionera en medidas positivas, en innovación, tenemos talento -como reconocen muchos de nuestros entrevistados-, y un excepcional capital humano. Todo este potencial utilizado de forma constructiva, enfocado a encontrar soluciones, a proponer cambios, a iniciar acciones será lo que nos haga avanzar como sociedad. Si queremos ser inteligentes seamos positivos y no nos dejemos llevar por los gurús del malestar que solo quieren meter ruido y confusión. No se trata de ver para creer, sino de creer para ver. Esa es nuestra apuesta.