Las integrantes de NIA (Nosoutras Ideamos Arte) trabajan tejiendo redes vinculadas a su territorio natal y orgullosas de su lengua materna (la fala o eonaviego). Esta asociación cultural y de corte feminista, ha arraigado en el noroccidente asturiano. Su reciente documental es una perfecta carta de presentación del colectivo.
La historia oficial de NIA se remonta dos años y medio atrás cuando se gestó la formación del colectivo, pero hay que retroceder un poco más en el tiempo para entender de dónde parte esta iniciativa y, sobre todo, de qué se alimenta. Hay que mencionar el retorno a su tierra, a Boal, y en particular a la aldea de Serandinas, la aldea de Lola Cancio, una mujer que dejó el occidente asturiano para formarse en materia de Derecho e Igualdad, y que, a su regreso, decidió volcar en la comarca su energía y conocimientos.
Esta zona de Asturias tiene mucha experiencia en lo que a retornar al territorio se refiere. Para los más ancianos del lugar las expectativas de futuro deseables se encontraban siempre a kilómetros de distancia y su mayor deseo era enviar a sus hijos e hijas a estudiar a la ciudad lo antes posible. Quienes luego volvieron al pueblo lo hicieron haciendo valer sus raíces, y en gran parte de los casos, implicándose en el territorio. Es el caso de Lola, que, junto con otras personas del occidente con inquietudes sociales y artísticas, quiso hacer algo en la zona que visibilizara el aporte de las mujeres al sostenimiento de la vida. «En colaboración con Javier Herrera, que hace producción audiovisual, y con Abel Pérez, que es gestor cultural, planteamos a cuatro concejos de la comarca la posibilidad de organizar unas jornadas enfocadas a este tema, porque las mujeres seguimos siendo –y antes mucho más– las cuidadoras de las personas de la casa, de los animales, del campo, y queríamos dar valor a esta realidad. En paralelo a esto, lanzamos una propuesta en redes sociales para recopilar fotos de mujeres. No pedíamos expresamente que fueran mayores, que fueran abuelas, pero la gente respondió enviándonos este tipo de fotos porque es un poco lo que sentían».
La iniciativa destinada a mejorar la autoestima individual de las mujeres dio lugar a una exposición colectiva de fotografías que recorrió varios municipios de la comarca. A través de testimonios gráficos aportados por sus protagonistas, la muestra daba visibilidad a los saberes populares, las tareas y conocimientos de las mujeres rurales, y todo ello apoyándose en el gallego-asturiano, su lengua de cuna. Tras esta primera acción, lo siguiente fue constituirse oficialmente como colectivo. «Con el convencimiento de que el feminismo puede ser un eje transformador de la sociedad, decidimos dar un paso más y montamos Nía con otra serie de mujeres también interesadas en sacar adelante proyectos culturales enfocados en el territorio. Es una asociación de desarrollo comunitario con perspectiva de género que utiliza la cultura como herramienta», explica la coordinadora de Nía.
El término ‘Nía’ es una expresión eonaviega que hace referencia a cómo se llaman coloquialmente a niñas y mujeres en la comarca del eo – navia.
A pesar de su corta edad, la organización ya está dando mucho de qué hablar gracias a su último trabajo, un documental que cuenta en ‘fala’ (gallego-asturiano) la historia de seis mujeres de diferentes puntos del Occidente acompañada de la música de Vero Rubio. «Lo que queríamos mostrar es que hay futuro en el medio rural para las mujeres, lo hay para todo el medio rural. El docu presenta tres historias a través de tres parejas de mujeres, dos formadas por madre e hija y la otra por vecinas de generaciones diferentes. Y está muy poco dirigido en el sentido de que les dimos mucha libertad para que eligiesen qué querían contar y dónde lo querían contar. Nos parecía muy importante que ellas tomasen parte, no queríamos un guion cerrado», añade Cancio.
“Con el convencimiento de que el feminismo puede ser un eje transformador de la sociedad, decidimos dar un paso más y montamos Nía”
(Lola Cancio, consultora de género y coordinadora de NÍA)
Matilde Díaz, de As Figueiras, no confiesa su edad al espectador en ningún momento, pero ella es la decana de las mujeres que participan en el documental; algo que no resta ni un ápice de energía a su relato. Desde la ventana de su casa contempla la llegada de los barcos a un puerto que ella frecuentó en numerosas ocasiones, dada su dedicación a oficios vinculados a la ría. Fue pescantina, redera y, con la libertad que dan los años, confiesa abiertamente fuera de la grabación que también fue mariscadora sin tener papeles para ello. Su hija Jacinta Martín es el claro ejemplo de quien se marcha a estudiar lejos del pueblo, pero luego regresa. Ligada al ámbito escénico, sabe muy bien cómo hacer reír y disfrutar a los más pequeños y por eso es fácil encontrarla como dinamizadora en eventos y actividades infantiles organizados por ayuntamientos y otras entidades.
Amparo Iglesias, natural de Revoqueira pero vecina de Villanueva de Oscos, también vivió lejos del ala occidental, aunque su actividad profesional como veterinaria le permitió regresar a su tierra. Y lo ha hecho con ganas de volcarse en la comarca, entre otras cosas, como gestora cultural de un festival conocido como Festa dos Frailes. Su amiga, Dolores Martínez, de Santa Eulalia de Oscos estuvo vinculada profesionalmente a la hostelería, y durante mucho tiempo confió en poder regresar, como finalmente hizo.
Otra mujer que participa en el documental es Carmen Siñeriz, de Boal. Ella, como filóloga especialista en gallego-asturiano, es la primera que invita a hablar en fala y a sentir orgullo por la lengua materna. Precisamente esta docente boalesa es una de las personas que está preparando para la Academia de la Llingua Asturiana el primer diccionario de gallego-asturiano. En la filmación Carmen está acompañada por su progenitora, Argelina, que nació en Xío, en Illano, y que relata momentos de su infancia en los que acompañaba al rebaño de ovejas de su familia.
El documental Nía, Nosoutras ideamos arte, producido por Mialma Producióis Creativas y realizado por Barenta Report, reconoce lo que hicieron mujeres de generaciones anteriores a la vez que transporta una mirada al futuro. «Partimos de esta visibilización, de un reconocimiento de la tradición, pero no podíamos quedarnos sólo en eso, también hay que mirar al futuro porque ahora hay mujeres haciendo cosas muy interesantes y que apuestan por el territorio. Algo que transmite muy bien el documental es que en esta zona puedes hacer casi lo que quieras a nivel de ocio y cultura. Creemos que tenemos muchos hándicaps, pero en realidad también tenemos muchas oportunidades, hay cercanía con instituciones y entre la gente», explica la coordinadora de la Asociación.
Dispuestas a seguir luchando por el territorio y por la igualdad entre mujeres y hombres, las integrantes de la Asociación ya tienen en mente un próximo proyecto: la creación de podcast Nía.
El lenguaje gallego-asturiano a través del que se conduce todo el relato documental es también una insignia del proyecto, y para su desarrollo ha contado con el asesoramiento de Carmen Siñeriz. «Todas las protagonistas lo hablan y hay que pensar que aquí la lengua estaba muy desprestigiada –añade Cancio–. El hecho de estar en una zona de montaña, con malas comunicaciones y con una población de edad muy avanzada provocaba un sentimiento incluso de ocultación entre la propia población ‘falante’. Y creemos que esto tiene que ver también con el patriarcado, porque, al final, el castellano era el idioma que hablaban los hombres, el que se hablaba fuera en el espacio público y con la gente. El otro era la lengua materna, la de la casa, la de los cuidados y por eso ahora lo queremos visibilizar».
El reportaje documental ha tenido muy buena acogida en la zona. Se presentó oficialmente en la Casa de Cultura de Castropol el pasado 28 de noviembre y, según explica la consultora de género de Serandinas, «nos ha sorprendido muy gratamente ver que estaba la sala llena y que incluso había personas de pie. Ahora tenemos a mucha gente de diferentes concejos contactándonos y preguntando cuándo lo pueden ver, ciertamente ha generado mucho interés. Y aunque no tenemos fechas cerradas, hay tres lugares obligados en los que sí se va a poder ver: en Sampol (Boal), en Los Oscos y en As Figueiras (Castropol) porque fueron los sitios en los que se grabó, fueron las puertas de entrada al documental».
Dispuestas a seguir luchando por el territorio y por la igualdad entre mujeres y hombres, las integrantes de la Asociación ya tienen en mente un próximo proyecto: la creación de podcast Nía. «Tenemos algunas cosas grabadas desde hace mucho tiempo –comenta Lola– porque hemos ido contactando con mujeres mayores que nos interesaban con la idea de conservar ese material. Al final, un podcast es una herramienta muy cercana y también adecuada porque sirve para seguir trabajando ese fomento de la autoestima individual y colectiva».