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martes 19, marzo 2024

Ribadeo (Lugo). Nueva luz en el faro

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La belleza del enclave de Isla Pancha es bien conocida en la Mariña lucense. La imagen del antiguo faro recortado sobre las aguas del Cantábrico es una de las preferidas por los turistas que se acercan al litoral ribadense.

Desde hace apenas tres meses este paraje ha incrementado su popularidad al convertirse en el primer faro en el que es posible alojarse. La iniciativa partió de un empresario ribadense que enamorado de la pequeña isla donde se encuentra esta instalación vio en ella un posible recurso turístico. Un acuerdo con el Ministerio de Fomento le permite ahora reutilizar este paraje como alojamiento hotelero durante diez años. «La Isla Pancha forma parte de mi vida desde que soy niño y andaba por esa zona. Así que cuando Puertos del Estado sacó la idea de potenciar los faros como hoteles u otro tipo de establecimientos surgió la idea», explica José Luis Braña.

La edificación data del año 1857 y ahora se ha convertido en el primer faro de España con uso hotelero, uniéndose así a la lista de faros reconvertidos a otros fines, como los museísticos.
El acondicionamiento de este espacio se permitió bajo la premisa de no alterar los elementos fundamentales de la linterna del antiguo faro, de ahí que se conserve la escalera de caracol que conduce a la cúpula del faro, desde donde se obtiene una panorámica de 360 grados. «La escalera hubo que restaurarla íntegramente, y ahora de lo primero que hacen los clientes es subir para ver la linterna y la vista, que es impresionante».

El hotel, de planta cuadrada, alberga dos apartamentos con una capacidad máxima de ocho personas en total. En sus proximidades, a tan solo veinte metros, se halla el faro de Ribadeo, que entró en funcionamiento en el año 1983 dejando al anterior sin actividad. La nueva torre cuenta con una altura superior al original, una linterna de 21 millas náuticas de alcance y continúa prestando sus servicios de señalización marítima.

El turismo náutico trajo cerca de quinientas personas en el pasado 2016, superando las cifras de años anteriores.

Actualmente la instalación está a la espera de poder abrir sus puertas de forma definitiva, para lo cual ha de satisfacer ciertos requerimientos técnicos que demanda el consistorio. Braña añade que «son muchos los trámites administrativos que se requieren. Nosotros empezamos con esta gestión en enero de 2014 ante la autoridad portuaria y tres años después aún no acabamos. El problema es que esta España está dividida en tres administraciones diferentes y todo se ralentiza».

Para Braña la apertura del hotel Isla Pancha impactará positivamente en la zona al «traer turismo de alto nivel, que aporta un rendimiento económico al entorno». Este perfil turístico se ha visto incrementado también por la mayor afluencia de visitantes que en el último año acceden a la villa por mar. El turismo náutico trajo cerca de quinientas personas en el ejercicio de 2016, superando las cifras de años anteriores.
El puerto deportivo es uno de los elementos de interés a la hora de conocer el municipio, aunque el destino más visitado continúa siendo la playa de As Catedrais hasta el punto que en Semana Santa se agotaron las 4.800 autorizaciones diarias que ofrece la Xunta para acceder a este enclave. El arenal, famoso por los arcos y cuevas de piedra creados en su roca metamórfica, es todo un espectáculo arquitectónico natural. Algunos de sus acantilados superan los treinta y dos metros de altura contribuyendo a que As Catedrais sea una constante en la lista de las mejores playas de España y del mundo.

Pero aunque As Catedrais es el gancho de mayor renombre, el territorio ribadense tiene otros rincones que merece la pena conocer, como el barrio indiano de San Roque donde se concentra un gran número de casonas indianas o cualquiera de sus muchos ejemplos de patrimonio arquitectónico, que han llevado a catalogar el casco histórico de la villa como Bien de Interés Cultural.
El empresario de Isla Pancha se atreve también a recomendar un emplazamiento menos conocido pero igualmente interesante, «me refiero al Mirador de Santa Cruz, que es el gran desconocido en las cartas turísticas. Es un monte muy cercano al pueblo de Ribadeo y al que incluso puedes subir andando en un paseo de dos kilómetros, aunque la mayoría sube en coche. Desde aquí tienes una vista de la Ría de Ribadeo desde el fondo de la bocana hasta Vegadeo y es una auténtica delicia. Los atardeceres y los amaneceres allí son una preciosidad».

La música, tras el Puente

Los asturianos que cruzan habitualmente el Puente de todos los Santos conocen la importante tradición musical que atesora el municipio de Ribadeo. Recientemente, los Cantos de Taberna por los locales de la capital ribadense se erigieron protagonistas, pero la lista de acontecimientos musicales digna de interés es extensa.

Audición de la Escuela de Música (Ribadeo)
Audición de la Escuela de Música / Foto cedida por EMMeD

En julio de 1987, la comarca occidental dio un paso de gigante en las comunicaciones astur-galaicas, con la inauguración del puente de Todos los Santos. El nombre elegido bien podría continuarse como de todos los santos ‘sean gallegos o asturianos’ ya que el puente sobre el Eo se inicia en las inmediaciones de la capilla castropolense de San Román y finaliza en las cercanías de la ermita de San Miguel.

Desde entonces, Ribadeo se ha convertido en un imán para la comunidad asturiana, principalmente la comarca occidental, que encuentra en este destino un destacado núcleo comercial y turístico. Para conseguirlo, el municipio echa mano de sus atractivos, buen comercio, una playa de renombre internacional, un sector restaurador que hace gala de la gastronomía gallega, y una agenda cultural de lo más animada en la que no faltan el teatro, el cine, el baile o la literatura. La música, eso sí, merece una mención aparte. Lo que acaece en el municipio de Ribadeo no es fácil que se repita en otros destinos, por la elevada concentración de colectivos implicados en proyectos musicales. Por suerte, esto tiene una traducción inmediata en un calendario en el que abundan conciertos y festivales de toda clase y estilos.

Hugo García, director de la Escuela Municipal de Música y Danza de Ribadeo (EMMeD) corrobora este dato, «todo lo que se organiza y tiene que ver con la música tiene mucha aceptación en el municipio, y es raro encontrar una familia en Ribadeo que no tenga algún vínculo musical». La Escuela que dirige García, también profesor de oboe en la entidad, está entre las cinco primeras de Galicia, compitiendo con los centros de grandes ciudades. Tienen trescientos treinta y ocho alumnos, y a través de catorce profesores imparten todas las modalidades instrumentales que se ofertan habitualmente en este tipo de centros. «Se fundó en el año 1993 y fue la primera escuela gallega creada bajo la Logse», explica el director.

La Escuela, además de la educativa, tiene una labor social por eso procuramos dar visibilidad al trabajo que hacemos y participamos en muchas actividades que se organizan en Ribadeo». El respaldo de la población al centro se hace notar en los Festivales de Navidad o Fin de curso en los que el aforo de la sala siempre llega a completarse o en la abultada participación a los cursos que organizan.

El pasado mes de enero, más de setenta alumnos se congregaron para asistir al II Curso de Música Tradicional Galega que se impartía en la Escuela, organizado por la Asociación Cultural Ronqueta. Y el próximo 23 de julio, por iniciativa de miembros del profesorado de la EMMeD tendrá lugar el I Festival de Música y Baile Tradicional Gallego. «Quisimos organizarlo porque aunque en Ribadeo hay representación de muchos estilos musicales, referente a música tradicional gallega hay muy poco. En esta primera edición invitaremos a la Asociación Amigos da Gaita de Ribadeo, el grupo Arco de Vella de San Miguel de Reinante y también vendrá un grupo de gaitas de la zona de Lugo», añade García.
La labor de la EMMeD ha creado una importante cantera de intérpretes que ahora nutren a numerosos colectivos, algunos tan destacados como la Banda Municipal de Gaitas o la Coral Polifónica, con una extensa trayectoria y una programación anual.

La trayectoria de la Escuela también ha favorecido que en Ribadeo creciese un importante tejido de grupos rock y hard rock, superando la docena de bandas. «Varios componentes de estos grupos son ex-alumnos nuestros. Algunas de estas bandas no pasan por sus mejores momentos porque los jóvenes encuentran dificultades para compaginar la música con estudios o la actividad profesional». Para este sector de población, se organiza en el mes de junio el Festival Sonrock que nació como una iniciativa de la concejalía de Juventud el pasado 2016. La técnica de cultura, Neves Paz explica que «esta es una apuesta por darle un sitio a este género de música que cuenta con muchos adeptos en el municipio y una forma de posibilitar la participación de grupos ribadenses».

Enxebre, grupo de música de Ribadeo
Enxebre / Foto cedida por Enxebre

La segunda edición de este Festival tendrá lugar el próximo día 17 de junio en el parque San Francisco, y contará con la participación de Machina, Ánima, Materia Muerta y el grupo local Enxebre.
La formación de metal rock de Ribadeo, anteriormente compuesta por tres componentes, está integrada ahora por Alejandro Queipo, vocal y guitarra, y el bajista Pablo Río. En diciembre presentaron su primer CD ‘Odio, Son e Reacción’ compuesto de diez temas, los cuales se podrán escuchar el próximo sábado 17 de junio en el Festival. Queipo, músico autodidacta, explica que ahora tienen por delante el reto de adaptar los temas de un power trío a un dúo utilizando una base musical pregrabada, «esto lo han hecho muchas bandas, pero para nosotros será la primera vez».

El verano pisa fuerte
Aunque en todas las estaciones hay una más que interesante oferta musical, en verano, y especialmente en julio y agosto, es cuando tienen lugar las grandes citas. El séptimo mes del año trae consigo una fecha muy especial para el municipio, la que rememora sus lazos con Hispanoamérica a través de una Fiesta Indiana. Y una vez más la música adquiere gran protagonismo, especialmente a través del Festival de Habaneras y Música Hispanoamericana que llena la plaza con los asistentes. «Cuando llega esta fiesta, Ribadeo puede duplicar o triplicar su población. Es un fin de semana impresionante -añade el director de la EMMeD, colaborador habitual en Ribadeo Indiano-, la gente está encantada escuchando este tipo de música en este entorno. La edición de este año se celebra el segundo fin de semana de julio, los días 8 y 9. Y no se abandona este mes sin antes disfrutar de otro encuentro musical de los que arrancan sonrisas y aplausos. Se trata del Festival de Bandas de Música, que organiza la Asociación Amadores da Música y que tendrá lugar el sábado 29 de julio.

Son muchos los géneros que enraízan en la mariña lucense. Que se lo digan a la Asociación Jazzeo, que durante varios años organizó un festival con los mejores intérpretes de jazz y blues del panorama nacional e internacional. Hugo García resalta la labor de colectivos como este, que a través de entidades privadas sacan adelante festivales con intérpretes de altísimo nivel en lugares pequeños como Ribadeo. «Tienen mucho mérito y un gran compromiso. Y lo mismo ocurre con el Festival Internacional de Música Clásica que se celebra en la localidad, porque aunque es verdad que cuenta con el apoyo municipal, el resto corre por cuenta de los organizadores. Traen a gente buenísima, lo mejor del mercado mundial. Sin duda, con mucho esfuerzo». El Festival de Música Clásica, que organiza la Asociación Neoclásica, se celebrará del 7 al 12 de agosto. El evento busca acercar este género al público a través de charlas-concierto,
con repertorios atractivos y variados en los que es posible escuchar a los intérpretes hablando de sus composiciones.

Coro Da Mariña. La música del mar

Coro Da Mariña (Ribadeo)
Coro Da Mariña / Foto: Miguel Muñiz


El Coro da Mariña tiene su origen en la iniciativa de la cantante gallega Uxía Pedreira y su marido, el músico bretón Pierrot Rougier. Por circunstancias familiares buscaban un lugar como Rinlo para instalarse, un pueblo distinto, pequeño, uno de esos pueblos del Cantábrico que no están urbanísticamente destrozados. Y en estas costas, bañadas por un mar fuerte y sonoro, encontraron las condiciones necesarias para afrontar una nueva etapa de su vida.

Ya instalados en el pueblo ribadense, una persona reconoció a Uxía y en la conversación surgió la posibilidad de crear un coro. Le enseñaron la escuela vieja de Rinlo y a Uxía le pareció un lugar perfecto para ensayar. Ahí se puso en marcha la maquinaria para crear el grupo coral. «Llegamos a la conclusión de que teníamos que hacer algo que tuviera que ver con la música, que es de lo que nosotros sabemos, y que a la vez nos dejara tiempo para cuidar a nuestra hija Lúa, que tiene parálisis cerebral. Por cómo somos nosotros, que somos aglutinadores, y trabajando en una línea de costa, no entendíamos un coro sin gente del occidente de Asturias -comenta Uxía-. El coro es de donde estén los corazones del cantar».
Actualmente la familia se acaba de trasladar al concejo asturiano de Tapia de Casariego, pero el Coro da Mariña sigue con sus ensayos en Rinlo. Está formado por unas 35 ó 40 personas que viven a lo largo de la Mariña lucense y del Occidente asturiano y su repertorio tiene como hilo conductor el mar. En sus conciertos, pasan de cantar Serpientes de Mar de Silvio Rodríguez a Llévame hasta el Mar de Manolo Tena, o una habanera compuesta por un joven de Rinlo llamado Pedro del Río. No importa el estilo, la música es el lenguaje universal. Ahora están buscando una canción de la fala astur-galega para poner en valor la riqueza de esta lengua.
Aunque a Uxía le gustaría que más gente joven se implicase en el proyecto, las edades actuales de los miembros del coro van desde los 38 a los 80 años. «En el coro hay una diversidad espectacular, pero tanto a unos como a otros, los veo muy abiertos -asegura-. Al vivir con nuestra hija estamos acostumbrados a potenciar las capacidades diferenciadoras de cada uno y, es en el respeto a la diferencia, donde yo creo que nos vamos a entender. Lo bonito es ser diferente y aunque el coro es homogéneo en partes, en la totalidad no lo es. Trabajar con esta comunidad de personas es muy poderoso, porque este trabajo se vuelve espiral y nos ayudamos unos a otros. Sin darte cuenta estas creando una comunidad social con identidad. Para nosotros es un acierto que esta ayuda económica, emocional y de amistad que necesitábamos para asentarnos aquí, nos llegue a través del arte».

Asociación Cultural Alesancia. El sonido de As Anzas

Asociación Cultural Alesancia (Ribadeo)
Asociación Cultural Alesancia / Foto cedida por A.C. Alesancia



Hace doce años un grupo de mujeres de As Anzas decidieron hacer algo que les permitiera disfrutar en su tiempo libre. Después de darle algunas vueltas, la idea fue crear un grupo de pandereteiras. «En las aldeas no se hace nada que sea de ocio -comenta Elia Rodríguez, presidenta de la Asociación Cultural Alesancia- y si quieres algo tienes que ir a la villa. Entonces creamos esta Asociación, contratamos a Roberto Sala, un profesor muy conocido en esta zona y empezamos a ensayar». Como ella misma asegura, al principio «le tocó pelear» con veinte mujeres que no sabían tocar la pandereta.

As Anzas es una aldea pequeña en la que viven unas ochenta personas y a sus habitantes les gusta participar en las actividades que se realizan. «El Ayuntamiento organiza cursos de gimnasia y va mucha gente, como sucede con los talleres de memoria, también -asegura Elia-. Es gente muy activa a la que le gusta participar. Nosotras ensayamos una vez a la semana y la verdad es que lo pasamos muy bien juntas». Ese día en As Anzas suenan canciones populares gallegas interpretadas con voz y pandereta, aunque ahora están empezando a introducir algo de gaita percusión. Actualmente son diez mujeres las que forman el grupo, ya que algunas de ellas se han marchado fuera del municipio por motivos laborales o de estudios.
La tradición musical de este pueblo viene de antaño. De sobra es conocido que Ribadeo poseía el grupo de gaiteras más antiguo de Galicia y en As Anzas había también un gaitero y una mujer que era pandereteira, ellos eran los encargados de poner la banda sonora a todos los bailes de las fiestas. Gracias a Alesancia muchas de esas canciones se están volviendo a escuchar y aunque como la misma Elia dice, «no hay relevo generacional porque los pueblos se están quedando sin niños», afortunadamente están surgiendo otros grupos en la zona que continúan con la tradición musical.

Doce años de música clásica

Una vez más, Ribadeo volverá a disfrutar de la música clásica a través del Festival que organiza en el mes de agosto la Asociación Eoclásica. En esta ocasión, desde el 7 hasta el 12 de agosto, el público podrá familiarizarse con este género musical a través de diferents conciertos. El Festival Internacional de Música Clásica (FIMCR), que dirige el pianista Leopoldo Erice, cumple en esta edición su doce cumpleaños.Música Clásica en Ribadeo

Concierto I
Lunes 7 de agosto, a las 20:00 horas, en el Teatro de Ribadeo (C/ San Roque nº 2)

D. Scarlatti: Sonata para piano en La Mayor, K. 208
W. A. Mozart: Cuarteto en Re Mayor, K. 575
C. Franck: Quinteto con piano en Fa menor

Concierto II
Martes 8 de agosto, a las 20:00 horas, en el Teatro de Ribadeo (C/ San Roque nº 2)

F. J. Haydn: Variaciones para piano en Fa menor, Hob. XVII:6
L. v. Beethoven: Sonata para piano en La bemol Mayor, Op. 110
L. v. Beethoven: Cuarteto en Fa Mayor, Op. 135

Charla: «¡Feliz cumpleaños, Cuarteto Penderecki!»
Miércoles 9 de agosto, a las 12:00 horas, en el Teatro de Ribadeo (C/ San Roque nº 2)
Charla con los músicos del Penderecki String Quartet en el 30º aniversario de su fundación

Concierto III
«Sonidos, palabras, silencios…» – Recital de música y poesía clásica española
Jueves 10 de agosto, a las 20:00 horas, en el Teatro de Ribadeo (C/ San Roque nº 2)

J. S. Bach: Partita para piano nº 1 en Si bemol mayor, BWV 825
R. M. Schafer: Cuarteto nº 5, «Rosalind»
R. Schumann: Cuarteto Op. 41 nº 3

Concierto IV
Sábado 12 de agosto, a las 20:00 horas, en el Teatro de Ribadeo (C/ San Roque nº 2)

K. M. Murphy: «Oblique Light»
J. Brahms: Sonata para piano y violín en Re menor, Op. 108
A. Dvorak: Quinteto con piano en La Mayor, Op. 81

ARTISTAS XII FIMCR:

Penderecki String Quartet (Jeremy Bell y Jerzy Kaplanek, violines; Christine Vlajk, viola; Katie Schlaikjer, violonchelo)
Toni Deaño, narrador
Leopoldo Erice, piano

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