Al sur de la provincia de Cantabria, la comarca de Alto Campoo tiene mucho que ofrecer. Alrededor de Reinosa, que ejerce de cabecera, otros diez municipios nos invitan a conocer sus bellos espacios naturales, junto a muestras artísticas que se suceden desde la Edad del Bronce y están excelentemente conservadas.
Enero es uno de los mejores meses del año para visitar Reinosa. La cercana Estación de Esquí e Invernal Alto Campoo atrae a múltiples personas venidas de toda Cantabria y comunidades vecinas, que buscan buena nieve, perfectas instalaciones, completos servicios y ambiente acogedor. En su viaje una de las paradas imprescindibles es Reinosa. Además de ser el centro comercial y administrativo de la zona, cuenta con algunos atractivos monumentales dignos de mención -tanto por su historia como por su arquitectura-, tales como el Convento de San Francisco, la Iglesia de San Sebastián y dos torreones adosados al Ayuntamiento, en la Plaza de España -el Torreón de Navamanuel y Manrique, y el Torreón de Navamanuel y Calderón-. Durante el siglo XVIII se construyó el característico Puente de Carlos III durante el reinado de este monarca, que forma parte inseparable de la imagen de la ciudad. Como edificios civiles destaca La Casona, la Casa de los Mioño, la Casa de los Cossío, la Casa de Pano que no ha sufrido ninguna alteración desde su construcción en el siglo XVIII, y la Casa de las Princesas. Los parques, ubicados en el interior y los alrededores de la villa, recuerdan que la naturaleza es parte importante de los habitantes de la comarca. Así el Parque de Cupido, el Parque de los Obesos, el Parque del Híjar, el Parque del Campo Colorado y el Parque de las Fuentes, son algunos de los destinos predilectos de los reinosanos y los habitantes de todo Campoo.Con los abrigos bien abrochados, todo el mundo sale a la calle el 20 de enero para disfrutar de San Sebastián, una fiesta que huele y sabe muy bien
El turista que se acerca no sólo encuentra monumentos, ya que Reinosa es un lugar de compras de primer orden. Entre sus calles se entremezclan tiendas, cafeterías y restaurantes que ofrecen todo lo necesario para un tiempo de descanso sin preocupaciones: buena comida, amabilidad y variedad de actividades y servicios.
Reinosa es, por tanto, un destino turístico por sí mismo. Y lo confirma el hecho de que en enero celebra una de sus festividades más importantes: San Sebastián. Con los abrigos abrochados hasta arriba, gorros, guantes y bufanda, el 20 de enero todo el mundo sale a la calle para disfrutar de una fiesta invernal que huele y sabe muy bien. Ese día, además de la festividad religiosa, se prepara la “olla ferroviaria”, y se acompaña de buen vino -que ese día mana de la fuente de la Plaza de España-, lugar donde se celebra el evento. En el Hotel Vejo hay la tradicional comida popular con baile. Y a las 9 de la noche hay una actuación gratuita en el Teatro Principal de La Carabela. Llama la atención tanta fiesta a semejantes temperaturas, pero lo importante es seguir con la tradición. La participación es también alta en el Triatlón Blanco de Reinosa, que tiene lugar en esos días.
Si estas fiestas son características y nos han gustado, hay que volver en septiembre, con las fiestas grandes de Reinosa dedicadas a San Mateo. Las Justas Literarias, el espectacular Desfile de Carrozas y la Gran Feria de Ganado Vacuno y Caballar, se completa con deportes autóctonos, romerías, verbenas y espectáculos callejeros a todas horas. El último domingo de ese mes se cierra con la celebración del Día de Campoo, Fiesta de Interés Turístico Nacional, que hermana a todos los habitantes de la comarca en un día muy entrañable. El Desfile de Carretas tiradas por bueyes, que representan escenas campurrianas, se acompaña de música de rabel, panderetas, mozos que cantan y grupos de danzas. Además del ambiente y la diversión que se genera, deja en el cuerpo la sensación de la belleza que tiene todo lo sencillo, y que debe preservarse a toda costa. La mejor manera es muchas veces apoyándolo con nuestra presencia y participación en las celebraciones. Porque en estas fiestas, todo el mundo es bienvenido.
El sabor de las ollas ferroviarias
Cada 20 de enero -Fiesta de San Sebastián-, la Plaza de España se llena de múltiples grupos preparando ollas ferroviarias. Esta tradición, nacida por sugerencia de la Peña Detroit, es una de las más esperadas del año.
El presidente de la peña, José Manuel Marcos Bercedo, es un gran conocedor del origen y la preparación de las ollas ferroviarias:
-¿Cuál es el origen de las ollas ferroviarias?
-Antiguamente el ferrocarril que iba de La Robla (León) a Bilbao -lo que ahora es la FEVE-, llevaba a los ferroviarios dentro del tren. Como pasaban muchas horas en su interior, inventaron un artilugio, una vasija. El vapor que va de la máquina al serpentín, lo usaron para dar calor a la vasija e iban haciendo la comida en el tren. Donde más fama ganó la olla ferroviaria fue en Mataporquera (Cantabria), porque el tren paraba para repostar agua y carbón en esta estación, que quedaba hacia la mitad del recorrido, y se aprovechaba para comer. Con el tiempo se pasa del vapor al carbón vegetal y esa costumbre desaparece en los trenes, pero se pone de moda prepararlas y se empiezan a hacer concursos de ollas ferroviarias en la Fiesta del Carmen de Mataporquera.
-¿Y cómo llegó a Reinosa?
-Yo soy de Mataporquera y, a través de mi peña, propuse al ayuntamiento un concurso de ollas ferroviarias el día de San Sebastián para dar más realce a la fiesta. Hasta entonces el 20 de enero se hacía una misa, después el ayuntamiento vendía unas jarras pequeñas de barro como donativo, se daban unas galletas, unas anchoas y se regalaba el vino. Y como nos faltaba algo, propusimos hacer las ollas. Ahora la fiesta es más completa.
-O sea, que no es una degustación, sino un concurso…
-Sí, cada uno lleva la olla, va a la plaza a las siete u ocho de la mañana, y a la una y media o las dos, se presentan los platos a un jurado que valora las ollas y da los premios a los ganadores. La participación depende mucho de si el día 20 cae o no en fin de semana, porque entonces más gente tiene la posibilidad de concursar. Cuando se celebra entre semana hay una media de 60-70 ollas. Algunos participan a nivel particular, aunque predominan los grupos de amigos, porque la olla después se la comen con la peña o la familia. Paralelamente, el año pasado se comenzó a hacer degustación. Este año también voy a hacerla yo para 300 personas.
-¿Se anima la gente a salir de fiesta en pleno enero?
-Sí, las ollas se hacen siempre, a menos que nieve treinta centímetros. Yo ya he hecho ollas en la plaza con una nevada “guapa”. O bien el ayuntamiento limpia la zona o bien nos metemos en los soportales. Para no hacer las ollas el 20 de enero tiene que hacer un día “de perros”. Que yo sepa no se ha suspendido ninguna vez.
Carrozas de Reinosa. Arte joven
Las fiestas de San Mateo, que se celebran en septiembre, cuentan con una de las manifestaciones artísticas más bellas del norte del país: las carrozas. Son las únicas esculturas que, junto a las fallas valencianas, se construyen usando yeso. En su preparación se vuelca toda la juventud reinosana, empeñada en colaborar y demostrar que sus fiestas son especiales.
Las carrozas suponen a cada peña dos meses de intenso trabajo que se ven recompensados con los aplausos en el Desfile.
Peña Tutti’s. Primer Premio
En el vigésimo aniversario de la creación de la Peña Tutti’s, sus miembros querían preparar algo espectacular. Decidieron rescatar una idea que les rondaba la cabeza desde hace años y con ella se convirtieron en los ganadores de las carrozas de San Mateo 2009: “Quisimos hacer un homenaje a Leonardo Da Vinci, basándonos en sus inventos, estudios y pinturas -cuenta su presidenta, Isabel Muñoz-. En este proyecto se innovó en unos cuantos aspectos, principalmente con la elaboración de dos bustos: el de Leonardo y el de la Gioconda. Ambos tenían una altura 4,35 metros y de ellos salían otras dos figuras. Otra innovación fue lograr que una figura girase -el hombre de Vitruvio-, y que las alas de su máquina voladora se moviesen”. Aunque para ellos siempre es muy gratificante ganar un primer puesto, la mayor satisfacción han sido los aplausos y las felicitaciones de la gente, además de las caras de admiración que se podían ver en el público durante el desfile.
Así se las gasta la peña más veterana que ha participado en el concurso de este año y que dedica muchas horas de esfuerzo para la construcción de estas obras de arte. Isabel reconoce que “el ambiente es muy bueno, aunque los últimos momentos antes del desfile siempre son muy tensos. Se fomenta el compañerismo con el resto de las peñas, aunque compitan contigo, ya que compartimos muchas horas de faena”.
Además, la Peña Tutti’s colabora con el Ayuntamiento en la organización del Triatlón Blanco Reinosa-Alto Campoo, y participan en San Sebastián, con la elaboración de ollas ferroviarias. Sin embargo, su gran aportación es la carroza para la Fiesta de San Mateo, que forma un todo con el Día de Campoo: “Los jóvenes de Reinosa y alrededores -concluye Isabel-, tenemos mucha pasión y admiración por estas fiestas, por eso hay que animar a los más jóvenes para que sigan la tradición, ya que la construcción de carrozas se hace de un modo altruista, los premios sólo sirven para cubrir gastos”.
Peña Kantabrujos. Segundo Premio
¿Qué supuso obtener el segundo premio? “Para nosotros -indica Tania Rodríguez- fue como recibir un primer premio, ya que lo que realmente te llena es que la gente disfrute y valore el trabajo que se realizó durante dos meses. En ocho años de carroza hemos obtenido un primer premio y hemos acariciado la gloria en otras tres ocasiones con segundos premios; muchos de estos han sido gracias a Oscar “Coca” de la peña Makookis, ya que sin su colaboración no habría sido posible”. El tema de la carroza del 2009 era Troya, a la que le introdujeron nuevos elementos: “Cambiamos la estética estructural que seguían las carrozas, bajando la base a ras de suelo para que la figura principal ganase en espectacularidad”. Con estos cambios, la Peña Kantabrujos se alzó con el segundo premio tras dos meses de duro trabajo, compartiendo espacio con el resto de peñas que también preparaban sus carrozas. El ambiente es bueno, pero cuanto más se acerca la fecha del desfile, mayor es la tensión que se vive para que todo salga perfecto.
El día grande de las fiestas de San Mateo es el estreno para los artistas, como detalla Tania: “La gente te arropa con sus aplausos y ovaciones. Además es una de las fiestas grandes que cierra el verano y atrae a mucha gente de toda Cantabria, Asturias… lo cual lo hace todavía más grande, porque nos ilusiona que la gente de otros lugares venga a conocer tu fiesta, siempre y cuando el tiempo acompañe.
Peña Cuines. Tercer Premio
La historia de premios de la Peña Cuines es abultada: se iniciaron con “Los Picapiedra”, consiguiendo el 6º puesto; el año siguiente crearon “Cantabria Mágica” y quedaron 5º, ganando además la mejor figura con “El Árbol”; posteriormente quedaron terceros con su visión de la Segunda Guerra Mundial que titularon “Memorias de un holocausto”, y también ganaron mejor figura con “Los camilleros”. Al año siguiente hicieron “A las puertas del cielo”, pero la figura central -un caballo- se les cayó antes del desfile, por lo quedaron 9º. Este año se han resarcido ganando el tercer premio con “Cuentacuentos, El soldadito de plomo”, además de mejor figura con “El Jocker”.
Adrián Serna, presidente de la Peña Cuines, revela que “esta carroza fue creada por Miguel Ángel Hoyos, uno de los mejores carrocistas de las peñas de Reinosa. Por eso este año contamos con la ayuda de la Peña Botijo-Trasgos, de la cual es miembro Miguel Ángel”. Para Adrián, durante la elaboración de la carroza los 70 miembros de su Peña disfrutan de “un gran ambiente de unidad y trabajo. Supongo que nos caracteriza lo mismo que a cualquier peña de la zona: las ganas de ayudar a las fiestas, la juventud, la libertad de crear este arte no reconocido que son las carrozas artísticas de Reinosa y el poder pasarlo bien en grupo”. Para colaborar, todo el mundo es bienvenido y puede participar en la elaboración de la carroza aportando su esfuerzo. Sólo hay dos trabajos especiales para personas cualificadas: el tallador, que crea la figuras con el yeso sobre un armazón, y los pintores. De su arte y del trabajo conjunto del resto de miembros depende el resultado final.
Peña Sierpes
La Peña Sierpes se formó en junio de 2004 con veinte miembros y hoy son unas ochenta y cinco personas, reunidas en diversos grupos de amigos. “Tenemos diferencias, pero las ganas de hacer la carroza nos llevan a superar una dificultad tras otras, y puedo asegurar que no han sido pocas”. Quien habla es Andrea Ruiz, la representante de esta peña que se caracteriza por los colores azul ducados y amarillo, así como el dibujo de una Sierpe.
La pasada edición de San Mateo eligieron como tema para la carroza un naufragio: “Recibió el nombre de ‘Galerna en el Cantábrico’ y el motivo lo pensó y diseñó el tallador casi al terminar el San Mateo anterior. Con ello queríamos arriesgarnos definitivamente, pasar de las figuras de dibujos animados y caricaturas, a figuras humanas. Para nosotros ha sido un gran desafío, ya que incluía estructuras mucho más complejas que otros años, y el nivel de talla y pintura era más alto”. El trabajo y las dificultades de todo tipo con las que se encontraron este año fueron recompensadas con la obtención del quinto premio, y la satisfacción personal de un trabajo bien hecho.
Con su labor contribuyen a reforzar estas fiestas de septiembre, donde las carrozas son las protagonistas. En palabras de Andrea: “Las carrozas le dan completamente toda la vida a San Mateo. Los jóvenes y no tan jóvenes disfrutan durante el verano haciendo la carroza y viendo el resultado final. Los adultos disfrutan de dos maravillosos desfiles, uno de noche y otro de día. Así que podemos decir que las carrozas y las peñas son la magia de esta fiesta”.
Peña Trastolillos
Gabriel Diego Fernández es el presidente de esta peña que se formó en 1996, y hoy cuenta con 50 componentes. Algunos forman parte desde el principio y otros son de nueva incorporación. “Nuestra peña se caracteriza porque somos un grupo de chicos y chicas que salimos juntos desde siempre -indica Gabriel-. No hace falta que sean fiestas para vernos juntos por todos los sitios, y a pesar del paso de los años y de que cada uno va teniendo su propia vida, somos muy amigos”. Coinciden con el resto de los grupos en el buen ambiente que tienen mientras preparan las carrozas -aderezado de pequeñas discusiones creativas-, y en los nervios que se viven antes del desfile: “Cada uno pone su granito de arena y el resultado siempre ha sido fantástico, de hecho todos desfilamos con nuestra carroza muy orgullosos”. Este año el tema elegido fue Moulin Rouge, una espinita que tenían clavada desde hace años y que por fin se decidieron a hacer.
El truco de la elaboración está en la experiencia: “Para hacer una buena carroza, hay que tener experiencia. Todos empezamos de críos con nuestras ilusiones y el primer año suele ser el más desastroso, aunque el más especial, porque recibes la ayuda del resto de peñas que tienen más experiencia que la tuya. Así, año tras año vas aprendiendo un poco más; ahora nos toca a nosotros enseñar a los que empiezan y eso es lo que hacemos”, finaliza Gabriel.