Fiebre, por sentir tus manos desnudándose entre gemidos jamás encontrados.
Fiebre, de volver a tener tus labios y que me cuentes lo que sientes entre mis lunares.
Fiebre, por congelar mis ardientes deseos en libros vacíos de amor y poder leerlos en tu ausencia.
Fiebre, de recorrete entre labios de humedad secos por los kms de tu piel.
Fiebre, tengo fiebre de sentir cada lágrima derramada de desordenados sentimientos de que lo nuestro es real desde el primer tropiezo y vernos caer entrelazados de sueños y promesas ausentes de sinceridad efímera.
Fiebre…