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domingo 13, octubre 2024

Recuperaciones: cuando la chatarra es riqueza

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Uniendo ecología y economía, la recuperación y el reciclaje de metales es un sector en auge que, en los últimos años y a pesar de la crisis, ha hecho un gran esfuerzo por modernizarse y adaptarse a los nuevos tiempos.

El desarrollo sostenible se ha convertido en un objetivo prioritario en las agendas de casi todos los países, por eso las empresas dedicadas al reciclaje y aprovechamiento de materiales están ganando atención y reconocimiento gracias a su contribución al medio ambiente y su afianzamiento como generadoras de empleo. Se trata de un sector que se ha revolucionado en muy pocos años: de la imagen del «chatarrero» tradicional se ha pasado a empresas muy especializadas, que han hecho un gran esfuerzo de inversión en tecnología y maquinaria. Se busca, por un lado, el aprovechamiento de las materias primas secundarias, y por el otro, disminuir la producción y el volumen de residuos.
A pesar de que el sector da trabajo en Asturias a aproximadamente cien personas, las empresas de recuperación sienten que su imagen no es todo lo positiva que debería: «La imagen que se tenía del chatarrero y el burro está cambiando, la gente se va dando cuenta de que tenemos maquinaria moderna, tenemos una flota de camiones… pero aún así en muchas ocasiones no se valora el servicio que prestamos», se lamenta Daniel González Riestra, presidente de Arastur.
Arastur, la Asociación de Recuperación Asturiana, comenzó a gestarse en el año 2002, en un movimiento asociativo inédito en Asturias, y poco habitual en España, para agrupar a empresas relacionadas con la recuperación y el reciclaje de metales, fundamentalmente, y en menor medida de neumáticos. Hoy está formada por quince empresas y se integra en la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER).

Daniel González Riestra,  presidente de Arastur (Asociación de la Recuperación Asturiana).
Daniel González Riestra, presidente de Arastur. / Foto: Fusión Asturias

Desde la asociación están haciendo un esfuerzo por mejorar esa imagen social de sus empresas, adaptándola a la realidad actual: «Siempre se tiene miedo de que el chatarrero esté ganando demasiado.

El sector, que ha hecho un importante esfuerzo de modernización invirtiendo en tecnología y maquinaria, da empleo directo a un centenar de personas en Asturias.

Antiguamente se compraba diez y se vendía diez; pero hoy se compran diez, se venden seis y esos cuatro tienen un coste, que cada vez es mayor». Aparte de los gastos lógicos como mano de obra, energía o maquinaria, las empresas de recuperaciones tienen que ceñirse a una rígida normativa medioambiental, y cumplir unos estrictos porcentajes de reutilización, o valorización. Es decir: hay que revalorizar los residuos, sacarles el máximo partido, reutilizar todo lo que se pueda y, lo que no, debe recibir el tratamiento adecuado para minimizar el impacto ecológico.

Un sector muy regulado

Al plantear su actividad, las empresas de recuperaciones tienen que tener en cuenta dos tipos de legislaciones básicas: medioambiental y fiscal. Ambas han cambiado recientemente, y su aplicación tiene ciertas lagunas, de modo que los propios profesionales del sector todavía no tienen claro cómo les afecta. La normativa medioambiental ha obligado a hacer fuertes inversiones en materiales y procesos. La fiscal, en cambio, puede cambiar la forma más tradicional de hacer negocios, ya que alude directamente a los particulares que hacen ventas de forma más o menos puntual: todo el que venda chatarra debe aportar una factura.

ARASTUR, la Asociación de Recuperación Asturiana, agrupa a quince empresas relacionadas con la recuperación y el reciclaje de metales, fundamentalmente, y en menor medida de neumáticos.

«El problema es la interpretación de esa ley, que viene de Madrid, pero hasta hace nada en Asturias no había gobierno, y no teníamos a quién preguntarle por su aplicación. De momento también hemos hecho la consulta en Hacienda; cuando nos respondan, sabremos más», explica Riestra: «La facturación de la chatarra se lleva haciendo muchísimos años, eso no es ninguna novedad, pero lo que ha cambiado es la compra a particulares. Antes cualquiera podía vender chatarra, simplemente aportaba su DNI y nosotros hacíamos una factura. Esto era así en el caso de alguien que quería deshacerse de algún residuo puntual, gente que venía a vender algo una o dos veces al año. Sin embargo, hay otros que venden chatarra tres veces por semana, con lo cual se entiende que mantiene una actividad y debería estar dado de alta como empresa, como estamos el resto».
Ante la duda, y para evitar problemas, Arastur recomienda a sus asociados que no compren a particulares, que deberían depositar los residuos en un punto limpio, sin cobrar por ello. Un consejo que las empresas grandes asumen con relativa tranquilidad, pero que ha perjudicado a las más pequeñas, que encuentran en esas pequeñas compras una fuente de ingresos a la que cuesta renunciar.
Lo cierto es que en tiempo de crisis todas las vías de negocio son pocas, y esta coyuntura también se está notando en el sector: «Nuestros proveedores fundamentales son talleres y desguaces y, desde luego, hay un bajón en la producción. Si antes un taller producía doscientas toneladas, hoy está en las cincuenta. La gente hace durar más el coche, no lo cambia tan fácilmente como antes, con lo cual se genera menos chatarra. Y desde luego la subida de la energía (gasoil y electricidad) tampoco ayuda», valora el presidente de Arastur.

Hay que revalorizar los residuos, sacarles el máximo partido, reutilizar todo lo que se pueda y, lo que no, debe recibir el tratamiento adecuado para minimizar el impacto ecológico.

Otros modos de conseguir los materiales son pactar con la administración recogidas en puntos limpios, o realizar recogidas en empresas concretas, de industrias generadoras de residuos. Aún a pesar de una disminución puntual en el volumen de trabajo, lo cierto es que cada vez más la reutilización inteligente, el reciclaje y la recuperación de materiales debe tenerse en cuenta como recurso a poner en valor, a través de la labor de este tipo de empresas: una labor que va más allá de lo económico y entra en lo social y medioambiental.

Directorio de empresas de recuperaciones en Asturias
CHATARRERÍA LA ARENA
C/Max Planck, 755 – Pol. Ind. de Roces, 3 33211 Gijón (Asturias)
Tel: 985 167 399

CHATARRERIA ASTURIAS
C/Camino del Melón, 9 33211 Tremañes, Gijón (Asturias)
Tel: 984 159 342
chatarreriaasturias@gmail.com

FERCASTUR 2008, S.L.
Gestor de residuos
Recuperaciones férricas, metales, desguaces industriales, maquinaria.
Avda Siderurgia, 9
Pol. Bankunión II. 33211 Gijón (Asturias)
Tel: 664 410 464 – 606 354 050
Fax/Ofic: 985 324 522

STEEL METAL NORTE S.L.
Recuperaciones Férricas
Polígono industrial de Logrezana. 33438 Carreño (Asturias)
Tel: 985 57 75 65
Tfno/Fax: 985 57 04 10
steelmetalnorte@hotmail.com

ARASTUR – ASOCIACIÓN DE LA RECUPERACION ASTURIANA
C/ Marqués de San Esteban, 1 – 7º. 33206 Gijón (Asturias)
Teléfono: 985 35 65 46. Fax: 985 67 82 15

RECUPERACIONES LA PEÑONA
Chatarras y metales
Polígono La Peñona. C/ De la Mecánica, Parc. 4 • 33691 Veriña – Gijón (Asturias)
Tfnos.: 985 31 65 09 – 636 57 18 57. Fax: 985 31 65 09
lapenona@hotmail.com

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