Se trata sin duda de una muy buena noticia. La conocíamos esta semana a través de la asturiana Rosa Menéndez, presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Varios grupos de investigación del citado organismo, han diseñado un test serológico que detecta anticuerpos y permite saber si una persona ha sido infectada por el Covid-19 y si su sistema inmunitario ha reaccionado al mismo. Su nivel de fiabilidad es del 98% y en solo un mes y medio estará a disposición de los hospitales.
El CSIC ha protegido esta nueva tecnología con una patente, y la ha puesto a disposición del tejido industrial español para evitar la dependencia de terceros países garantizando así que llegue cuanto antes a toda la sociedad. La empresa fabricante es española, su precio como adelantan será “de unos pocos euros” y la idea es que esta tecnología llegue a cualquier otro país que la necesite ya que está financiada con fondos públicos. Este test ayudará a controlar la pandemia, pero, sobre todo, ayudará a salvar vidas.
El estado de alarma trasladó la investigación a primera línea de fuego y exigió respuestas a corto plazo para hacer frente al Covid-19. Asturias, desde el minuto uno, se sumó a esa carrera donde nos jugábamos la supervivencia. Seis equipos de investigación del HUCA, el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado, la Universidad de Oviedo y el Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (centro mixto del CSIC), llevan meses trabajando en proyectos de ámbito nacional contra el coronavirus con herramientas punteras que sitúan a nuestra ciencia en una posición de vanguardia.
También reaccionaron positivamente los centros de I+D de las grandes empresas de base tecnológica y biosanitaria: nuevos modelos de respiradores, pantallas ergonómicas, reciclaje de mascarillas, hidrogel. Ante estos resultados uno se pregunta, ¿qué Asturias tendríamos si se hubiese invertido más en ciencia e investigación? No nos podemos conformar con esto, aunque es digno de admiración y habla mucho del potencial humano y talento que aquí tenemos, hemos de mirar hacia el futuro. Los milagros científicos no existen. Cuando nos enfrentamos a un problema de escala mundial como es este, todos miramos a la ciencia en busca de soluciones. La salida a esta crisis pasa por una inversión sin precedentes en investigación e innovación. El objetivo no es solo prepararse contra este virus sino contra todas las pandemias que están por llegar, que como nos anuncian van a ser cíclicas, posiblemente relacionadas con el cambio climático y que afectarán no solo a la salud sino a muchos más ámbitos de nuestra vida. El peaje que con esta pandemia estamos pagando de muerte y devastación económica, nos muestra que tenemos que despertar y ver que la inversión en ciencia y salud es una cuestión más que nunca de vida o muerte, nuestro futuro depende de ello. Siempre será más barato que enfrentarse a nuevas crisis sanitarias.