Asturias es una región de apenas un millón de habitantes, pero existen unos lazos invisibles que cuantifican por mucho nuestra proyección en el mundo. Más de cien asociaciones, centros y casas de Asturias contribuyen desde hace más de un siglo a la difusión y preservación de nuestra cultura, valores y patrimonio. “Es imposible entender nuestra tierra sin hablar de la Asturias exterior. Es imposible construir el futuro sin el compromiso de la emigración”, recuerda Manuel de Barros, presidente del Centro Asturiano de Alicante y también -desde hace ocho años- de la Federación Internacional de Centros Asturianos.
-Todos los centros asturianos comparten el mismo espíritu, pero tienen también sus particularidades.
-El peso de cada uno de los centros asturianos y su aportación al conjunto tiene mucho que ver con los años que tienen de vida, cómo fueron sus orígenes y los kilómetros que separan a cada lugar de su Asturias querida. Por ejemplo en Argentina están en abiertos unos veinte centros, todos ellos muy activos. El de Buenos Aires tiene más de 110 años de vida; el de Tucumán acaba de celebrar en noviembre su centenario. En México hay un centro asturiano con mucha fuerza que tiene miles de socios y sigue creciendo. En Europa tenemos centros en Bruselas, Bélgica, Suiza, pero el espíritu que los mueve es distinto. Hubo en su momento una emigración muy potente, pero ahora están más o menos estabilizados.
Los asturianos que emigraron a América son los que marcharon más lejos, los que tardaron más en volver a su tierra y los que, desgraciadamente, vienen menos -horas de viaje, cuestión económica-. Luego están los que hay abiertos en España, formados por aquellos que ‘emigramos’ -ahí me incluyo- digamos que por otras razones distintas. El centro más antiguo es el de Madrid que tiene 144 años, pero hay muchos más repartidos por la geografía española: cinco en Levante, otros tantos en Sevilla, Salamanca o Valladolid, en este último tienen una finca preciosa a las afueras de la ciudad -adquirida por ellos mismos- donde realizan todos los eventos. En definitiva, cada centro asturiano tiene su particular idiosincrasia con la que enriquece al conjunto.
“Cada centro asturiano comparte el mismo espíritu pero mantiene su particular idiosincrasia con la que enriquece al conjunto”
-¿Cómo se consigue mantener vivas las tradiciones asturianas durante tantos años?
-Pues transmitiendo la cultura y la música tradicional asturiana, generación tras generación. No hay que olvidar nuestros orígenes, aquellas personas que contribuyeron con su esfuerzo a crear esta institución sólida que hoy tenemos, las mismas personas que mantuvieron vivo el espíritu de asturianía y fueron capaces de trasladarlo a las generaciones posteriores. Hoy ese movimiento sigue vivo hasta el punto de que muchos centros en la actualidad están formados por segundas y terceras generaciones.
Posiblemente, los que estais en Asturias no lo entendáis, pero ¿sabes la importancia que tiene el que cada centro posea una banda de gaitas? Una conferencia, una charla, un taller puede resultar muy interesante y atraer público, pero el poder de conexión y de atracción que ejerce la música de la tierra no es comparable. Antes, cuando celebrábamos un evento, como la Santina, teníamos que solicitar al Principado una banda y la verdad es que no daba abasto para mandarnos a todos. Ahora gracias a la Escuela de Asturianía, poco a poco hemos ido creando las nuestras.
-¿Cómo funciona la institución?
-La Escuela de Asturianía es una idea que surgió para solventar precisamente el problema que te comentaba antes. Es una iniciativa que junto con otras que hay en marcha, va encaminada a difundir y preservar la cultura y la identidad asturiana entre los descendientes de emigrantes. En la séptima edición que se celebró el pasado año en Oviedo, recibieron clases de gaita y baile tradicional asturiano 26 descendientes de emigrantes de entre 18 y 47 años. Desde que está activa la institución se han formado más de 180 chicos y chicas, que luego al regresar a sus lugares de origen forman a su vez a otros compañeros, haciendo que estas aficiones no solo sigan vivas, sino que multipliquen su efecto contagio. La música atrae y une a la gente, emociona y consigue poner los sentimientos a flor de piel. Hoy por hoy te podría decir que es nuestro buque insignia.
“¿Sabes la importancia que tiene el que cada centro posea una banda de gaitas? La música de la tierra tiene un poder de conexión impresionante”
-Se os ha reconocido como los mejores embajadores por vuestro papel activo que va mucho más allá de la preservación de las tradiciones.
-No tenemos una red de embajadas, pero contamos con los mejores embajadores y embajadoras en cada uno de nuestros centros asturianos. Son sitios físicos donde no solo nos reunimos, sino que hacemos muchas cosas en torno a la música y la gastronomía para atraer a los jóvenes y no tan jóvenes. Promocionamos turísticamente nuestra tierra, desde el Principado nos envían folletos turísticos; también organizamos encuentros. Hace muy poco nos visitó el alcalde de Luarca y además de una jornada de convivencia e intercambio, nos habló de todos los encantos que tiene el concejo y las cosas que se pueden visitar allí. Le insisto muchas veces al presidente del Principado, Adrián Barbón, que debería de aprovechar más nuestro ámbito de influencia. Hay otros organismos que defienden Asturias, pero no disponen de esta red de sitios físicos como tenemos nosotros.
-¿Qué propuestas habéis hecho llegar al presidente en este sentido?
-Además de mantener viva la cultura, los centros asturianos podemos actuar como elementos dinamizadores de la economía. En todo el mundo, los presidentes de cada centro son líderes en sus respectivos territorios, gente muy involucrada en el tejido social de la ciudad, son, en definitiva, personas de peso, y creemos que todas esas circunstancias se pueden aprovechar. Somos un escaparate importante, nos conoce la gente… vendemos.
-Y, ¿cuáles son vuestras reclamaciones?
-Nosotros somos el ADN de Asturias y eso se tiene que corresponder con un presupuesto que esté a la altura de esa importancia. Si el presupuesto es pequeño, el ADN será también pequeño. Necesitamos más ayudas, más subvenciones. Los presupuestos que recibimos los centros son escasos. No estamos a la altura por ejemplo de los centros gallegos o canarios.
Por otro lado, en el programa electoral Barbón se comprometió a impulsar una reforma de la ley electoral para que en los comicios autonómicos los votos de los emigrantes pudieran elegir a uno de los 45 diputados que integran el parlamento regional. Una propuesta muy innovadora que ya se aplica en otros países. Si lo prometió en campaña electoral lo lógico sería que retomase la propuesta, ¿no? Nuestras reclamaciones irían por esta línea.
“Nosotros somos el ADN de Asturias y eso se tiene que corresponder con un presupuesto que esté a la altura de esa importancia”
-¿Esas subvenciones se reciben a nivel de Federación o es cada centro el que realiza su petición?
-Tenemos una que recibimos como Federación y luego cada centro asturiano hace un proyecto y solicita una subvención, puede ser para mantenimiento, actividades culturales, cada año varía. Lo que sí habría que renovar es el sistema de solicitud porque se está quedando un poco obsoleto y es complicado para muchas personas que no manejan muy bien las tecnologías que se requieren.
-Hace unos meses tuvimos ocasión de entrevistar a miembros de Sección Bolera Asturiana de Chile y nos llamó la atención que su directiva estuviera integrada por jóvenes.
-Eso es a lo que aspiramos todos los centros asturianos porque si no tienes gente joven en las juntas directivas no hay cambio y para que se queden esos jóvenes y estén motivados tienes que darles responsabilidades, han de sentirse útiles, aunque luego se equivoquen; a nosotros cuando empezamos nos pasó igual. En la Junta Directiva del Centro que presido en Alicante, tenemos un porcentaje importante de gente joven y también mujeres. Ambos son el futuro y tienen que formar parte de la gestión de la entidad. En América, por ejemplo, hace 15 o 20 años no había ninguna mujer en una junta directiva, cosa que ahora está cambiando.
“Si no tienes gente joven en las juntas directivas no hay cambio y para que esos jóvenes estén motivados tienes que darles responsabilidades”
-Antes se emigraba por necesidad, ahora se hace con un título universitario bajo el brazo. El fenómeno de la emigración ha cambiado.
-Hace cien años la gente marchaba para no morir de hambre y ahora marchan con un título universitario bajo el brazo como tú dices y como en la actualidad se abren muchas posibilidades en los sitios a los que vas pues no añoras tanto a tu tierra, no la echas de menos. Se estudia en el mundo, eres ciudadano del mundo, el sentido de pertenencia en las nuevas generaciones ha quedado algo diluido. En Alicante llegamos a ser unos 500 socios y ahora seremos unos 200. El que viene nuevo a lo mejor aparece un día y luego no vuelve porque le atraen otras cosas. El mundo está cambiando y hay que asumirlo.
-En este año se celebrará el IV Congreso Internacional de Asturianía. ¿Qué temas se abordarán?
-En estos momentos está retornando más gente a Asturias de la que marcha, según datos del INE. Eso es un dato importante porque somos un millón escaso de habitantes, pero es algo que habría que potenciar mucho más. En este congreso sería interesante escuchar a la gente joven, saber lo que piensa esa inmigración del siglo XXI, estudiar cómo podrían participar más. Hay que reflexionar y profundizar en estos temas porque las conclusiones de ese congreso nos deberían de servir para los próximos diez o quince años. Hay que saber qué piensan sobre estas cosas las mujeres, sin ellas -que son el 52% de la sociedad- no existe el futuro. Gobierno y Administración tienen que implicarse más, deben decirnos qué proyecto tienen para los centros asturianos en los próximos ocho o diez años.
“Hoy la Federación somos una sola voz, pero ha costado llegar hasta aquí”
-Recientemente se ha puesto en marcha la Oficina del Retorno que tiene como objetivo favorecer el regreso de los asturianos que se encuentran en el exterior. ¿Se puede hablar ya de resultados?
-Aunque lleve poquito tiempo en activo ya se han gestionado 160 consultas desde su puesta en marcha. La persona con voluntad de retornar es alguien de mediana edad, con familia y formación universitaria. ¿Quiénes no regresan? Pues la gente que ya es muy mayor, que te dice que apenas puede caminar y que no está para meterse en un viaje de esta envergadura. Personas que tienen allí a los hijos y nietos, que en Asturias ya no conoce a nadie o no le queda ya familia. Alguna persona mayor sí ha retornado, pero son los menos. Puedan regresar o no, lo que sí se mantiene intacta es la nostalgia por la tierrina.
-Como presidente de la Federación de Centros Asturianos, ¿qué retos tienes por delante para los próximos años?
-Que todos los centros asturianos seamos una gran piña y que defendamos los mismos derechos. Hablo todos los días con la gente, voy de un sitio para otro, si tenemos que comentar algo, se comenta claramente y se continúa trabajando. Cada decisión que tomamos lleva detrás el respaldo de miles de personas. Antes éramos muy individualistas, cada uno barría para su casa, pero a día de hoy estamos todos unidos. Estamos abiertos a colaborar con el Gobierno en todo lo que esté de nuestra mano, pero manteniendo nuestra identidad, tenemos nuestros estatutos y nuestra independencia es total y absoluta, no somos el Gobierno. Llevo ocho años como presidente, acabo de ser reelegido y puedo decir que a día de hoy somos una sola voz, ha costado llegar hasta aquí pero ahora es una realidad.
Escuela de Asturianía: Buque insignia
El Centro Asturiano de Buenos Aires ha acogido estas pasadas Navidades un curso de extensión de la Escuela de Asturianía. Es el segundo que se celebra tras la recuperación de la iniciativa en 2024, eligiendo al Centro Asturiano de Alicante para ponerse en marcha.
Dos profesores de la Escuela de Música Tradicional de Oviedo se trasladaron a la capital argentina para impartir conocimientos sobre gaita, tambor, percusión y baile. Estos cursos, además de mantener los vínculos con las tradiciones asturianas, tienen como objetivo formar a monitores y monitoras de grupos de baile y música para garantizar que estas manifestaciones culturales sigan vivas. “Para nosotros tiene un significado emocional muy importante. Escuchar el sonido de una gaita o un tambor fuera de Asturias a la gente le sigue poniendo la carne de gallina. La música tradicional sigue seduciendo a jóvenes y mayores, lo estamos comprobando en todos los centros asturianos, por eso la Escuela de Asturianía tiene tanto auge. Se ha convertido en nuestro buque insignia”, dice Manuel de Barros, presidente de la Federación de Centros Asturianos.
En el curso participaron 27 personas pertenecientes a los centros asturianos de Mendoza, Santa Fe, Comodoro, Buenos Aires, La Plata, Necochea, Colectividad de Chile y Colectividad de Valparaíso. Olaya Gómez, directora de Emigración, ha subrayado la importancia de estas actividades: “La recuperación de los cursos de extensión de la Escuela de Asturianía es un compromiso que habíamos adquirido con los centros asturianos y que mantendremos para este 2025”.