Como en casa. Pablo Moro, cantautor

Cerrando el año 2009 llegaba el último trabajo del cantautor asturiano Pablo Moro. “Pequeños placeres domésticos” es un disco maduro y sólido, sin concesiones a la sofisticación del estudio. Una apuesta por el sonido natural.
De hecho, el disco se grabó en un entorno casi familiar. Una casona en Colunga donde todos los músicos trabajaron junto a Pablo Moro en la búsqueda del sonido que debía caracterizar este nuevo trabajo.
-Es un disco distinto, empezando por el lugar elegido para la grabación. ¿Cómo influye esto en el resultado final?
-La verdad es que al disco le da un aire un poco distinto el hecho de que en vez de meternos en un estudio a grabar, que puede resultar muy agobiante, sacásemos el estudio fuera y nos fuésemos a una casa en La Isla, Colunga. Eso resulta un poco especial. Es un lugar al que yo voy desde que nací y que para mí significa muchas cosas. Las vistas de la imagen de promoción del disco son de allí. Así que ni estudio, ni ciudad, ni estrés. Es un “pequeño placer doméstico”.
-Fue un proceso que estuvo en todo momento de tu mano.
-La verdad es que a mí siempre me gustó una cosa que hacen algunos grupos, y es meterse todos en un salón y grabar tocando en directo, y no por pistas, como se hace normalmente. Eso propicia una interactuación entre los músicos que luego se nota.
-Antes de eso ya llevabas un año preparando el disco.
-Claro, antes preparamos las canciones, las seleccionamos, hicimos los arreglos. Fue un año de preproducción y ensayos hasta que decidimos que era el momento de grabar. Luego todo se hizo en un mes y medio.
-¿Se valora más un sonido algo menos pulido pero más natural?
-Sí, puede ser. Supongo que es como el movimiento del péndulo que se desplaza hasta un extremo, que es la superproducción, y luego regresa a lo más sencillo. Nosotros ya habíamos empezado en este camino con otros trabajos. Nos gusta que la banda suene tal como es.

“Siempre me gustó una cosa que hacen algunos grupos, y es meterse todos en un salón y grabar tocando en directo, y no por pistas, como se hace normalmente”

-¿Cómo nacen tus temas?
-Es una pregunta que no tiene una respuesta muy clara. Puedo estar caminando por la calle y ver un cartel con una frase que anoto y luego en casa intento desarrollar. O bien estoy tocando la guitarra y surgen tres acordes que encajan, o estoy hablando con un amigo, o viendo una película. Hay muchísimas formas de que salga una canción. Pero ese es el inicio y luego está “el oficio”, que no todo es inspiración y magia. Hay que escribir y desechar. Para moldear una canción hay que tirar mucho trabajo a la papelera.
-Tres discos en el mercado. ¿Hacia dónde evoluciona tu trabajo?
-Yo elegí este camino de hacer canciones y tocar. De momento es un camino sin ninguna meta en realidad. Se trata de ir mejorando, de ir haciendo cada vez mejores canciones y mejores discos, tratar de evolucionar. Dentro de muchos años espero poder mirar atrás y ver que el trabajo que he hecho ha merecido la pena.
-Recientemente has estado actuando en Colombia. ¿Cómo fue el viaje?
-Estuve en Bogotá con otro artista asturiano, Alfredo González. Nos invitaron a participar en el Festival Internacional de Canción Itinerante y fue una experiencia muy buena. El hecho de poder saltar a América del Sur, y que además hayan sido ellos los que se pusieron en contacto con nosotros para invitarnos… suena muy cursi decir que es como un sueño, pero es verdad.
-Los temas son reflexiones sobre cosas cotidianas. ¿El título del disco reivindica la importancia de lo pequeño?
-Lo que quiero contar es que me parece que no es necesario buscar grandes metas. Lo importante es saber disfrutar de las cosas que tenemos a mano, que muchas veces son las que dejamos pasar. No es un tema original. Lo decía Lennon: la vida es eso que pasa a nuestro lado cuando estamos ocupados haciendo otros planes. Hay que aprovechar los buenos momentos.