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miércoles 12, febrero 2025

Gema Fernández: «La poesía es una interpretación de la vida y la vida tiene humor»

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Con un nuevo y valiente poemario bajo el brazo, la escritora ovetense Gema Fernández demuestra que un desnudo emocional integral puede dar abrigo al alma, aunque no consiga dar respuesta a todas las preguntas.

Gema es poeta, pero también cantante, letrista e intérprete teatral, aunque su mundo interior se enraíza fundamentalmente en las palabras. Son su norte, y a través de ellas navega e intenta comprenderse a sí misma, a la vez que no tiene pudor en contar sus hallazgos por extensos o escasos que sean. Es medianoche en casi todo el cuerpo es su último trabajo, un poemario que define como catártico y que -como acostumbra el tándem que realiza con su inseparable hermana Silvia- acabará haciendo pensar, reír y posiblemente también escandalizar a los espectadores cuando lo lleven también a los escenarios en forma de espectáculo literario, musical y teatral.

-Cuéntame cómo ha sido la historia de Es medianoche en casi todo el cuerpo.
-Son unos poemas que se recopilan a lo largo de dos años coincidiendo con un momento duro. Siempre digo que este libro, de todos los que tengo, es quizá el más catártico para mí. Soy una persona muy emocional y que además trabaja con las emociones, y eso hace que establezca una relación complicada con mi parte racional. Y en esos años tuve que enfrentarme a esa parte, y me di cuenta que no contaba con las herramientas que tiene una persona normal, tenía muy entrenada la emoción y muy poco la razón. Escribir fue una invitación a detenerme, a repensarme, a identificar cuál era el núcleo de todos los conflictos que en ese momento estaba atravesando. Es lo que comúnmente se llama crisis existencial, de ahí surge Es medianoche en casi todo el cuerpo.

Gema Fernández con su último libro “Es medianoche en casi todo el cuerpo”
Gema Fernández con su último libro “Es medianoche en casi todo el cuerpo”.

«Escribir fue una invitación a detenerme, a repensarme, a identificar cuál era el núcleo de todos los conflictos que en ese momento estaba atravesando»

-El libro aborda una expedición poética con tres orientaciones diferentes que enuncias como: Un lugar en mí, Un lugar en nosotros y Un lugar en el mundo. ¿Por qué esta tríada?
-Me apetecía analizar qué me estaba pasando a todos los niveles y también qué nos está pasando, porque al final la vida de uno es la vida de todos. Creo que todo el mundo está lleno de fracturas emocionales sin curar y quería detenerme en ellas. Y lo hice en tres partes, que son como los tres territorios en los que a mí me cuesta muchísimo encajar.
Uno, el más importante, es como la búsqueda de mí misma; otro, sería un lugar en nosotros que abordaría el tema de la pareja, algo muy complejo, porque es como un micro mundo aparte de lo que es el mundo exterior. Y el tercero, sería un lugar en el mundo, encontrar cabida en la sociedad, sobre todo cuando hay muchas cosas con las que no estás de acuerdo.

-¿Duele hacer un libro como éste?
-Hay dolor, pero el dolor no hay que ignorarlo, hay que transitarlo, abrazarlo, reconocerlo y entenderlo como parte de un proceso que es vital, que es un camino de aprendizaje y que nos propone la vida. Actualmente se estigmatiza muchísimo, vivimos como en una especie de happycracia que nos está como impuesta, porque la tristeza es un capital emocional negativo para el sistema. Así lo veo yo.
Obviamente, no defiendo quedarse estancado en el dolor, pero sí defiendo expresarlo, abrazarlo, reconocerlo y decir: «todo esto me está doliendo», y transitarlo. Eso fue lo que hice con este libro.

«Hay dolor, pero el dolor no hay que ignorarlo, hay que transitarlo, abrazarlo, reconocerlo y entenderlo como parte de un proceso que es vital, que es un camino de aprendizaje y que nos propone la vida»

-¿En qué parte del cuerpo no es medianoche?
-En el corazón, porque, aunque trata de un proceso difícil, es un libro que defiende muchísimo el amor. El amor como catalizador y el amor como salvación. Y no solamente el amor a los demás, sobre todo defiende cultivar el amor propio, porque de ahí brotan muchas heridas, de no cuidarlo.

-En uno de tus poemas aludes a una desnudez en la que permaneces abrigada, ¿qué es lo que abriga a Gema Fernández?
-Muchas cosas, por supuesto, la gente que me rodea. Obviamente, a lo largo de los años me voy haciendo más selectiva y las personas con las que cuento ahora en mi vida son personas esenciales y de calidad. Personas que me quieren y a las que quiero, y eso me da muchísima fuerza. También me abriga mucho la capacidad de seguir emocionándome con las cosas y de seguir sorprendiéndome. Y los libros, que me abrigan muchísimo, como la música que es indispensable en mi vida. El arte en general, los pequeños detalles que a veces creo que se me escapaban y que ahora estoy en disposición de valorar mucho más, y mi perra que también es indispensable en mi vida.

Gema Fernández Martínez con su perra

-Podemos encontrarte en muchos géneros diferentes, lo mismo en un espectáculo musical que en un acto literario, y en esta obra ofreces tus pensamientos como poemas. ¿Qué es lo que te aporta la poesía?
-La poesía me da una manera de expresarme. De todos los géneros literarios es el más libre porque está lejos de cánones, no está sujeta a ninguna estructura. Tú puedes expresarte como quieras, no hay reglas, luego otra cosa es que te entiendan o no y eso me gusta muchísimo. Y lo que plasmo en un papel, que a lo mejor no puedo expresarlo en una conversación coloquial, me ayuda a ver mi vida desde fuera.

-A través de tus poemas Existe una mujer que se parece a mí o Si tú saltas, yo salto, observo que hay dos Gemas dentro de ti. ¿Cómo son?
-Bueno, está la que soy, y de la que hablo mucho en ese momento en que estoy en crisis. Y en Si tú saltas, yo salto recurro mucho a la niñez, un pozo de información absoluta, y me pregunto dónde está la niña que yo era entonces, que era valiente y despreocupada. De todas esas promesas que me hice de pequeña o que soñé, ¿dónde quedaron? En el de Existe una mujer que se parece a mí, pues ocurre lo mismo. Yo sé quién soy, pero ¿dónde está? En esa primera parte es un poco la búsqueda de un lugar en mí.

«De todos los géneros literarios la poesía es el más libre porque está lejos de cánones, no está sujeta a ninguna estructura. Puedes expresarte como quieras, no hay reglas»

-¿Los demás ven esa mujer en ti más fácilmente que tú?
-Claro, nos pasa a todo el mundo que la percepción que tienen de los demás de nosotros mismos es diferente. Y, en realidad, también es un problema, por eso hablo mucho de la autoestima. Hablo de aprender a valorarse, a reconocerse y a verse también en los ojos de los demás. Es un trabajo arduo, pero muy importante, todos deberíamos hacerlo.

-En esa terapia, ¿juega una parte importante tu combinación con Silvia?
-Sí, quien nos conoce sabe que es muy difícil separar a la una de la otra y, aunque cada una somos bastante diferentes, en lo esencial somos muy iguales. En lo que es la vida cotidiana, es mi hermana, mi sostén y mi cable a tierra. Junto con mis padres, es la persona más importante de mi vida. Y en lo profesional, creo que no existe nadie en el mundo que me complemente tanto, porque es una música extraordinaria que logra fundir música y poema sin que parezca que es un pastiche. No sabría qué hacer sin ella, y afortunadamente, no quiero saberlo.

-Juntas lleváis a escena tu obra poética, como tú dices «la bajáis al barro». ¿Cómo es ese proceso?
-A mí me interesa mucho desacralizar la poesía, quitarle todo ese halo de solemnidad que la rodea y conseguir que la gente le pierda un poco el miedo. Y, quizá por defecto profesional, no soy capaz de validar todo lo que escribo hasta que me junto con Sil y lo llevamos a escena, entonces nos interesa interpretarlo y que sea una conversación con los demás.
Otra cosa que hacemos es meter humor, queremos que entre poema y poema haya una especie de carrusel emocional en el que estás casi llorando y, de repente, te preguntes, pero ¿cómo puedes hacer humor con esto? Al principio a la gente no le encaja porque es muy irreverente y muy bestia, pero luego van entrando y se dan cuenta de que no está reñido para nada. La poesía es una interpretación de la vida y la vida tiene humor, no solamente es lírica y onírica.

«El amor y el humor es lo que nos salva (…). En los espectáculos nos reímos sobre todo de nosotras mismas, pero luego también nos tomamos en serio las cosas que hay que tomarse en serio. Y creo que por eso funciona muy bien el grupo Silvidos y Gemidos»

Silvia y Gema Fernández Martínez en Silvidos y Gemidos.
Silvia y Gema Fernández Martínez en Silvidos y Gemidos.

-¿Esa mezcla es lo que nos mantiene un poco cuerdos?
-Yo abogo mucho por eso, porque el amor y el humor es lo que nos salva. Y lo practico, es como mi fe. En los espectáculos nos reímos sobre todo de nosotras mismas, pero luego también nos tomamos en serio las cosas que hay que tomarse en serio. Y creo que por eso funciona muy bien el grupo Silvidos y Gemidos. Todo el mundo se ve reflejado en nuestras situaciones, lo que pasa es que las llevamos un poco a la comicidad y al absurdo.

-Además de este grupo tienes otras formaciones, explícanos cómo se configura ese universo artístico en el que participas.
-Por una parte, está Delagua, que es nuestra apuesta más personal, pero es el grupo que menos éxito tiene porque, al final, a la gente lo que le gusta es escuchar versiones y con Delagua tocamos canciones propias. Somos una banda con muchos músicos y esto requiere un compromiso también de los hosteleros que tienen que apostar por la música, por la creación y demás, eso ahora mismo está un poquito más difícil.
Con lo que más nos contratan es con Silvidos y Gemidos, un grupo de versiones que adaptamos a nuestra manera y este sería -por así decirlo- nuestro trabajo. En la parte de lo literario estoy yo, aunque con lo que escribo, luego Sil y yo montamos espectáculos semi-teatrales, semi-poéticos, que duran una hora y media más o menos y en los que hay canciones, interpretación y humor. No sé cómo definirlos, mejor os invito a verlos.

«Con las redes sociales vivimos como en una especie de dictadura de la felicidad y la perfección, y yo, que siempre abogo por las causas perdidas, defiendo en La artesanía del error la rareza, lo extraño, defiendo la particularidad de cada persona»

-Uno de los espectáculos que habéis ofrecido se llamaba La Artesanía del Error, ¿por qué esta denominación?
-Bueno, era el nombre de un libro que escribí y que llevamos a la interpretación. Ahora con las redes sociales vivimos como en una especie de dictadura de la felicidad y la perfección, y yo, que siempre abogo por las causas perdidas, defiendo en él la rareza, lo extraño, defiendo la particularidad de cada persona y ese libro trataba un poquitín de eso, de defender también lo diferente.

-Tú no te cortas a la hora de decir y de expresar lo que quieres.
-Mis cosillas me han costado, pero la verdad es que no me corto. Creo que con respeto se puede decir todo y expresar tu opinión, o al menos debería poder expresarse y, por supuesto, también escuchar las opiniones contrarias y poder debatir. Se están extremando tanto las cosas y está todo tan polarizado, que se está perdiendo el debate y se llega al insulto fácil en nada. Además, las redes sociales son un pozo de odio, a veces son terribles.

Gema Fernández Martínez es poeta, pero también cantante, letrista e intérprete teatral

«Creo que uno de mis grandes problemas era no aceptar esa extrema sensibilidad. A menudo me preguntaba: ¿Por qué me encuentro mal? ¿Por qué me afectó tanto esto y sin embargo no afecta tanto a los demás?»

-En tus textos hay una profundidad que delata que eres una persona muy sensible. ¿Cómo te proteges de lo amenazante de este mundo?
-Sí, soy muy sensible y lo he sufrido mucho durante toda mi vida, muchísimo. Realmente creo que uno de mis grandes problemas era no aceptar esa extrema sensibilidad. A menudo me preguntaba: «¿Por qué me encuentro mal? ¿Por qué me afectó tanto esto y sin embargo no afecta tanto a los demás?». Ahora mismo el mundo es muy agresivo, muy difícil, y lo sobrellevas apoyándote en la gente que quieres, la que te conoce y te entiende. Estoy aprendiendo a aceptarme como soy, lo que llaman PAS (Personas de Alta Sensibilidad) y cuando logras intermediar con otras personas que son como tú y te dan herramientas para gestionarlo, lo vas capeando como puedes. Es difícil, pero para lo bueno también es maravilloso, porque siento las cosas a un nivel que pienso que no lo alcanza tampoco cualquiera. ¿Y yo querría prescindir de este pico de felicidad para no sufrir? Pues no.

-En ese trabajo contigo misma desarrollado con tu publicación, ¿has conseguido llegar a un acuerdo con la razón?
-Siempre digo que Es medianoche en casi todo el cuerpo trata de ser un libro de aprendizaje, pero spoiler, no aprendí absolutamente nada. A ver, intento bajar a tierra y algunas veces me ayudan mis amigos y mi familia, pero soy muy idealista, y es que, si no, no encuentro sentido a la vida. Intento madurar, pero lo que tengo son ráfagas de razón.

«Mi verdadero premio es cuando después de una presentación o espectáculo viene alguien y te dice: “Joder, Gema, no sabes cómo me he sentido identificada con esto, y lo que me ayudó saber que no estoy sola en este periplo”»

-Has recibido varios premios, entre ellos varios Dafne de poesía, un AMAS a Mejor Letrista y el Mejor Guion del Cortometraje en Incortum. ¿Sientes un poco recompensada tu creatividad?
-No soy especialmente ambiciosa y tampoco mi hermana, y esto creo que no es algo muy bueno en esta profesión, porque no tenemos ese motor que tiene la gente ambiciosa. Por supuesto que es muy gratificante que te den un premio porque están reconociendo tu trabajo, pero mi verdadero premio es cuando después de una presentación o espectáculo viene alguien y te dice: «Joder Gema, no sabes cómo me he sentido de identificada con esto, y lo que me ayudó saber que no estoy sola en este periplo». Esa conexión es la que me lo paga todo, es terapéutica también para mí.

-A la vez que estáis preparando un espectáculo en torno a este nuevo poemario, lo estás presentando en distintas partes de Asturias. ¿Cómo valoras la respuesta a este trabajo?
-Como dices, el espectáculo todavía lo estamos montando y esperamos llevarlo pronto a los escenarios. El libro sí que tuvo una primera ronda de presentaciones que estuvieron genial y ahora empezamos una segunda. Ya sabemos que la poesía no es un género de superventas, pero tiene buena acogida y me llegan muchos mensajes con mucho cariño, estoy satisfecha.

-Todos los poemas son de alguna manera jirones tuyos, pero ¿con cuál te sientes más realizada?
-El poema que más me reafirma en lo que creo es No abandonaremos el idealismo. Porque es como una especie de decálogo en el que digo que pueden pasar todas las cosas que están pasando, pero que seguiremos luchando por la poesía, por las canciones, luchando por un mundo mejor.

«la verdadera música de mi familia es mi hermana, a mí me gusta cantar, pero realmente quién soy es la que escribe»

Silvia y Gema Fernández Martínez en Silvidos y Gemidos.

-¿Y cómo te sientes más tú misma, cantando o recitando?
-Me considero más escritora que música, lo que pasa es que nací en un museo musical y la vida es así, te lleva, y, al final, yo canto. Pero la verdadera música de mi familia es mi hermana, a mí me gusta cantar, pero realmente quién soy es la que escribe. De hecho, en Delagua escribo las letras, es como mi verdadera personalidad, aunque la música, por supuesto, también lo es.

-Evidentemente, ahora estás volcada en esto, pero ¿tienes algún otro proyecto que ya aparezca en tu horizonte?
-Tengo varias cosas en el cajón que me apetece mucho hacer. Entre ellas, una obra de teatro que me gustaría mucho montar y llevar a escena con alguna compañía, y esta última semana escribí el guion de un corto que también me parece interesante. También estoy poniéndome con una novela, porque llevo muchos años escribiendo poesía y alternándola con relatos de ficción, y ahora me apetece volver a ella con una novela. Es un reto, porque exige una disciplina, pero ahora que ya lo estoy diciendo públicamente…

-Voy a ir al grano, ¿te gusta escandalizar?
-Me encanta, me gusta sobre todo romper esquemas. Lo que pasa es que la gente ya nos conoce y cada vez es más difícil poder sorprenderlos. Pero cuando llegas con tu movida a un escenario en el que no te conocen y, si además ocurre dentro de una programación de algunos espectáculos poéticos en los que la gente es como muy purista, al principio les cuesta conectar, pero luego acabando entrando en el espectáculo, y de momento nunca se ha marchado nadie, aunque algún día alguien lo hará porque piensen que lo que hacemos es un sacrilegio.

-¿La poesía encaja con todo y todo encaja dentro de la poesía?
-Claro, es la vida, yo siempre digo lo mismo. ¿No hay tragicomedias en teatro, en la tele, en series y en películas? ¿Por qué no va a poder haber un espectáculo poético musical que tenga comedia y también un punto trágico? Que tenga lo que es la vida, que la vida es un baile.

«En los tiempos que corren, merece muchísimo la pena luchar por la libertad y por la tolerancia. Hay que luchar contra esta censura que se nos está imponiendo y que parece que hemos retrocedido mil años»

-¿Por qué cosas crees que merece la pena luchar?
-En los tiempos que corren, merece muchísimo la pena luchar por la libertad y por la tolerancia. Hay que luchar contra esta censura que se nos está imponiendo y que parece que hemos retrocedido mil años. Viene un tiempo muy difícil y me parece fundamental defender los derechos conseguidos, no dar un paso atrás. Y luchar por abrir los ojos y darnos cuenta de que enfrentándonos entre nosotros no hacemos nada, porque al final son los de arriba contra los de abajo los que se enfrentan, y se está cayendo en un juego.
Y bueno, tengo un amigo que se llama @banksyastur, que está luchando muchísimo también por la salud mental, porque se destinen los recursos que se deben destinar a este tipo de problema que está como muy olvidado.

-¿Crees que la gente va a tener valor para levantarse? En otros países ya se está señalando a la gente de una manera brutal.
-Es verdad que ahora mismo la población está muy alienada, pero yo tengo esperanza. Hablo a menudo con gente, con colectivos y con personas jóvenes que son superidealistas y que están muy preparadas, y aunque se habla muy mal de la gente joven, yo los veo con conciencia, con criterio propio y eso es importante porque no son manipulables. Son un sector ahí importante en el que deposito toda mi confianza, porque son los que van a abrir el camino.

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