Se dio a conocer con Babylon Chat y ha recorrido España de la mano de la banda de Loquillo. Y por fin se lanza con el disco ‘Equilibrio inestable’, una apuesta en solitario que ha recibido el reconocimiento de dos premios AMAS 2012 (Mejor letrista y Mejor disco de rock). En él ha buscado ofrecer una voz diferente, donde refleja toda su experiencia vital y musical.
-¿Por qué «Equilibrio inestable»?
-El título hace referencia al momento vital en el que lo escribo, que trata de conciliar el orden diurno con el desorden nocturno. A mí me interesan mucho los extremos, porque son muy creativos; pero también me interesan los momentos de calma. Sin embargo lo primero puede ser agotador y lo segundo me aburre. Mi búsqueda es lograr un apasionamiento máximo sin que me cueste la salud, y llevar una vida familiar coherente, sin que eso se convierta en una llanura emocional.
-Tienes una trayectoria musical intensa. ¿Cómo has ido evolucionando como músico desde Babylon Chat hasta ahora?
-Son etapas distintas, también en lo personal. Yo siempre he vivido la música en primera línea de batalla, cuando empecé tocábamos con muchas bandas jóvenes, que tenían el grupo como una afición, pero yo siempre lo tomé de una forma intensa. Pasé de Babylon Chat, que era un grupo salvaje, a la banda del Loco, que es como una universidad del rock: tocar con enormes guitarristas, grabar en grandes estudios y estar con un tío que tiene más de treinta años de carrera. Ahora, con treinta y seis años, dos hijos, varios discos grabados, muchos kilómetros y mucha música escuchada, obviamente he cambiado mucho. Creo que el mayor cambio se nota en la importancia que le doy a los silencios y a la pausa, que antes en mi vida eran algo inexistente. Ahora tengo otra forma de decir las cosas y también otro discurso, bastante más autocrítico que cuando era más joven.
«Equilibrio inestable hace referencia al momento vital en el que lo escribo, que trata de conciliar el orden diurno con el desorden nocturno»
-Pregunta obligada dados los tiempos que corren: ¿cómo se puede vivir de la música?
-Con máxima constancia, máxima preparación y también, obviamente, con un punto de suerte. En las épocas que no estoy con Loquillo me centro más en lo mío, doy clases, escribo artículos en prensa sobre música, a veces toco para otros… Digamos que para vivir de esto hace falta un poco de pluriempleo, aunque sea en cosas relacionadas con la música. La gente piensa que en el rock se trabaja muy poco, pero si quieres vivir de esto tienes que estar muy, muy encima.
-Habitualmente vives en Madrid…
-Qué va, todo el mundo me lo dice, pero he tenido la suerte de no necesitarlo. Hace muchos años que vivo en Gijón, aunque es verdad que paso temporadas en Madrid o Barcelona para las grabaciones, o si estoy de promoción. Para mí es un privilegio tener a la familia cerca, el mar, la gente… creo que aquí escribo mejor y soy mejor persona.
-¿Para triunfar no hay que marcharse?
-No digo que haya que vivir fuera, pero sí hay que salir. A cualquiera que tenga un negocio, sea musical o de quesos, le viene bien tener un puesto fuera, tanto para vender como para saber lo que pasa por ahí. Aquí tendemos a ser demasiado «grandones», pensamos que lo nuestro es maravilloso y nos viene muy bien comparar con otros sitios.
-Tendrás proyectos nuevos…
-En otoño saco un libro de relatos cortos, se llama «El arte de mentir» y sale en Editorial Difacil. En noviembre también se publica el nuevo disco de Loquillo, que ya está grabado y nos iremos de gira. Y mientras tanto yo estoy preparando mi segundo disco. Está muy avanzado pero necesita un poco de tiempo para ver cómo evolucionan las canciones y darle un poco de coherencia.