Cinco generaciones de la música folk asturiana unidas en una formación atípica: la Orquesta Céltica Asturiana propone nuevas visiones para el cancionero popular del Arco Atlántico, sin dejar de lado a los compositores actuales en el repertorio. Con sus espectáculos buscan, en última instancia, hacer feliz a la gente.
El grupo Gueta na Fonte nació en el año 1999 con una propuesta musical innovadora: mezclar el folk celta tradicional con la producción y los usos de la música contemporánea. Con el tiempo sus componentes buscaron ampliar el abanico sonoro, y para ello incorporaron instrumentos nuevos: zanfonas, arpas célticas, acordeón, otra guitarra acústica, más violines… Y así nació la Orquesta Céltica Asturiana. «De ocho que éramos, ahora estamos veinte y claro, eso aumenta la sonoridad y lo hace todo mucho más rico», explica Juan Povedano, uno de los componentes del grupo.
-Con esto de la crisis, la música está tendiendo al pequeño formato, pero vosotros os habéis lanzado con una orquesta.
-Ya Gueta na Fonte era un grupo atípico en las sonoridades y en las composiciones, y ahora con la Orquesta seguimos yendo un poco contra corriente. Sólo hay dos formaciones de este tipo en España: una en Galicia -SonDeSeu- que es ya muy conocida, y nosotros, que llevamos un par de añitos.
-Esta formación no es una orquesta sinfónica o de cámara. Para los no iniciados, ¿cuál es la diferencia?
-La diferencia fundamental es que funcionamos como una asamblea. En una orquesta sinfónica hay un director para todo, pero esto es más bien una asociación de músicos. Aquí, independientemente de que alguien lleve el tema artístico (el compositor Mento Hevia), todos somos directores. Cada vez que hay algún tema, nos reunimos y tomamos decisiones entre todos. Tenemos una especie de decálogo de funcionamiento, y eso nos ha evitado un montón de conflictos.
«Cuando tocas este estilo de música tan tan enraizado con el imaginario cultural de la zona, te das cuenta de que la gente es un poco más feliz en los conciertos»
-Uno de vuestros objetivos es «contribuir a elevar la conciencia de las personas». ¿De qué manera?
-Es algo que ya buscábamos con Gueta na Fonte: cuando tocas este estilo de música tan popular, tan enraizado con el imaginario cultural de la zona, te das cuenta de que la gente se activa y es un poco más feliz en los conciertos. Esto es algo que queremos llevar siempre en nuestra manera de ser, que los que forman parte de la Orquesta sepan que no es sólo una actividad lucrativa -de hecho no es nada lucrativa (risas)- sino que buscamos esos momentos en los que la música adquiere un aspecto social.
-El panorama folk asturiano es bastante activo. ¿Qué aporta una formación como ésta?
-Nosotros somos muy generosos y optimistas, y decimos que estamos dándole una nueva posibilidad a la música. Tenemos a cinco generaciones de músicos, con representación de casi todos los grupos folk de Asturias, así que recogemos todo eso y buscamos dar un pasito más. Muchas veces la manera de afrontar la música es repetitiva, consiste en reproducir lo que ya hay; nosotros buscamos crear arreglos diferentes y aportar un aspecto novedoso.
-Hablemos de proyectos.
-Ahora que la orquesta ya está estabilizada, estamos en una etapa creativa muy interesante. Hemos hecho alguna colaboración con otras formaciones, y queremos seguir en esa línea: por ejemplo con el grupo Muyeres, de voces y pandereteras, o con la Banda de Gaitas Esbardu, de Avilés. Buscamos hacer proyectos de espectáculo en el cual se mezcle la tradición, en este caso vocal o de gaita, con todo lo que aporta una orquesta.
Otro paso que queremos dar es poner en marcha una parte pedagógica, funcionar como una especie de escuela taller y dar clases de arpa, zanfona, violín… Es algo que está en nuestros estatutos y nos interesa mucho.