Dirigida por Jesús Ángel Arévalo, la Vetusta Big Band se presentó al gran público el pasado mes de noviembre en el Congreso Nacional de Economistas celebrado en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. El éxito fue absoluto.
La vida de Jesús Ángel Arévalo respira música por los cuatro costados. Afina pianos desde que tenía catorce años y la genética musical se la debe a su abuelo Alejandro y a su padre Jesús, que le transmitieron el amor y el respeto por la música y todo cuanto ella significa. Sería imposible resumir en estas líneas el currículo de Jesús, aunque a grandes trazos podríamos decir que estudió en el Conservatorio de Oviedo donde obtuvo el título de profesor de Piano y cursó los estudios de Armonía, Contrapunto, Fuga y Composición. También estudió dirección coral y de orquesta e hizo cursos especializados de afinación de pianos en Alemania. Otras muchas experiencias, todas ellas relacionadas con la música, lo han llevado hasta la dirección de la Vetusta Big Band, con la que espera conseguir grandes objetivos pero, sobre todo, seguir disfrutando de la música rodeado de los dieciséis magníficos profesionales que la forman.
-¿Cómo surge este proyecto?
-Hace diez años tuve una experiencia fantástica dirigiendo durante seis años la Big Band del conservatorio de Gijón que, en aquella época, estaba formada por estudiantes del último curso de Conservatorio. En aquel momento me llamó Oliver Díaz, a día de hoy Director del Teatro Zarzuela, y me preguntó si me gustaría dirigir a esta orquesta de estudiantes con una dedicación y un entusiasmo inmenso, y accedí. Fue una época preciosa en la que además de dirigirlos y hacer arreglos para ellos fue un espaldarazo, un aprendizaje y una experiencia bárbara. Tras ella vinieron otros proyectos: durante otros seis años fui director de un programa de televisión musical que se llamaba Rumbo a la Fama, estuve como director del primer musical asturiano llamado El Alma de la Melodía y aparqué un poco el tema de Big Band. Hace dos años y medio que venía pensando en crear una formación como la que dirigí en aquel momento pero formada por músicos profesionales. Ahora mismo formamos la Vetusta Big Band, dieciséis músicos con un bagaje y una formación de primera línea. Me ha costado mucho reunir a este grupo humano y profesional, pero son una selección de los mejores músicos que tenemos en Asturias.
«Formamos la Vetusta Big Band 16 músicos con un bagaje y una formación de primera línea. Me ha costado mucho reunir a este grupo humano y profesional, pero son una selección de los mejores músicos que tenemos en Asturias»
-¿Qué cualidad común tienen los músicos que la forman?
-Una Big Band es inminentemente improvisadora y se requiere que el músico además de tener una formación académica importante, tenga una capacidad de improvisación alta porque no nos olvidemos de que esto es una formación que se nutre de la creatividad en directo. Me enorgullece mucho decir que el 90% de los músicos de esta formación son muy buenos improvisadores.
-¿Las adaptaciones que hacéis son fieles a las versiones originales?
-Depende del estilo y de la obra en concreto. Las grandes piezas clásicas, a mí personalmente como director de la banda, me gustan que sean lo más fieles posibles porque no se puede mejorar más de lo que ya están. Cuando un personaje como Glenn Miller hacía un arreglo, conocía perfectamente lo que quería para cada uno de sus instrumentos e incluso de sus músicos, porque él conocía muy bien a todos y cada uno de ellos y sabía perfectamente cuál era el límite de sus músicos y componía para ellos. Poco podemos agregar a lo que hizo esta gente.
-¿Cuál sería la forma de consolidar la Vetusta Big Band?
-Qué duda cabe que toda ayuda institucional es muy importante. Sé que es difícil porque el dinero de las arcas públicas siempre está limitado y también soy consciente de que hay prioridades en otras áreas como servicios sociales y que tenemos que darnos cuenta de lo difícil que es gobernar. Una vez dicho esto es importante que se sepa que estas formaciones estarían más consolidadas si tuviesen una ayuda institucional, además no se necesitaría mucho dinero.
«Te puedo asegurar que si nosotros nos divertimos tocando, hacemos que la gente se divierta y disfrute con la música, al margen de los niveles técnicos que pueda haber»
-Hay grupos de pop o rock interesados en grabar con un formato big band, ¿puede ser otra posibilidad de consolidación?
-En su momento, a las grandes orquestas clásicas un cantante les pedía una colaboración y la contrataban. Se hacían los arreglos pertinentes, se ensayaba, incluso se elegía el repertorio, esa orquesta grababa y después cobraba sus emolumentos. Nosotros estamos abiertos a cantantes de cualquier estilo o a grupos de pop o rock. Otra de tantas vías es tener un repertorio para poder hacer conciertos o para poder tocar en congresos, exposiciones o en fiestas como hicimos el otro día para un bufete de abogados que dio una fiesta privada para sus clientes. Fue todo un éxito.
-Dirigir la Vetusta Big Band, ¿es un reto o es algo que te divierte?
-Ambas cosas. Conseguir en estos dos años y medio el grupo humano y consolidarlo tiene más de pasión que de diversión. Ha habido muchos momentos en los que pensaba que era imposible porque no conseguía a ese músico que necesitaba o vino alguien y no daba el perfil. Una vez consolidada y que has conseguido meter el veneno en el cuerpo a 16 magníficos profesionales, saber que todos se reúnen una vez a la semana con toda la ilusión y con muchas ganas de hacer cosas sabiendo que cada uno tiene su vida, su familia, sus problemas y sus trabajos, es algo que me llena de orgullo. Una vez que has conseguido esa piña todo es divertidísimo y te puedo asegurar que si nosotros nos divertimos tocando, hacemos que la gente se divierta y disfrute con la música al margen de los niveles técnicos que pueda haber.
-¿Qué objetivos tenéis de cara al 2018?
-Tenemos varias vías de trabajo: queremos grabar un disco, queremos que se nos conozca y queremos hacer una promo importante no solo a nivel de público en general sino a nivel empresarial y de instituciones. Pero sobre todo queremos disfrutar. Cada uno de los músicos tiene su trabajo y lo que nos interesa es que nos conozcan. Estaremos encantados de hacer lo que nos pidan, bien con nuestro repertorio o con uno a la carta.