Kilómetros en un Seat 850.
Volando entre nubes de humo de Celtas sin filtro a ritmo de Mocedades.
Aires de mar en un lugar que es otro pero el mismo. Días de radio en cafés de barrio. Pan caliente y leche de verdad, hervida. Sorbos de felicidad en botellas de cristal retornable. Tirar para adelante abrazando lo que hay detrás.
Caricias del tiempo que va, que viene. Besos de recuerdos que no se van, que acompañan de la mano en el camino.