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jueves 25, abril 2024

Variables de confusión

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Hoy no hace prisa
no, no me corrijas
la prisa es como
la lluvia
llega de pronto
y se adueña de todo
inunda tu razón
y acelera tu pulso
Esto se acaba
no queda esperanza
a mí no
se acabó la suerte
esta partida
la vamos a perder

«Cuando abrió el primer sello, oí al primer ser viviente, que decía: Ven. Miré y vi un caballo blanco, y el que montaba sobre él tenía un arco, y le fue dada una corona, y salió vencedor, y para vencer.» Ap. 6,2

Hace tiempo
fue la conquista
o la gloria
y nos dejamos vencer
aplaudimos al héroe
le dimos nuestros hijos
le abrimos nuestras casas
Vaciamos despensas
desnudamos las almas
compramos su mentira
para alimentar
su infinita codicia
su áspera arrogancia
su eterno fracaso
que hizo nuestro
Era fácil
Era hermoso
¿o era miedo?
NO importa
ya es pasado

«Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente que decía: «Ven». Entonces salió otro caballo, rojo; al que lo montaba se le concedió quitar de la tierra la paz para que se degollaran unos a otros; se le dio una espada grande.» Ap. 6,3-4

Pero llegó la guerra
estaba implícita
en sus espadas
cargadas de furia
y en sus arcos
tensados de odio
en la ausencia
de crítica
en la engañosa
verdad inoculada
entendimos
que la victoria
nunca era la paz
y que los que ganan
nunca van a perdonar
y los que pierden
nunca deben olvidar

«Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: «Ven». Miré, y vi un caballo negro. El que lo montaba tenía una balanza en la mano.» Ap. 6,5
«Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: «Dos libras de trigo por un denario y seis libras de cebada por un denario, pero no dañes el aceite ni el vino»» Ap. 6,6

Comprendimos tarde
ya no había reservas
los libros quemados
las historias pervertidas
la razón sumisa
Faltos de todo
llenos de nada
el fin de la inocencia
cuando se acabó
el alimento
consumimos la verdad
somos
pájaros de ciudad
sin origen, sin nido
mendigando las migas
que ayer despreciamos
ratas de vertedero
robando la sangre
de las últimas almas
puras
en la profunda náusea
llegó el hambre
volcando la frágil
razón insensata
en un abismo de
codicia y miedo

«Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: «Ven». Miré, y vi un caballo bayo. El que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades lo seguía: y les fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra.» Ap. 6,7-8

Y al final
ya no hubo diferencia
comprendimos
al fin que
nunca llegó la paz
nunca hubo victoria
tan solo vendimos
nuestra voluntad
a cambio de humo
y cadenas
Rotos los sellos
comprendimos
que la muerte
era la única realidad
Ahora espero
sé que vendrá
sé que estaré
despierto
y abrazaré sonriendo
este último sueño

Blog: desrdenescotidianos.blogspot.com

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