Me llamo Estela Martínez, nací en Gijón en 1978 y soy pintora especializada en retratos de personas y animales.
Mi relación con el dibujo empezó muy temprano: de niña dibujé hasta los 13 años, pero después lo dejé durante una larga temporada. Años más tarde retomé la pintura gracias a las clases con Catalina del Miro. Ese reencuentro con el arte marcó un antes y un después para mí.
Durante la pandemia, en aquel tiempo en el que todos tuvimos que quedarnos en casa, descubrí realmente mi pasión por el retrato. Fue entonces cuando me cautivó por completo. Aunque mi especialidad son los retratos, también disfruto creando otros tipos de obras, como paisajes y escenas que me inspiran en el día a día. Esa variedad me permite seguir explorando y creciendo como artista.


A partir de ese momento decidí comprometerme de verdad: además de las clases, me propuse dibujar dos horas al día por mi cuenta. Esa constancia me dio soltura, confianza y una forma más personal de abordar cada retrato.

En aquel entonces trabajaba en hostelería y más tarde en limpieza, pero las circunstancias de la vida me llevaron a dejar ese camino. Abrí un local y me dediqué por entero a la pintura.
Hoy puedo decir que vivo de lo que amo: crear retratos que conecten, emocionen y cuenten historias.
Además, actualmente también imparto clases de retrato a pastel en La Palette.