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martes 19, marzo 2024

Castropol, un concejo que traspasa fronteras

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¿Qué ofrece el concejo asturiano para que habitantes de la ciudad croata de Prelog quieran venir a conocerlo?



Son 2.420 los kilómetros que separan a la ciudad de Prelog del concejo de Castropol pero eso no ha sido un impedimento para que éste se haya dado a conocer traspasando fronteras internacionales.
El origen de esta curiosa relación entre localidades europeas se debe a la actividad que desarrolla el programa europeo Naple Sister Libraries (National Authorities for Public Libraries in Europe) que busca impulsar la cooperación entre bibliotecas públicas, y la de Castropol tomó la iniciativa de participar en este proyecto. Manuela Busto, responsable de la biblioteca y Ana Penzol, fotógrafa con raíces en Castropol, fueron dos piezas claves para que todo saliera adelante. «Se trata de un programa europeo a través del cual los ministerios de cultura de los países europeos coordinan hermanamientos entre las bibliotecas -explica Manuela-. Tú presentas un proyecto de lo que eres y lo que haces, lo lanzas a la web y esperas a ver si hay alguna biblioteca que esté interesada en hermanarse contigo». Dicho y hecho, Castropol hizo su presentación y en tan solo un mes obtuvo la respuesta de la biblioteca croata. Para transmitir al país europeo una visión de lo que conforma el municipio asturiano se utilizó la mirada de niños y adultos. «Lo hicimos mediante una presentación de imágenes, -añade la bibliotecaria-. Organizamos un taller de fotografía para los más pequeños, de forma que pudiéramos darles unas pautas y luego que libremente reflejasen lo que les gustase. La fotógrafa Ana Penzol impartió el curso y la experiencia fue muy positiva».

Manuela Busto (izda.) y Ana Penzol (dcha.) en la biblioteca de Castropol
Manuela Busto (izda.) y Ana Penzol (dcha.) en la biblioteca / Foto: Fusión Asturias
Las fotografías obtenidas por los más jóvenes daban a conocer diferentes aspectos de este concejo costero del occidente asturiano, la ubicación privilegiada en la ría del Eo que configura paisajes excepcionales, detalles de la villa, declarada Bien de Interés Cultural en gran medida por su Conjunto Histórico, con sus calles empedradas y las casas arracimadas en ligera pendiente, algunas de las actividades deportivas que históricamente han llevado el nombre de la villa gracias a las competiciones de piraguas o bateles.
Los adultos que participaron en el proyecto denominado 5×5 Castropol fueron cinco fotógrafos locales: Ana Penzol, Belén Ferrería, Germán Yanes, Ángel Díaz y Ernesto Arenas. De una forma libre cada uno aportó cinco imágenes espectaculares, algunas de rincones característicos del concejo y también de otros más desconocidos. El resultado no se hizo esperar y habitantes de la localidad hermana ya han expresado su deseo de conocer esta porción asturiana que les ha enamorado con imágenes de la ría del Eo, bellas postales de playas de fina arena como Penarronda, paisajes naturales como la cascada del Cioyo o un mar de nubes desde la sierra de La Garganta. También con los vivos colores de las alfombras florales que engalanan las calles de la capital del concejo durante la fiesta del Corpus, o con auténticos guiños de asturianía como el culto a nuestra bebida más popular, la sidra.
«Existe un feeling muy especial con esta localidad europea que por lo que hemos visto mantiene aspectos en común con nosotros, -comenta Manuela-. Prelog tiene cierta consonancia con Castropol, incluso se parecen los edificios de la biblioteca, y su iglesia también está bajo la advocación de Santiago. Además los dos se encuentran ubicados junto a un río muy importante».

La biblioteca de Castropol tiene un rincón dedicado a Prelog. Y en la ciudad croata existe también un espacio reservado para Castropol.

La participación asturiana en el Festival de Leyendas que cada año se celebra en Prelog también ha contribuido a dar a conocer los encantos del municipio de la Comarca del Eo que combina a la perfección río, tierra y mar. «Elaboramos un vídeo en el que Federico Fernández, vecino de Castropol, contaba la leyenda local de la Searila, -explica Ana Penzol-. Para acompañar la narración incluimos localizaciones en la ría». La belleza de las imágenes sedujo a los asistentes al evento, así que entre los futuros visitantes que acogerá el concejo asturiano es muy probable que se encuentren ciudadanos llegados de la geografía croata. Podrán conocer entonces los secretos de una tierra que sabe aprovechar sus recursos naturales. No hay más que ver el reconocimiento que está logrando la ostra del Eo, que desde hace unos años cuenta con un festival en su honor. Conocerán de primera mano la poderosa historia de un territorio que en el siglo XIV era cabeza económica y administrativa en las tierras entre el Eo y el Navia y podrán contemplar el extenso patrimonio histórico artístico que acumula el concejo con palacios como el de los Marqueses de Santa Cruz, el de las Cuatro Torres, el que lleva el nombre de la familia Valledor o el que se alza sobre la localidad marinera de Figueras, el Palacio de Pardo Donlebún. Les enamorarán los paseos en barca por la ría y a los más deportistas les esperan experiencias inolvidables como el remo, la vela o el esquí acuático. Y al visitar la biblioteca comprobarán que en este espacio para la cultura y la creación también hay un lugar reservado para ellos: el rincón croata.

¡Leed!, y leyeron…La historia de la biblioteca de Castropol y la de sus usuarios podría protagonizar un guión cinematográfico que contaría cómo las nuevas generaciones de lectores recogen el testigo que han dejado sus antecesores.

Campaña publicitaria de Castropol: Leer entrena la mente

Hace ya unos cuantos años que un grupo de jóvenes de Castropol pensaron en crear una biblioteca circulante para facilitar el acceso a la cultura a la población. Lo que ahora puede resultar relativamente sencillo resultó ser una hazaña en los años 20, y exactamente en marzo de 1922 esta iniciativa vio la luz en el concejo.
Manuela Busto, bibliotecaria en Castropol añade que «junto con bibliotecas catalanas, la de Castropol fue pionera en organizar todo un sistema que llevaría el libro, la lectura y actividades de diversa índole a numerosos lugares del concejo». El centro de lectura y préstamo fue creado entonces con pocos medios pero con muchísima ilusión y consiguió una gran implicación popular, hasta el punto de que ha permanecido abierto hasta nuestros días de forma ininterrumpida a excepción de unos pocos meses durante la Guerra Civil.
Actualmente la biblioteca ya no tiene carácter itinerante, es pública, y recibe el nombre de Menéndez Pelayo pero sigue teniendo una gran popularidad entre la población y se ha convertido en un centro dinamizador del municipio que desarrolla mucha actividad. La última iniciativa y una de las que más repercusión está consiguiendo es la campaña «Castropol lee». Busto explica un dato fundamental para entender el porqué de esta campaña que presenta a vecinos del concejo leyendo en distintos rincones del mismo. «Hay que tener en cuenta la actividad prodigiosa que tenía la biblioteca en sus inicios, tanto que existe una foto con el cartel de ‘Leed’ en lo que se conoce como el primer caso de marketing bibliotecario en Asturias. El mensaje imperativo de entonces ahora está siendo realidad, de ahí Castropol lee».

La Biblioteca fue Premio Nacional SEDIC a la Calidad e Innovación en 2008 y obtuvo un áccesit del Premio Biblioteca Pública y Compromiso Social en el año 2015

La actual campaña publicitaria arrancó con mucho ingenio, con la participación desinteresada de usuarios de la biblioteca que posaron para las imágenes, el trabajo fotográfico de Ana Penzol y el empuje creativo de Manuela. El proyecto de animación a la lectura tenía dos finalidades: convertir en protagonistas a lectores de todas las edades y al mismo tiempo animar a la lectura a todos aquellos que todavía no han desarrollado el hábito. El resultado ha sido tan original que ya ha sido portada de un diario asturiano y continúa cosechando éxitos. «La campaña sigue abierta porque todavía hay muchas fotos por hacer -añade Penzol, que sonríe cuando recuerda el momento de inmortalizar a los remeros del Club del Mar-. Fue divertido pero no resultó fácil cuadrar el momento, cuando ellos podían y no tenían competiciones, Manoli o yo teníamos algún compromiso. Al final, hicimos la foto un día en el que no se veía nada debido a una niebla tremebunda pero se creó un ambiente especial».
Esta iniciativa no es la única de este centro que cuenta con varios clubes de lectura, dos de ellos formados por personas adultas de toda la comarca que vienen una vez al mes y que colaboran en diferentes actividades. El club de lectura juvenil también se implica en diferentes proyectos, como ocurrió con el taller de Book faces, el arte de integrarse en la portada de un libro. Los chavales disfrutaron con esta iniciativa, y con el resultado obtenido se elaboraron las tarjetas de lectura que se repartieron el Día de Libro. «La gente joven tiene una relación muy intensa con las tecnologías así que también las utilizamos para atraerlos. La búsqueda constante de nuevas formas para acercarnos al lector es algo que nos caracteriza», añade la responsable de la biblioteca, que confiesa tener muchas ideas en la recámara. La próxima ya está en las mentes de la bibliotecaria y de Ana Penzol, que se ha convertido en un apoyo fundamental a la hora de llevar a cabo nuevos proyectos. «Tenemos un vídeo que grabaron mi madre y mi tío de cómo era el Castropol de los años 60. Nosotras queremos recrear la versión 3.0 -explica Penzol-. Crearemos otra historia pero con el mismo escenario y los actores y actrices serán los usuarios de la biblioteca y miembros del club de lectura».

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