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domingo 24, noviembre 2024

J. Carlos Menéndez ‘Kaly’. Pionero en turismo activo. Aventuras en el Occidente de Asturias

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El nombre de Kaly, como se conoce habitualmente a este empresario, está unido inseparablemente a la naturaleza y a la aventura desde que hace treinta años decidió iniciarse en el sector del turismo activo. Eligió para ello, el Valle del Navia, un escenario natural del que habla con pasión y que conoce al dedillo.

No es necesario viajar a países lejanos para experimentar aventuras inmersos en la naturaleza, descubriendo parajes poco frecuentados y acompañados de guías experimentados. En Serandinas, en el concejo de Boal, la empresa Kalyaventura lleva muchos años dando a conocer las numerosas posibilidades que ofrece el entorno natural. Los paseos en canoa y piragua por el río Navia son el primero y más frecuente de los reclamos pero el espacio ofrece muchas otras opciones como caminatas que permiten conocer la flora, fauna y arquitectura local, las rutas en bicicleta, el descenso de barrancos o cañones. Aquí, incluso la lectura puede tener tintes de aventura, y tal vez por eso, la iniciativa de crear el ‘Fin de semana de libro’ consiguió en el año 2014 uno de los premios Fitur.

-Cumples treinta años desde que empezaste a trabajar en el sector del turismo en la naturaleza. ¿Qué es para ti la aventura?
-La aventura en este caso es una experiencia en la que el cliente, que no tiene mucha práctica en esa materia, se deja guiar de un experto para conocer un entrono y determinadas técnicas. Normalmente la aventura se desarrolla en espacios naturales, en zonas más o menos agrestes y haces algo que no estas acostumbrado a hacer habitualmente. Además es algo que engancha porque si escalas una montaña de 1.000 metros, al cabo de un tiempo quieres escalar una de 1.200 y luego otra de 1.500. Todo esto hay que saber gestionarlo en la medida de las posibilidades de cada uno, por eso las aventuras hay que adaptarlas a la particularidad de cada cliente.

-Fuiste uno de los pioneros en Asturias y ya no digamos del Occidente donde no se conocía el concepto de turismo activo. ¿Por qué elegiste esta línea?
-Vengo del mundo del deporte, sobre todo del piragüismo y del atletismo. Una vez que me inicio en estas disciplinas descubro que lo que nos enseñan es a competir. Tú estas luchando siempre contra el crono o contra otros adversarios y esto te limita y no te permite pararte y fijarte en el entorno en el que estás desarrollando tu actividad. Cuando viajas fuera conoces otros formatos y por ejemplo en Francia y Dinamarca, países en los que he competido, la metodología que tienen es diferente. Se utiliza el deporte como ocio activo, no preocupa tanto lo competitivo sino el disfrute del tiempo libre y de la naturaleza utilizando distintas disciplinas. En cuanto ves esto, te das cuenta de qué esto es lo que quieres e intentas venir para acá y crear ese tipo de perfil.

«Cuando empecé mi padre me preguntó: ‘¿tú crees que alguien te va a pagar porque lo canses caminando por el monte?'»

-¿Cómo fueron los inicios?
-Empecé mi andadura por toda Asturias desde Soto del Barco y Pravia, pero me fui dando cuenta de que mi producto lo podía sacar más a mi medida en el Occidente que en el Oriente. Intentamos perfilar el tipo de actividad que queríamos y que estaba enfocada a una actividad guiada y no solo como alquiler de material ya que así le das un valor añadido a lo que es la aventura, la naturaleza o el producto turístico que quieres sacar. En aquel momento no había nada escrito sobre la zona occidental y hubo que patear, investigar, descubrir barrancos, de hecho en todo el occidente, somos actualmente la única empresa autorizada por la Dirección General de Turismo para hacer descenso de barrancos. Si esto está así ahora, imagínate cómo estaba antes. Los comienzos fueron duros, solo contar que empiezo en Serandinas y los dos primeros años la carretera está en obras y la cortan desde las diez y media de la mañana hasta las cinco de la tarde. Me acuerdo que cuando empecé mi padre me preguntó: ¿tú crees que alguien te va a pagar porque lo canses caminando por el monte?

-¿Tu trabajo es además una forma de vida?
-Empezó siendo una filosofía de vida. Lo que pasa es que no deja de ser una actividad empresarial y demasiadas veces los papeles te comen en el sentido en el que tienes que dedicar muchas horas y esfuerzo a la gestión. Las redes sociales te facilitan todo y también las nuevas tecnologías, pero ya me dirás qué puedo hacer con un mega de teléfono. Tenemos que estar conectados pero las aldeas y las zonas rurales lo tienen muy complicado. Lo nuestro fue un comienzo glorioso porque nadie esperaba que diésemos el resultado que dimos en este plazo de tiempo. Aquí no puedes escoger los clientes que quieres, buscas todos los perfiles porque lo que pretendes es tener ocupados muchos días, más cuando pasamos una crisis que condicionó mucho las actividades que nosotros estábamos desarrollando.

Descenso de barrancos / Foto: Kalyaventura
Descenso de barrancos / Foto: Kalyaventura

-¿Saber innovar y diversificar es la clave del éxito?
-Siempre hay que estar haciendo algo, tienes que buscar nichos de mercado y especializarte en determinadas cosas para sacar ideas que a la gente le gusten y puedas tener esa capacidad de atracción. Hay que buscar cosas nuevas, trabajar con metodologías adecuadas, no es lo mismo tratar con un niño que con gente adulta o con un grupo de chavales. En los años que llevamos en el gremio hemos trabajado mucho con la prueba acierto-error y hay que tener en cuenta que estamos desarrollando una actividad física. A los dieciocho años lo llevas muy bien, a los cuarenta empiezas a ver que no puedes competir con los de veinte, a los cincuenta piensas que tienes que encargarte más de gestionar y la siguiente pregunta es: ¿cuándo me voy a jubilar? Yo no me veo con setenta años haciendo descenso de barrancos y guiando gente.

-¿Qué has encontrado en la cuenca del Navia que te ha enamorado?
-Lo primero, que hay un montón de recursos naturales desconocidos para el mundo entero, de hecho presentamos en Fitur una expedición en canoa sobre el río Navia, que fue Premio Fitur en el año 2007, con mención especial al mejor producto de Turismo Activo. No soy de la idea de que estamos en una burbuja que se llama Boal o Valle del Navia, además el turista no tiene esa percepción. La singularidad del Valle del Navia es que es una zona que, al no tener masificación, puede ofrecer un trato muy familiar al cliente y la relación precio-producto es bastante buena. Tenemos mucho para elaborar un producto turístico.

-Os habéis especializado en turismo adaptado.
-Sí, en mi opinión este tipo de acciones siempre se tienen que hacer con mucha dignidad. No se trata de hacer las cosas de cualquier manera, tienes que conseguir que la persona disfrute. De alguna manera se tratar de hacerles partícipes de esas emociones porque no siempre tienen la oportunidad de desarrollar cosas así. Nosotros lo llevamos a cabo en el tema de actividades con canoa, haciendo senderismo e interpretación de entorno. Son lugares que nos permiten circular con cierta solvencia y lo que haces es intentar romper las barreras oportunas para facilitar ese acceso.

-Después de tantos años, ¿este trabajo llega a cansar?
-Te cansa pelear con los mismos problemas de hace treinta años pero también es algo que te llena y te engancha. Hay otro factor importante que es la gratitud de muchísimos clientes. Es muy gratificante adaptar las experiencias y las explicaciones al perfil de cada cliente y que te digan que si tú no hubieses ido con ellos, no se hubieran enterado de muchas cosas.

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