Las aguas del Xurbeo uniéndose al río Negro crean una de las estampas más impresionantes y menos conocidas del concejo de Aller. Es una de las muchas postales que este concejo reserva para quien decida adentrarse en el interior de la Montaña Central Asturiana.
Largamente esperada ha sido la apertura definitiva del Corredor del Aller (AS-112), o mejor dicho de la última fase que une la capital, Cabañaquinta, con otras localidades del concejo. Tan esperada como necesaria para un concejo que, con una minería en retroceso, ve crecer día a día su potencial turístico. Y no es para menos, porque el municipio tiene recursos desde cualquier enfoque: una estación de esquí en la zona alta del concejo, una escuela de escalada en la zona media, y un yacimiento arqueológico, el de La Carisa, en el Bajo Aller. A esto hay que sumar la mayor de sus bazas, un espacio natural en el que se combinan destacadas cimas -como el pico Torres o el Toneo en el conocido puerto de San Isidro-, con praderías, zonas boscosas y profundos valles. En muchos de ellos se modelan foces tan caprichosas en su morfología como majestuosas en su estampa. Un buen ejemplo es el de las Foces del Pino, catalogadas como Monumento Natural, que tienen en su acceso una de las rutas más conocidas del concejo. Viendo la exuberancia y lo agreste del paisaje, sería lógico pensar que Aller es un concejo poco accesible, pero en realidad tan sólo 38 kilómetros de autopista lo separan de la capital ovetense.
La zona alta del concejo destaca en los meses más fríos por la posibilidad de practicar deportes invernales. La estación de Fuentes de Invierno es la responsable de que en estas fechas el turismo gravite mayormente sobre estas latitudes, y con la apertura del esperado Corredor se prevé en época esquiable un tránsito que ronde diariamente los 15.000 vehículos.
Con nieve o sin nieve, este territorio ofrece muchas más posibilidades. Lo saben de primera mano los componentes del Grupo de Montaña Reino Astur, que con sede en Nembra realizan muchos de sus recorridos por el concejo. «Salimos una vez al mes y realizamos rutas asequibles para toda la gente, no nos especializamos en alta montaña» comenta Tino Velasco, vocal de Reino Astur. El colectivo es un defensor del patrimonio natural allerano, y desde hace varios años mantiene una continuada lucha porque el Valle del Río Negro se incluya en el Parque Natural de Las Ubiñas, o bien que se reconozca un espacio protegido en el propio concejo. Tino asegura que hay motivos más que de sobra para hacerlo: «Tenemos el Valle de Vallosera, un paraje impresionante del que los biólogos resaltan su biodiversidad; se cree que todavía alberga un cantadero de urogallos. Es zona de monte de robles, tejos, castaños y lugares bastante inaccesibles como los Canales de la Boya en el Cordal de Carraceo».
Para apreciar la belleza del Valle de Río Negro, Velasco recomienda la Ruta de las Fuentes, un recorrido señalizado, de baja dificultad, que se adentra en el Valle uniendo las localidades de Moreda y Santibañes de Murias. En un trazado de 15 kilómetros atraviesa zonas provistas de lavaderos y fuentes, proporcionando unas preciosas vistas en la parte más alta. Además «es ideal para hacerla en estas fechas porque es una ruta muy soleada». La subida a Peña Mea desde el pequeño núcleo de Barrocima o la del Gumial en el Alto Aller son otras dos experiencias que este montañero recomienda, ambas señalizadas enteramente. «La de Peña Mea es una de las más espectaculares. Aunque es más corta requiere más esfuerzo por el desnivel que afronta, pero merece la pena. La del Gumial, que sale de cerca de Fuentes de Invierno también pasa por parajes muy guapos, con zonas de bosque».
Grupo de Montaña Reino Astur
Aproximadamente 105 personas forman este colectivo, fuertemente enraizado con la parroquia de Nembra; tanto, que muchos de sus componentes forman parte también de la Asociación de vecinos de dicha localidad. Además de las habituales salidas a la montaña, Reino Astur organiza en el mes de julio una carrera de montaña -el colectivo cuenta con una sección dedicada a esta práctica- y en primavera repite la training camp, sesión de entrenamiento para corredores de montaña que en anteriores ocasiones lideró el asturiano Santi Obaya. Reino Astur coordina también una marcha cicloturista en julio, en la que han participado profesionales del ciclismo de la talla de Chechu Rubiera o Manuel Jorge Domínguez.