Siete kilómetros puede ser una gran distancia o un paseo, según se mire. Para algunos es la distancia ideal que separa a un concejo rural como Morcín de una gran urbe como Oviedo o una villa crecida en población como Mieres.
La suficiente para disfrutar de los recursos que éstas ofrecen, salvaguardando a la vez la intimidad y el aire de «pueblín» que los morciniegos conocen a la perfección y quieren para sus descendientes.
No es fácil, pero todavía es posible disfrutar de la tranquilidad del medio rural sin renunciar a vivir en el centro de Asturias. Es lo que ocurre en concejos como éste, donde conviven escenarios diferentes: el de las madreñas a la puerta de un hogar de ganaderos, y el de una zona residencial próxima a un polígono industrial. El concejo está además muy marcado por dos condicionantes: una geografía abrupta y montañosa, y una cultura de la mina fuertemente enraizada. La primera impresiona al visitante, que se adentra en el concejo por la carretera que transcurre paralela al río Riosa y se encuentra con angostos desfiladeros excavados en la roca, planos tan verticales en los que la única posibilidad es seguir el curso de la carretera. El paisaje ha modelado las costumbres y el carácter de sus habitantes, cuya gran mayoría vive bajo la imponente masa del Monsacro o la Madalena, montaña sagrada que alberga numerosas leyendas. La segunda ha dado mucho a Morcín, que comparte el pozo minero Monsacro con el vecino concejo de Riosa. Tanto que en los años setenta más del 90% de la población estaba vinculada a la minería, permitiendo un crecimiento rápido del concejo. Ahora la realidad laboral es bien distinta, con el sector minero asturiano en entredicho.
«Cuando entramos en el pozo – recuerda Luis Ángel Martinez, más conocido como Tati, mecánico en el Pozo Monsacro- éramos 900 vecinos de Riosa y Morcín, ahora solo quedamos 216». El morciniego es uno de los muchos mineros que aguardan expectantes las noticias sobre el futuro del sector. Como sus compañeros de la zona, participó en las pasadas manifestaciones mineras -«estuvimos dos meses sin trabajar y fuimos dos veces a Madrid»-. Tati confiesa que lo que peor lleva la gente de Morcín es la incertidumbre, «todo el mundo está intranquilo porque se habla mucho de cierre, pero en realidad no sabemos nada».
En los últimos años la localidad de Santolaya ha experimentado un cambio considerable, mutando su carácter rural hacia un uso residencial y suburbano.
Jesús Alvarez Barbao, Alcalde de Morcín, trabajó 24 años en el Pozo. Conoce pues el terreno, y opina que ya es hora de mirar hacia otros horizontes con más futuro. «La mina trajo mucha riqueza durante unos años pero generó una mentalidad que ahora hay que corregir. La gente joven del concejo sigue pensando en ella como una fuente de trabajo estable y buenos sueldos, y eso se acabó».
Santolaya, capital de Morcín es tal vez el paradigma de esos tiempos de cambio. En los últimos años la localidad ha experimentado una transformación considerable, mutando su carácter rural hacia un uso residencial y suburbano, debido principalmente a sus buenas comunicaciones con Oviedo y Mieres. Aprovechando los precios de la vivienda, más competitivos que en una gran ciudad, muchas parejas jóvenes eligieron echar raíces en un lugar tranquilo y lo suficientemente pequeño como para conservar el ambiente de pueblo. Una condición que se ha visto sustancialmente mejorada con la apertura, el pasado mes de septiembre, de una escuela infantil de 0 a 3 años, de la que ahora disfrutan 20 niños del concejo.
Asociación de Mujeres So la Malena
Entre los colectivos más dinámicos del concejo se encuentra la Asociación de Mujeres So la Malena, que nació con una vocación clara de compañerismo y solidaridad entre las mujeres del concejo. Además de organizar eventos como el Mercado de Otoño esta asociación colabora activamente en proyectos de otros grupos del concejo. En la foto, las mujeres se encuentran en la sierra de la Madalena, donde el pasado día 8 de diciembre prepararon un belén de cumbres. Aunque el crecimiento poblacional de Santa Eulalia se ha frenado debido a la crisis, es todavía el balón de oxígeno de la demografía municipal. Hasta hace poco el concejo morciniego era de los pocos que no sufría la enfermedad de la despoblación, tan frecuente en las cuencas mineras. «Ahora ya empezamos a perder habitantes -asume Barbao-, aunque muy pocos. Gracias a Santa Eulalia el descenso no ha sido mucho más acusado». De todas formas, el regidor socialista espera «que lleguen tiempos mejores y se vuelva a construir». Para cuando esto suceda, el ayuntamiento prepara el camino iniciando los trámites para desafectar los 21.800 metros cuadrados de terreno del antiguo Parque de Maquinarias pertenecientes al Ministerio de Fomento. «Santolaya podría así seguir creciendo, ahora mismo no es el momento, pero se trata de que cuando lleguen mejores tiempos seamos los primeros en estar ahí». En el Ayuntamiento están convencidos de que la excepcional situación de Morcín, en el centro de Asturias, en una zona verde, con buenas comunicaciones y viviendas a precios asequibles será fundamental para reanudar el motor del crecimiento. La cercanía del Parque Empresarial de Argame, creado en 2008 y actualmente en plena expansión es otro factor que se suma al atractivo residencial de Santolaya. En el PEA se han asentado empresas de todo tipo, lo que también ha contribuido a visibilizar el núcleo poblacional de Argame. «No es mucho, pero ahora hay cuatro casas de turismo rural y los bares tienen más actividad», comenta Carlos González Mallada. Este joven vecino de Argame considera que Morcín es un concejo privilegiado, todavía por descubrir y por explotar, debido a su excelente situación.
Junto con otros jóvenes asturianos, Mallada está creando la Cofradía de Amigos del Gochu con la intención de apoyar eventos como la exposición del Gochu Asturcelta que se celebró durante dos años consecutivos en Santolaya, pero que este año no ha podido conseguir el apoyo económico necesario para continuar. «Las veces que se hizo tuvo muy buena acogida, así que nos estamos formando en este tema para así poder promocionarlo e impulsarlo», explica Carlos. El próximo mes de abril, la Orden de Sabadiego de Noreña les bautizará en el mundo de las cofradías. Será la puesta de largo para un colectivo dispuesto a dinamizar una tradición gastronómica, que ha encontrado un buen padrino en el concejo de Morcín.
El concejo está muy marcado por dos condicionantes: una geografía abrupta y montañosa, y una cultura de la mina fuertemente enraizada.
Pero si hay en el concejo una localidad que destaque por su capacidad asociativa y sus iniciativas tradicionales y festivas, esa es La Foz. Sin duda, un núcleo con carácter propio, que sin embargo no ha seguido los pasos de Santolaya en cuanto a incremento de población y aire metropolitano. La Foz continúa muy ligada a la mina, tal vez por la proximidad del pozo, pero mantiene también una vecindad que destaca por su dinamismo. En el año 2002 consiguió el galardón al Pueblo Ejemplar de Asturias y cuenta con asociaciones tan destacadas como la Hermandad de la Probe o la Cofradía de Amigos de los Nabos. Ambas empeñadas en difundir las bondades de la gastronomía asturiana, con quesos como el afuega’l pitu que aunque ya no se produce comercialmente sigue siendo una institución en el concejo, y productos como el nabo, que se ha recuperado para la mesa asturiana.
Pepe Sariego, empresario de La Foz, juega un papel destacado en la vida festiva de este núcleo que ha crecido linealmente acompañando al curso del río Riosa. Es directivo de la Hermandad de la Probe, el principal impulsor de las actividades relacionadas con los nabos, director del Museo de la Lechería… en resumidas cuentas, pocas cosas se cuecen en La Foz que no pasen por sus manos. «Yo lo hago por el amor que tengo a La Foz, es lo que me hace asumir responsabilidades». Sariego recuerda cuando empezaron a poner en marcha el Certamen del Queso Afuega’l Pitu, un evento que ha puesto a La Foz en el mapa de Asturias, «todo empezó en una boda en el año 1980. Un grupo de amigos hablamos de la variedad de queso que sólo existía en Morcín y que nadie conocía: el afuega’l pitu de trapo, el rojo, que se hace con pimentón. Así que al año siguiente creamos el Certamen para darlo a conocer, para que no se perdiese esa receta tradicional». Con el tiempo consiguieron la Denominación de Origen del queso y ya hay 12 queserías en Asturias. En palabras de Sariego: «el futuro del afuega’l pitu es prometedor».
El Cofrade Mayor de los Amigos de los Nabos ya tiene en mente el próximo proyecto con el que se podría potenciar el concejo, destacando y sacando a la luz el abrigo de Entrefoces, en el que se han encontrado grabados del periodo Magdalenense inferior cantábrico. «Actualmente es imposible ver nada, lo ideal sería poner un banco en la entrada de la cueva y un panel de información para que la gente pueda conocer lo que tenemos».
«En el año 81 creamos el Certamen de Queso Afuega’l Pitu para dar a conocer una variedad, la del trapu rojo, que sólo se elaboraba en esta zona».
Jesús Alvarez Barbao. Alcalde de Morcín.
El regidor socialista ha iniciado los trámites para desafectar los terrenos del antiguo Parque de Maquinarias en Santolaya: «Ahora no es momento de construir nuevas viviendas, pero queremos estar preparados para cuando vengan tiempos mejores».
Tati – Luis Angel Martínez. Minero en el Pozo Monsacro
Como sus compañeros de la zona, participó en las pasadas manifestaciones mineras. Tati confiesa que lo que peor lleva la gente de Morcín es la incertidumbre, «todo el mundo está intranquilo porque se habla mucho de cierre, pero en realidad no sabemos nada».
Carlos González Mallada. Vecino de Argame e impulsor de la Cofradía Amigos del Gochu.
«Junto con otros jóvenes asturianos estamos creando la Cofradía y formándonos para poder apoyar eventos como la exposición de Gochu Asturcelta, que este año no ha podido celebrarse».