Monteagudo es uno de los muchos grupos deportivos que han descubierto en la montaña asturiana su mayor pasión. Por eso llevan años recorriendo la geografía de la región y saboreando sus vistas desde lo alto de sus cumbres.
Desde lo alto del Pico Monxagre la panorámica merece la pena. Si el día está despejado la desembocadura del Bajo Nalón y los montes cercanos se convierten en todo un regalo para los ojos, algo que aprecian los componentes del G.M. Monteagudo. Precisamente en esta cima es donde el colectivo -que integra a aproximadamente 50 socios- tiene instalado su belén de cumbres. «La ruta a este pico es muy fácil -explica Javier García, presidente del grupo-. Saliendo de Sandamías se hace en apenas tres horas y el recorrido es muy bonito».
García que lleva diez años en el grupo y lo preside desde hace siete, añade que hay varias rutas interesantes para hacer en Pravia, «en general, son todas fáciles por la orografía del terreno. Una muy recomendable es la del Pico Lin de Cubel, techo del concejo (678 m.), también apta para cicloturistas. Aquí es donde hicimos el belén de cumbres de la Federación de Montaña en el año 2015».
Cada quince días y coincidiendo con fines de semana el grupo coge el autobús para emprender alguna ruta. Si el destino es lejano y toca madrugar «cuesta un poco más, -añade Javier-, pero siempre merece la pena y el buen ambiente que hay en el autobús consigue que el tiempo pase más rápido». Les gusta recorrer zonas montañosas del Occidente como Somiedo o Degaña pero es frecuente verles también por las cimas de la zona oriental y centro. Los destinos los elige cada guía, los estudia previamente y «con lo que has preparado y con el GPS, por si aparece la niebla, no tienes ningún problema» explica Javier, añadiendo que nunca han tenido un problema serio en todo el tiempo que llevan en la montaña.
Entre las rutas que más afluencia tienen hay una que repite cada año por su buena acogida y es la zona de Los Oscos. El presidente nos cuenta el secreto de por qué a esta jornada se apunta siempre tanta gente, «ese día nos acercamos a tomar el pulpo a Fonsagrada, con eso ya lo digo todo». Y es que después de un buen día de montaña la gastronomía se valora mucho.