Entre el mar y la montaña se alza Somao, un pueblo hermoso en el que destaca principalmente la hermandad entre sus habitantes. Colaboración, convivencia y trabajo unido son su día a día y las bases sobre las que vuelven a presentar este año su candidatura a Pueblo Ejemplar de Asturias, tras haber quedado finalista en una ocasión.
Asomados al Cantábrico y a la desembocadura del río Nalón, pero también escoltados por las verdes montañas -La Peñona y Monteagudo-, Somao despliega sus casitas sobre un verde prado, salpicado de arboleda. Su esencia es rural, pero entre sus construcciones destacan palacios indianos de bella factura, recuerdo de unos antepasados con el valor suficiente para cruzar el océano y enfrentarse en soledad a un futuro incierto. El primero que probablemente viene a la mente a todos sus habitantes es José Menéndez Viña, hijo de campesinos y que embarcó en Gijón hacia América con solo doce años. Tras mucho trabajo, fue llamando a sus primos y otros habitantes del pueblo que siguieron su estela. Hoy, sus casas indianas son el permanente recuerdo del éxito conseguido, pero también del esfuerzo y del sacrificio que vivieron. A través de las edificaciones El Noceo, La Casona, El Marciel, Villa Radis, la Torre Amarilla, Las Columnas o La Generala su espíritu sigue presente. Pero como Somao es un pueblo que destila equilibrio, lo indiano convive en armonía con cuidadas viviendas tradicionales, acompañadas de hórreos, paneras y pajares muy conservados. Así, pasear por aquí relaja el espíritu y aviva la curiosidad por conocer más del pasado del lugar.
Sin embargo, el pasado sigue muy presente a día de hoy en la genética de sus trescientos habitantes. De sus antepasados conservan un espíritu luchador y aventurero que se rebela a la decadencia que sufren otros pueblos asturianos, y también un respeto a la tierra, las tradiciones y la solidaridad que han sido siempre seña de identidad rural.
Un presente en hermandad
A la belleza del lugar se suma la unión vecinal de los habitantes de Somao, su colaboración permanente para sacar adelante diversos proyectos para que lleguen a buen fin. Según sus capacidades o afinidad, hay quienes organizan las fiestas patronales en honor a Sant’Olaina, quienes decoran el árbol de Navidad, e incluso han restaurado la iglesia por dentro y por fuera. Todo de manera altruista, con el único propósito de facilitar la vida a sus vecinos y vivir en un lugar cuidado. Para mantener el pueblo unido, los vecinos organizan a lo largo del año varias «xuntanzas populares» en torno a fiestas como el Antroxu, la noche de San Juan con banquete vecinal y foguera donde adultos y niños queman sus deseos, o el Amagüesto con castañas asándose en el viejo bombo de una lavadora. En todas hay un grupo de vecinos detrás, que acuerdan, organizan y disfrutan juntos de cada evento.
Si queremos apreciar de un solo vistazo esta alma comunitaria que forman los vecinos de Somao, lo mejor es acudir el Lunes del Bollo a las fiestas de Sant’Olaina. El día se inicia con una «Misa de gaita», declarada Bien de Interés Cultural, y por la tarde familias enteras y visitantes se reúnen en torno a una mesa o un mantel en el prado para compartir tortilla, empanada, bollo preñado y sidra, en un ambiente cordial y relajado.
Todo esto motiva a los habitantes de Somao a buscar un modo de vida en su pueblo. Las buenas comunicaciones y las nuevas tecnologías ayudan, a lo que se suma la actividad empresarial de muchas empresas «de siempre» como bar-tienda, quesería, empresas relacionadas con la construcción, hoteles o casas rurales. Por ello, en contraposición a otros pueblos asturianos, son muchos los jóvenes que se quedan en el pueblo, aportando nuevas ideas y colaborando en las diversas asociaciones.
Asimismo Somao -que es Parroquia Rural, con personalidad jurídica propia, distinta al concejo al que pertenece- dispone de capacidad para gestionar y organizar sus bienes. Una gestora sin signo político se encarga de las 400 hectáreas de monte y los pastizales que tienen, así como el alquiler de varias casas y del bar del centro social, lo que da al pueblo parte de su independencia económica.
Todo esto permite considerar a Somao un pueblo ejemplar; solo queda que lo reconozca la Fundación Princesa de Asturias. Sus habitantes están tan convencidos y este año volverán a presentar su candidatura.
Pinche aquí para ver más reportajes de este concejo