En un concejo montañoso como éste, la relación con la naturaleza forma parte de la vida cotidiana. Desde que se creó el Grupo de Montaña Llazarandín, este vínculo se ha convertido además en afición. El presidente de esta asociación, Honorino Ruiz, explica que el objetivo es que todos puedan disfrutar de esta actividad.
-El grupo lleva poco tiempo funcionando, pero mantiene una actividad altísima. ¿Cómo surgió todo?
-En realidad nació como una idea de unos pocos amigos a los que nos gusta salir al monte. Pensamos en crear un grupo para poder estar federados sin depender de nadie. El caso es que la gente se enteró de que lo estábamos haciendo y nos empezó a preguntar, así que decidimos abrir la inscripción. Claro, la sorpresa fue la aceptación que tuvo, ahora mismo tenemos 108 socios y hemos cerrado ya la lista porque más nos es difícil de manejar.
-Las salidas, entonces, son multitudinarias. ¿Cómo se organizan?
-Pues la media en cada salida es de cincuenta o sesenta personas, aunque por ejemplo cuando fuimos al Cares hubo que llevar dos autobuses. Las primeras salidas las hicimos muy suaves, porque era muchísima gente y no sabíamos cuál era el nivel. Ahora buscamos itinerarios que sean accesibles para todos y, dentro de la misma ruta, procuramos que haya una opción más fuerte, para el que quiera caminar más, y una más suave para el que lo prefiera. Y por el camino vamos reagrupando a la gente de vez en cuando, para que nadie se quede descolgado. Para nosotros lo más importante es hacer grupo, que vayamos todos unidos.
«Somos muy estrictos con la seguridad, nuestro reto es que no tengamos nunca un accidente»
-¿Cómo se controla la seguridad en un grupo tan numeroso?
-Somos muy estrictos con la seguridad. Antes de organizar cualquier ruta la hace alguien de la organización, para ver si está en condiciones, y cuando salimos todos hay gente controlando delante, en medio y detrás, todos comunicados con walkie-talkies por si hay algún problema. Y somos muy pesados con que la gente tenga cuidado, que beba agua continuamente, que no se acerque a sitios peligrosos… Nuestro reto es que no tengamos nunca un accidente.
-¿Por qué el nombre de Llazarandín?
-Queríamos un sitio de Riosa, que fuera significativo para nosotros, y desde el lago de Llazarandín creo que hay la mejor vista que se puede conseguir en el Aramo.
-El grupo ha tenido mucho éxito en Riosa.
-Pues la verdad es que sí, la gente está pendiente y muchos nos dicen «ay, si yo pudiera ir con vosotros». Tenemos una página en Facebook donde colgamos las fotos de las actividades, el día después de cada salida está todo el mundo pendiente para ver y comentar lo que se ha hecho.