Temporal y destrozos por el sureste, dice el informativo que “…se han recogido doscientos litros por metro cuadrado en Murcia”. ¿Se han recogido? ¿En qué recipiente? Antes al contrario, corrían bravamente las aguas por las calles. Las frases hechas juegan muy malas pasadas. En todo caso se habrán medido, contabilizado, apreciado o estimado; pero recoger, lo que se dice recoger, ya lo dudo. De hecho, suelo recordar aquel torpísimo argumento de un célebre intentando convencer de la necesidad de un macrotrasvase del Ebro: “Se pierden millones de litros en el mar”.
Las turbulencias climáticas deberían ponernos en guardia. Hace poco un gabinete de investigación nos ilustraba exponiendo infografías en las que se veía Asturias en 2100; la subida del nivel del mar sumergiría buena parte de las poblaciones costeras. Parece que la juventud del mundo se mueve en pro de su futuro; escuchemos, cuando menos.
Escuchó el flamante Presidente de la Junta de Gobierno del Principado al Señor Arzobispo, que no habló de Teología sino de asuntos más cotidianos, como de mujeres y familia. Habida cuenta de que es célibe (el arzobispo), me imagino que se lo habrán contado; estaría feo que se remitiera a su experiencia personal al respecto. Sus palabras me aseguran que se equivocan quienes criticaron a Barbón por participar en un acto religioso; incierto, cada año, en la basílica de la montaña, se hace una conmemoración bien política.
Y en otros sitios fiesta, que está bien para empezar a despedir el verano, aunque no la veo yo como celebración de la soberanía astur. El programa oficial siempre tiene opositores, como corresponde, y el oficioso alegre voluntariado que lo celebra. En la foto se puede ver que las personas que residen en el centro Ovida, (Aprovecho para desear a Pepa, la de Germán el sastre, una pronta recuperación), tiene fiestas en “Asturias de día”. De nuechi nun puede ser, que me prendi la ronda, que me pega to padre.
Para más jolgorio y publicidad turística pasó en esas fechas por el Principado la Vuelta a España. Unas semanas antes habíamos podido saludar a Adrian Bell, que vino a Llanes, junto a Carmen Kilner a hablar de exilios. Mr. Bell escribió sobre los niños de la guerra enviados al Reino Unido, pero también hizo un libro sobre la Vuelta; seguramente sonreiría con los gazapos de los locutores de TVE. Si un año, llegando a Mieres, anunciaron la iglesia de San Juan como la catedral de San Salvador, en esta ocasión el comentarista titular rebautizó un edificio emblemático de Gijón como el Palacio de Revilladiego y a la salida de la ciudad, el bueno de Perico Delgado informó reiteradamente de que se subía un puerto de tercera que llamó el Alto del Madero.
Es cierto que hablar sin parar cada día de 12 a 18 horas es una paliza; seamos benévolos, pues. Unos minutos más tarde, tanto uno como el otro rectificaron y el palacio volvió a ser de Revillagigedo (¡nombrecito, eh!) y la pequeña tachuela montañosa el Alto de la Madera.
No puede faltar, ya que estamos en el deporte profesional, alguna gracia con el fútbol, ahora que ha recuperado este nombre, que el presidente federativo anterior decía “fúrbo”. No es la primera vez, ni será la última: un radiofonista se refería a la Ponferradina como “equipo gallego”. Hombre, hablan el castellano con un cierto deje, pero sería como llamar galegos a los de Navia, pongamos por caso. Otra buena señora daba noticias del Huesca y muy finamente se refería al “equipo onubense”, que es errar la toponimia en mil kilómetros, más o menos.
Por el Sur fue rodada hace diez años una peli que, entre etapa y etapa ciclistas, pusieron en la tele. Tom Cruise y Cameron Díaz son los protagonistas de “Noche y día”. No me parecía que el título definiera la cinta, así que fui a buscar el original, “Knight and day”. Curiosidades de los traductores. Bueno, pero no era ese el asunto; verá usted: Sale el malo que es un narcotraficante español; le toca el papel, como ya suele ser habitual, a Jordi Mollá, poniendo cara de malísimo. Estamos viendo planos de Sevilla, con la catedral, los alcázares y toda la pesca; de repente aparece una especie de procesión con una banda de músicos vestidos de blanco con fajas y pañuelos rojos. Dice el pérfido Antonio Quintana (el Mollá) a la superguapa June Havens (la Díaz) “Hoy se celebra San Fermín, ¿has visto alguna vez una corrida de toros?”
Devuelven los guionistas la pelota, de Huesca a Huelva y de Pamplona a Cádiz. Luego hay alguna que me regaña cuando digo, ¡cosas de yanquis! Aunque igual tiene razón la amiga Tanya Kane-Perry, que salió en estas páginas el mes pasado denunciando las tropelías de Donald “el Tramposo” en la frontera sur; ella llama “gringos” a sus conciudadanos, usando la terminología chicana.
A tierras mexicanas se han ido veinte millones de dólares de Vesuvius, que, dolorosamente, amenaza con cerrar en Langreo y Aranda. La tensión ya ha originado un muerto por infarto. Adrián Barbón dice que son cosas del “capitalismo salvaje”; quítele el adjetivo, es el capitalismo, a secas. No se puede esperar otra cosa de unas leyes que ponen el dinero por delante de las personas. Miguel Ángel Riquelme, gobernador del estado de Coahuila, que acoge la nueva factoría, dice al patrón Patrick André, que llevan veintinueve años sin huelgas y así garantiza que van a seguir. El futuro de la planta asturiana está más confuso que el cartel de la autovía. Las industrias ligadas al acero ven nubarrones; a nosotros nos va a llover a cántaros.