Leo, “Jennifer López saca brillo a la imagen de las empresas” y pienso en lo polifacética que es esta muchacha; sirve para hacer películas, cantar, -se la espera en Madrid en julio-, divorciarse con publicidad y ahora asesorar en el terreno de la mercadotecnia. Pero avanzo en la noticia y no se refiere, como yo pensaba, a la actriz americana, sino a una joven ciudadana gijonesa que ha fichado por Thyssen Krupp Elevators para gestionar su imagen corporativa. Trabajo tiene por delante, luego te explico por qué.
Me disculpo a mí mismo del error, puesto que no hace mucho un periodista deportivo hablaba de “la selección de balonmano reforzada por Jennifer López”. Había sido un espectáculo, sin duda, cada partido de “las guerreras”; sin embargo, tampoco se trataba de la famosa de Hollywood, sino de Jennifer María Gutiérrez Bermejo, juega habitualmente en la banda izquierda; ha marcado 283 goles con la Selección, lo que la convertía en un importante refuerzo, pero insuficiente, eliminadas por Polonia en el último europeo.
Decía yo que la Jennifer que ahora trabaja para la empresa de elevadores y escaleras tiene tarea por delante. Después de una serie de turbulencias de los mercados, el potente grupo siderúrgico Thyssen Krupp se subdividió y vendió parte de sus activos. Una de las empresas resultantes fue Thyssen Krupp Elevators, con importante presencia en Asturias.
Llamar a la compañía por las siglas resulta en este caso inapropiado: TKE. Leer, al entrar en el ascensor, “tekae”, da un poco de susto.
El cambio de estructura social trajo una renovación de la imagen, pero no siempre los creativos aciertan. Incluso pueden tener dificultades, en este caso de una multinacional, con los idiomas locales; así llamar a la compañía por las siglas resulta en este caso inapropiado: TKE. Leer, al entrar en el ascensor, “tekae”, da un poco de susto.
No lo hizo mejor otra compañía, cuyo nombre no recuerdo, que en la revisión mensual dejó una pegatina que ponía “Objetivo del mes: Cero Accidentes”. Menos mal que en ese sector las medidas de seguridad se cumplen; en todo caso, antaño el propietario eludía responsabilidades, a la par que recomendaba la sana, olvidada costumbre de usar las escaleras.

Una mala marca hunde todo el proyecto de comunicación. Anteayer pude ver en el entorno del mercado de La Felguera una vieja joya, un automóvil impoluto, pese a ser 4×4, normalmente de vida dura; pulcro, con las letras color acero de la marca bien pulidas, mostrando su nombre absolutamente inadecuado en castellano: Pajero.
Sabemos que quien lo nombró hablaba otra lengua, tiene menos disculpa este otro bautismo. La Universidad de Oviedo suscribe un acuerdo con la de México y el resultado se denomina Mexastur. Para que no me señalen siempre como hipercrítico copio la pregunta de un medio informativo, ¿no tiene filólogos la Universidad?
En la ciudad de Madrid, que quiere dar ejemplos al resto, hay notas de dudoso gusto. En la parroquia de Nuestra Señora de las Delicias, se lee en el frontis, “Mis delicias son los hijos de los hombres”, quizá con sentido en el texto bíblico del que copia, (Proverbios, 8-31), pero no muy recomendable en tiempos en los que se acusa a algunos de pederastia. En una acera próxima grandes carteles exhiben la capacidad de una iglesia evangélica para curar el cáncer por la oración; una buena noticia, porque disminuiría el gasto médico, pero casi me fío más de Oncología del HUCA. Descreído que es uno.
En una acera próxima grandes carteles exhiben la capacidad de una iglesia evangélica para curar el cáncer por la oración; una buena noticia, porque disminuiría el gasto médico, pero casi me fío más de Oncología del HUCA. Descreído que es uno.
En pleno Paseo del Prado, frente a Velázquez sedente, en monumento notorio, se lee otra frase lapidaria o sea, escrita en piedra: “La política debe ser católica…apostólica…y romana, es decir una. Una también la Cultura…que todo lo que no es tradición es plagio”. Palabras de aquellos tiempos en que pensar estaba prohibido.
Los lemas poco edificantes también los paseamos los particulares en cuanto llega el buen tiempo y sacamos a pasear las camisetas. Terraza del Café Dindurra, agradable sol matutino, un tipo exhibe en el pecho una frase que no necesita traducción, “Suicidal tendences”. Es el nombre de una banda de rock californiana, ahora bien, ¿te parece el texto más adecuado para salir de la mano con dos niños de 6 y 8 años?
Se dan situaciones curiosas cuando los avisos provisionales no son retirados a su debido tiempo. Me refiero, por ejemplo, a esos letreros que avisan en la carretera para que reduzcas a 30 por unas obras que acabaron el año pasado. O como el caso que me sobresalta a la entrada del Ayuntamiento de Noreña, la noble portada cercada por tres lados que te dicen “No pasar”. Entro, de todos modos, son los restos de avisos de un año en el que hubo pandemia; si no se prevé otra próximamente quizá sería bueno retirarlos.
