Este término anglosajón se utiliza para referirse al micromecenazgo. Un sistema de financiación que consiste en obtener pequeñas cantidades de dinero de un amplio número de personas, que permiten poner en marcha un determinado proyecto. Al principio las aportaciones iban destinadas a subvencionar proyectos culturales -cine, música, libros- y solidarios, pero poco a poco se han extendido al mundo empresarial. El mundo está lleno de buenas ideas que esperan una oportunidad para ver la luz. El crowdfunding es una nueva forma de obtener financiación.
En el crowdfunding intervienen tres partes: el emprendedor que busca financiación, las personas que aportan fondos y la plataforma que facilita el contacto entre unos y otros. Hoy en día cada vez existen más webs que promueven y organizan proyectos de crowdfunding. En Asturias las más utilizadas son las españolas Verkami y Lánzanos. ¿Cómo funcionan? Se envía el proyecto a la web, acompañado de un descripción, cantidad de dinero necesaria, tiempo para recaudarlo y recompensa que se dará a los mecenas. La plataforma hace una valoración y a continuación el proyecto se publica por un tiempo determinado: 30, 60, 90 días. A partir de ahí comienza la promoción, no sólo por parte de la web sino del propio emprendedor, que lo mueve en su círculo de contactos. Y a esperar resultados… Por lo general, las plataformas suelen recaudar el 5% de las aportaciones.
En poco tiempo, el crowdfunding se ha convertido en una herramienta muy útil para financiar presupuestos pequeños y medianos en corto espacio de tiempo. Y son muchas las personas que ven en esta opción una alternativa a la banca y sus prácticas. Carlos Fernández Fuente, director de Inxeniu Internet Media, explica el impacto de este fenómeno.
-¿Qué incidencia tiene el crowdfunding en este momento tan complicado para nuestra economía?
-El crowdfunding es un fenómeno global gracias a Internet. Lo más importante del fenómeno es el rápido crecimiento que ha tenido en los últimos cuatro años. Hemos visto cómo se ha pasado de 50 iniciativas, entidades y portales dedicados al crowdfunding a cerca de 500 en más de 30 países; y de una estimación de 500 millones de dólares en 2009 a cerca de 1.400 millones de dólares en 2011. Y sigue creciendo, con más de 3.000 millones de dólares en este año, de los que casi 20 millones se generarán en nuestro entorno.
-¿Qué aspectos del crowdfunding suponen una ventaja respecto a los sistemas tradicionales de financiación?
-Los impulsores y las ventajas de este tipo de financiación se resumen en que el crowdfunding es una alternativa real a la financiación tradicional (es decir, a los bancos), en su fácil acceso a través de los medios digitales y en su efectividad por beneficiarse de una economía en red.
-¿Existen muchas plataformas en España? ¿Cómo ha calado este fenómeno en Asturias?
-Actualmente encontramos más de 50 proyectos activos entre los cuales destacan Verkami, Lánzanos, Goteo, Fundedbyme, The Crowd Angel… En Asturias ya encontramos proyectos fundamentalmente desde el ámbito cultural que han encontrado financiación a través de las principales plataformas de crowdfunding.
«El crowdfunding es una alternativa real a la financiación tradicional». Carlos Fernández Fuente. Director de Inxeniu Internet Media
-¿Qué consejo le daría a un emprendedor que quiere financiar su proyecto por esta vía?
-Lo primero de todo, el emprendedor tiene que estar volcado totalmente en su proyecto, primero invirtiendo su dinero y luego buscando pequeñas aportaciones entre su círculo más cercano (familiares, amigos, conocidos,…). En segundo lugar, de cara a buscar financiación a través de crowdfunding, el emprendedor debe tener muy claro para qué necesita ese dinero, cuánto necesita, cuándo lo va a invertir y qué resultados espera de la inversión. Con estos dos puntos el emprendedor debe preparar cuidadosamente la campaña de captación a través de crowdfunding.
-¿Qué considera que es lo más importante para que una campaña tenga éxito?
-Además de tener un proyecto atractivo, la clave del éxito de una campaña de crowdfunding es la estrategia, la comunicación y el marketing de la propia campaña. Segmentar el público objetivo que puede estar interesado en participar en la financiación de nuestro proyecto, crear un buen sistema de recompensas para los participantes, grabar un buen vídeo explicativo y usar correctamente las redes sociales en su difusión son algunos factores que condicionarán el éxito o fracaso de nuestra iniciativa.
-Uno de los sectores más beneficiados por esta práctica es la cultura. ¿Puede ser esta una puerta para salir de la crisis del sector?
-La salida a la crisis del sector cultural pasa por generar la suficiente demanda interesada en comprar cultura y por mejorar la gestión orientada a que el modelo cultural sea auto sustentable e independiente de ayudas públicas. El crowdfunding puede ser una herramienta muy poderosa para conseguir estos objetivos.
-¿Qué opinión le merece el Anteproyecto de Ley del Gobierno que pretende regular esta práctica?
-Las normativas que se han ido planteando han sido bastante desacertadas. Este tipo de normativas busca más conservar un status quo donde se mantengan los privilegios de determinados sectores y empresas que de realmente impulsar nuevos sistemas y modelos alternativos. Afortunadamente, se han incluido mejoras y rectificado algunas posiciones en la tramitación final de la Ley, pero todavía está lejos de ser un verdadero motor para potenciar y consolidar el crowdfunding en nuestro entorno.
Esta es la experiencia en primera persona de cinco asturianos que lograron sacar adelante sus proyectos a través de micromecenazgo o crowdfunding. Conseguir el dinero para llevar adelante sus sueños fue una conquista importante. Pero a nivel personal fueron muchas las experiencias vividas con quienes decidieron apoyar cada uno de estos proyectos.
Cada creador presenta su propuesta y la razón por la que pide apoyo, señala el coste y a partir de ahí, son los usuarios quienes deciden si quieren o no contribuir con ella. Muchas aportaciones comienzan con 2, 5 o 10€, para ponerlo al alcance de todos los bolsillos. A cambio, los mecenas consiguen normalmente algo relacionado con el proyecto: figurar en los créditos de una obra audiovisual, recibir la copia de un libro, entradas para conciertos, camisetas, regalos personalizados… La recompensa va en relación a la cantidad donada.
Raquel Blázquez es una ilustradora gijonesa: «En 2010, tras conseguir el Accesit de la XII Edición de Cuentos Ilustrados de la Diputación de Badajoz, creé junto con la escritora María Bautista un blog de literatura infantil, en el que cada lunes publicábamos un cuento original acompañado de ilustración. Tras dos años de rodaje con el blog, decidimos que era el momento para dar el paso al libro impreso». ‘Cuentos diferentes para niños diferentes’ no sólo tenía el objetivo de pasar del mundo virtual al mundo real, sino que quería recorrer mundo y llegar a muchos hogares. Y así fue. «Gracias a las ventas de este libro, que se agotó en apenas siete meses, pudimos publicar un segundo libro, al que siguió otro… hoy estamos preparando el cuarto título de la colección».
A través de crowdfunding, el músico asturiano Willy Naves consiguió financiar parte de su primer LP ‘Conversaciones con Damian’. «En sólo dos días conseguí el 100% de lo propuesto para el proyecto y a finales del mismo llegamos al 200% de inversión de los mecenas». ¿Puede ser esta una nueva fuente de financiación para el mundo de la cultura? «Creo que más bien se trata de un parche pasajero. Cuando saqué adelante el proyecto el crowfunding era un sistema todavía poco conocido, ahora hay saturación de proyectos. Es importante conocer su filosofía y tomárselo muy en serio. A mi entender, no es una fuente de financiación en la que el dinero te cae del cielo, necesitas una comunicación muy fuerte y una responsabilidad alta. El sistema me encanta pero no creo que sea la solución definitiva».
Isabel Mena no puede evitar sonreír cuando habla de su experiencia: «Fue algo muy humilde a nivel económico -tan sólo 400€- pero me reportó mucho a nivel personal». Esta restauradora con laboratorio en Navia invirtió todo lo que tenía en crear un espacio dedicado a la restauración, con un pequeño apartado dedicado a encuadernación. «Mi sorpresa fue ver que lo primero que empezaba a funcionar era esto último. Me llegó un trabajo importante y resulta que no tenía herramientas para hacerlo. Aunque no fuese mucho dinero la verdad es que no lo tenía. Me daba vergüenza plantear un proyecto de tan poca cantidad… ¿quién se iba a fijar en mi? Lo comenté con mis amigos y me preguntaron qué iba a ofrecer a cambio. En ese momento nació el proyecto: Tenía que haber un canal de comunicación con las personas -creé un blog-, información organizada y tenía que pensar en una recompensa -algo personalizado hecho por mí-. Lo conseguí en muy poco tiempo y no sólo eso: las personas que me acompañaron siguen interesadas por otros proyectos que luego he puesto en marcha».
«Las personas que colaboraron conmigo no me conocían de nada. Y no sólo me apoyaron económicamente sino que se convirtieron también en clientes». Isabel Mena.
La productora audiovisual Melania Fraga decide llevar a cabo un documental en fala (asturiano-gallego que se habla en la zona del occidente). Una apuesta por la cultura de una lengua minoritaria que consigue en un primer momento una parte de financiación pública que no es suficiente. «Quisimos financiarlo a través de crowdfunding por una razón muy importante: era la manera de comprometer a personas de lo más variado -aportaciones desde 5€ hasta 20€- en un proyecto que iban a seguir y en el que se iban a implicar. Hasta donde conocemos es el primer documental financiado por este sistema en fala». «Eu soi quen fun», que se presentó en el Festival de Cine de Xixón, es un acercamiento a través de la poesía de Ana Vega a sus orígenes en el occidente asturiano, a sus gentes, su paisaje, su luz.
Existe también la modalidad de crowdfunding solidario, que va dirigido a proyectos sociales, de investigación, etc: donantes que no reciben nada a cambio salvo la satisfacción de apoyar un proyecto en el que creen. En este sentido, la ONG Farmamundi recibe microdonaciones a través del teléfono móvil: SMS solidario. Enviando un SMS al 28048 con la palabra ‘SALUD’, cada mensaje supone una donación de 1,20€ que se destinan íntegramente al Fondo de Ayuda Humanitaria y de Emergencia (FAHE). «Se trata de un fondo que garantiza la ayuda rápida y eficaz para cualquier necesidad sanitaria y alimentaria a las víctimas de catástrofes, conflictos armados o crisis crónicas. Es una especie de hucha que nos permite trabajar con rapidez», asegura Martín Ramírez de Diego, delegado en Asturias de Farmamundi. A través de las nuevas tecnologías la organización ha podido llegar a más donantes de una forma sencilla.
¿Pueden cambiar las cosas el anteproyecto de ley que está preparando el Gobierno para regular el crowdfunding en España? «Me parece -opina Ramírez de Diego- que intentan poner puertas al campo. La ley va por detrás del movimiento social, de los proyectos que se están poniendo en marcha. Es como si quisieras construir una carretera cuando lo que hace falta es una autopista. Y además, me parece confusa porque mezcla donaciones, con inversiones o contribuciones… todo lo mete en un paraguas común».
¿Y a nivel personal, qué queda? «Las personas que colaboraron conmigo no me conocían de nada», apunta Isabel Mena. «No sólo me apoyaron económicamente sino que se convirtieron en clientes. ¿Qué fue lo que les atrajo? Supongo que el mensaje sincero, cercano que les transmití. Aquí no hay trampa ni cartón».
Para el cantautor Willy Naves, este sistema de financiación supuso sobre todo libertad: de movimiento, de planteamientos… «Mantenerse al margen del sistema tradicional discográfico antes era complicado, con el crowdfunding se nos abrió una puerta muy importante. Poder desarrollar un proyecto como lo habíamos imaginado, sin presiones, ni condicionantes externos, es algo increíble».
Nadie puede negar el éxito de esta fórmula de financiación colectiva, accesible para cualquiera gracias a internet. No requiere grandes desembolsos, la suma de todos es lo que cuenta, el mecanismo de pago es sencillo, no hay intermediarios y además genera una relación entre los mecenas que se sienten más vinculados al proyecto. No es de extrañar que poco a poco esté sustituyendo -por lo menos en casos de pequeñas inversiones-, a fórmulas tradicionales de financiación más complicadas y, muchas veces, imposibles de conseguir.
El Anteproyecto
A finales de febrero conocímos la noticia de que el Ministerio de Economía iba a aprovechar la nueva Ley de Fomento de Financiación Empresarial para regular el crowdfunding en nuestro país. El Anteproyecto de Ley que está elaborando el Gobierno contempla por ejemplo limitar el crowdfunding a un máximo de 3.000€ de aportación por proyecto (y un millón como máximo al año). Incluye un apartado dedicado a las Plataformas que se definen como sociedades, a través de las cuales se ponen en contacto inversores con promotores, y pasan a estar supervisadas por el Banco de España o la CNMV, según los casos. ¿A qué tipo de crowdfunding afecta esta ley? El borrador es muy confuso, habrá que esperar a conocer el texto definitivo. En este intento de poner orden a este sector de la economía colaborativa que crece como la espuma, se observa -según los críticos- cierto interés disuasorio. No hay que olvidar que la banca nunca pierde.