El alto porcentaje de paro universitario ha aumentado la atención sobre la Formación Profesional. Para Arturo Casielles, Presidente del Consejo de Asturias de la F.P., hay que “dignificar” esta rama de los estudios, que permite adaptarse a las necesidades de las empresas de una forma más especializada.
-Con más de doce mil quinientos alumnos matriculados en Asturias, ¿la FP es una de las opciones con más salida laboral?
-Es de las que más salida tiene, y aún debería tener más. Si comparamos la inserción laboral de los alumnos que proceden de la FP con la Universidad, los primeros encuentran trabajos estables antes: nuestra última memoria refleja que un 57% de los alumnos estaban trabajando en los seis meses siguientes a haber acabado sus estudios.
Y hay determinadas profesiones en las que si hubiese más alumnos, habría más puestos de trabajo colocados. Me explico: aquellas profesiones que se identifican con la formación profesional “dura”, como pueden ser las relacionadas con la fabricación mecánica o con el mundo siderúrgico, son menos atractivas para los jóvenes, pero sin embargo son profesiones que todavía tienen una buena inserción profesional.
-¿Es necesario un cambio de mentalidad frente a la FP?
-Es necesario que la FP se perciba como una salida atractiva, no como la solución de un problema. Lo primero para que haya un reconocimiento de la FP es que tiene que haber un reconocimiento social de los oficios: un escayolista, un mecánico, un electricista, son gente que sabe hacer su trabajo y que aporta mucho. Y son profesiones que hay que aprender, que necesitan conocer una técnica.
“Si comparamos la inserción laboral de los alumnos que proceden de la FP con la Universidad, los primeros encuentran trabajos estables antes” -Hay el doble de alumnos en la Universidad que en la FP. ¿Qué criterio tiene un estudiante para elegir una frente a otra?
-El criterio de inserción profesional no es, porque la FP les permite trabajar en el oficio para el cual se han formado. Sin embargo los jóvenes prefieren la Universidad porque les resulta más atractiva, por una cuestión de reconocimiento social. Todavía, aunque depende de la edad de la que hablemos, la sociedad tiene la visión de que los estudios superiores permiten vivir mejor. Y eso ya no es así, ni siquiera cuando se salga de la crisis las empresas van a poder absorber a tantos universitarios. En una empresa hay unos pocos puestos de mayor responsabilidad, que ocupan los más preparados, y ésos ya no son los universitarios, sino los que, además de tener estudios, tienen másters, especializaciones, idiomas… el resto, probablemente, no pueda trabajar en lo que ha estudiado. Pero es que luego una empresa necesita muchos técnicos y especialistas, que son los que proceden de la FP.
-¿Es necesario comenzar una reflexión sobre nuestro sistema educativo?
-Yo creo que esa reflexión ya está ahí, nunca he visto tanto caldo de cultivo en la sociedad como ahora. La crisis ha ayudado en esto, porque aquellos jóvenes que habían abandonado sus estudios se plantean ahora retomarlos, porque gente que antes tenía trabajo en la construcción, básicamente, ahora ya no lo encuentra. Es más, ahora está estudiando FP gente que está trabajando pero que no tiene titulación, pero ve que en un futuro, si la situación empeora, podría necesitarla.
El problema de este país es que tenemos más de un treinta por ciento de fracaso escolar entre los jóvenes, cuando Suiza tiene un ocho o Francia un doce. Y es que los jóvenes abandonan muy alegremente los estudios, por eso la crisis puede ser interesante para que los padres les planteen que deben aprender un oficio. Y esto va a ser cada vez más básico, porque las empresas lógicamente van a priorizar a los empleados que tienen formación, y cada vez más se incorporarán a estudios técnicos de grado medio y superior, que es lo que necesita este país, oficios que tengan que ver con una salida y una relación directa con el mundo del trabajo.