Lleva treinta años en el mundo de la fotografía aunque, como él mismo calcula, tardó veinticinco en que su trabajo fuera reconocido con diferentes premios.
Es natural de Olloniego, pero se crió en Oviedo y a los 14 años fue con su familia a vivir a Alemania. Allí comenzó su afición por la fotografía, un hobby que se ha convertido en una profesión tras coquetear con otras modalidades artísticas: «me gustaba pintar, siempre me gustó, y tal vez me metí en la fotografía por la frustración de no poder pintar lo que quería, con la cámara era más fácil». Ahora la decisión le parece muy acertada, y sigue disfrutando con su trabajo como el primer día.
En el año 82 regresó a España y se instaló en Valencia, aunque sin «perder la referencia de mi tierra, Asturias, a la que venía muy a menudo». Allí montó su primer estudio de fotografía y aprovechó para retratar a las gentes y los paisajes de la Albufera. Ahora Urbano se ha asentado en Asturias, tiene su estudio rodeado de cimas como el Monsacro y la Mostayal; un paisaje que le resulta sumamente inspirador, entre huertos, rocas y el agua de Peñerudes, en Morcín.
-¿En que proporción están la disciplina y la creatividad dentro de tu trabajo?
-Las dos cosas tienen que ir acompañadas. Puedes tener días más inspirados pero, como decía Picasso, «que la inspiración te pille trabajando». Yo cojo la mochila y la cámara y me pongo a caminar, y en ese momento es cuando me viene la inspiración, bien por el paisaje o por el ambiente.
-¿Crees que en el paso de lo analógico a lo digital se ha perdido la pureza de la fotografía?
-No es que haya perdido, pero a muchas cosas se les llama fotografía cuando en realidad son la realidad distorsionada. A veces las imágenes están tan retocadas que pierden la esencia de la fotografía.
-¿Cuál es el mejor momento que te ha dado esta profesión?
-Tal vez cuando sin esperármelo me dieron el premio europeo, la EISA Awards Maestro 2011, fue como la Champions League para mí. Fui a recogerlo al hotel Adlon en Berlín -el mismo hotel donde Michael Jackson se asomó con su hijo-, y fue muy emotivo. Tan rural como soy yo, veía que todos iban de traje y yo vestido de manera informal, pero me decían, «no te preocupes, que tú eres el artista». En otros concursos he ganado más dinero, pero éste fue algo especial que me ha marcado.
-¿Qué prefieres detrás de la cámara, los paisajes de Asturias o los de la Albufera?
-La luz que tiene Asturias en pocos sitios la hay, tal vez por las nubes, porque tenemos las cuatro estaciones mientras que en otros sitios solo hay invierno y verano, y se hace más monótono. En Valencia el cielo está muy alto, aquí sin embargo casi lo puedo tocar y cuando sale el sol tiene un tono azulado intenso. En Asturias tenemos algo muy especial pero no lo sabemos vender.
Gente de mi país:
Las imágenes forman parte de una serie de 10 obras con las que Urbano ganó el 1º Premio europeo “Eisa Maestro 2011-2012” con la temática “Mi País”. En el concurso en el que representó a España, compitió contra 17 representantes de cada país. Las fotografías se publicaron en revistas especializadas de 17 países europeos, y la experiencia para el fotógrafo fue “la más alucinante” de su carrera.
Pepe de Pineda:
El reportaje hecho en Somiedo le permitió adentrarse en el mundo de los oficios tradicionales. Pepe de Pineda, un viejo artesano madreñero, le enseñó los secretos de un arte en serio peligro de extinción. Las imágenes llegaron a ser finalistas el año pasado en un concurso organizado por el Ministerio de Cultura y el Museo del Traje de Madrid, sobre la temática de “Cultura Popular”.