En tiempos de dificultad económica la artesanía es una práctica de riesgo, sólo apta para personas creativas y amantes de la belleza. En la pequeña localidad de Barganiza, en Pruvia (Siero), Nieves Alonso practica el noble arte de sobrevivir disfrutando con su pasión y su profesión: la cerámica.
Desde pequeña esta asturiana, natural de Lugones, tenía claro que lo suyo era el arte, así que cuando asistió por vez primera a un taller de cerámica entendió que esta disciplina daba respuesta a todas sus inquietudes: «En la cerámica estaba todo: pintura, volumen, escultura…». Con el tiempo compró su primer horno y un torno, y montó un taller en Fuente de la Plata. Su inspiración y referencia primera fue la alfarería de Faro, un centro productor de gran tradición en Asturias.
«Empecé trabajando el barro de forma utilitaria, haciendo jarrones, relojes, muñecas y otras cosas útiles; luego fui adquiriendo conocimientos, hice cursos de moldes, de esmaltes en baja temperatura… y empecé a experimentar». A esta artesana de 51 años le ha tocado vivir épocas muy diferentes, desde la bonanza de los años ochenta hasta las dificultades de la crisis económica, pero tiene claro que no cambia su filosofía y elige siempre orientar su producción a la calidad y hacia las piezas únicas, que a veces hace por encargo.
Para Nieves ser ceramista es una forma de vida. Por eso, y desde hace un tiempo, tiene su casa-taller en el campo, rodeada de tranquilidad y soledad, y sin nada que le distraiga de su mayor prioridad: su trabajo. «Intento plasmar con la cerámica lo que siento en cada momento, transmitir alegría, vida, paz o serenidad… Siempre fui muy colorista, utilicé mucho el azul, el blanco, colores para hacer flores, mariposas, hojas y otros motivos de la naturaleza, aunque últimamente estoy trabajando mucho en blancos y negros».
Sus obras nacen del uso de diferentes técnicas. «Soy muy forofa del torno, para mí la base de toda cerámica es la alfarería, por mucho que ahora los grandes ceramistas hagan murales y piezas en planchas». En muchas de sus creaciones utiliza la técnica de sacado al rojo o rakú, de origen japonés, una línea creativa que le apasiona. Además, entre sus ocupaciones habituales está enseñar y transmitir sus conocimientos, algo que le gusta especialmente, por eso imparte cursos de iniciación a la cerámica para niños y adultos, así como cursos de torno, murales y azulejos, rakú…
Habitualmente es posible encontrarla en el Mercado Ecológico y Artesano de Gijón que se celebra cada mes, y próximamente asistirá a la Feria Navideña de Artesanía de Oviedo. Es una cita en la que participa siempre que puede y que en la pasada edición le reportó un reconocimiento especial, gracias a que su obra «Sin palabras» consiguió el segundo premio en el Concurso de pieza única.
Sintiendo el barro. Nieves Alonso. Artesana de la cerámica
